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Sevilla, preparada para la Carrera Nocturna

Las obras se reanudan en primavera

Écija

Los 3,5 millones en mejoras de emergencia gastados en 2010 no impiden la avenida del Argamasilla. La Junta da al fin fecha para retomar el desvío.

Una cuadrilla de trabajadores achica agua en un colegio de Écija.
Trinidad Perdiguero

14 de marzo 2013 - 05:01

La indignación que muestran, de nuevo, los vecinos de Écija al ver casas y calles convertidas en lagunas tiene que ver con las décadas que llevan pendientes de las inversiones para acabar con un problema conocido. La memoria de las inundaciones se pierde, de hecho, en la milenaria Astigi, la quinta ciudad de Sevilla en población en la actualidad, con 40.150 habitantes. Un estudio de la Junta del año 1999 colocó a Écija entre las zonas con mayor riesgo o "riesgo muy grave" de avenidas y dio oficialidad a lo que era vox pópuli. Comenzaron a tomarse entonces medidas desde las administraciones central y autonómica.

En 2003, arrancó una importante inversión de la CHG, más de siete millones de euros, para construir una corta en el cauce del río Genil y un muro de defensa. Las obras se entregaron oficialmente en 2011. Ahora, el gobierno local del PP ha solicitado un dragado y la construcción de un talud en la Isla del Vicario. Pero el río que nace en Sierra Nevada ha dejado de ser el principal desvelo de Écija, aunque sigue amenazando. Como cualquier cauce cerca de una ciudad cuando llueve y hay desembalses.

Lo que provoca la indignación es el arroyo Argamasilla, que pasa entubado -1.800 metros- por el casco urbano, en un encauzamiento insuficiente cuando llueve con intensidad. Lo llamativo es que se sabe que la solución es desviarlo fuera del casco urbano y la Junta inició las obras en enero de 2010 con una inversión prevista de 30 millones, tras un largo proceso de estudios y expropiaciones. Con esta obra el Argamasilla podría afrontar un caudal máximo de 272,85 metros cúbicos por segundo. La ejecución estaba al 60%, se habían gastado unos 18 millones, aunque se iba con retraso sobre el plazo de ejecución previsto, de 28 meses, cuando se paró del todo en mayo de 2012 por falta de liquidez económica. Había pasado apenas año y medio de las graves inundaciones de la Navidad de 2010: seis veces se desbordó el Argamasilla, causando daños por ocho millones.

El alcalde de Écija, Ricardo Gil-Toresano (PP) -al que probablemente la situación del arroyo y la gestión de la inundación ayudó a ganar las elecciones municipales- emitió una dura nota entonces en la que hacía "cómplice" a la Junta de cualquier nueva incidencia que se produjera. El presidente del PP andaluz, Juan Ignacio Zoido, visitó ayer la zona afectada y dijo que "la responsabilidad de la inundación de Écija tiene nombre y apellidos: la Junta con Griñán a la cabeza".

La Consejería de Medio Ambiente adujo que la obra se estaba "reprogramando, para ajustarse a la disponibilidad presupuestaria", pero que se retomaría. En los presupuestos de 2013, en los que las inversiones se han reducido a lo mínimo, se han recogido 20 millones para ello. Aunque el PP afirma que es una partida genérica para la lucha contra las avenidas y que en el desglose no aparece Écija. Desde la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente se insiste en que sí, que toda la partida irá al arroyo Argamasilla, la "prioridad uno" en ese sentido. Después de que el lunes, en una reunión el delegado territorial de Sevilla no concretara al alcalde una fecha de reinicio, el consejero, Luis Planas, fue ayer más explícito en Écija, y aseguró que se retomarán la próxima primavera. El plazo de ejecución será "el que determinen los técnicos".

Hasta la paralización de las obras, el desvío estaba siendo ejecutado por la Unión Temporal de Empresas formada por Ferrovial y Gea 21. Se tienen que terminar de construir los 3,2 kilómetros de nuevo cauce. De ellos, 1,3 van entubados, por el oeste del casco urbano, y a los que se desviarán también los arroyos Físico, Barrero, San Cristóbal y Cementerio.

La necesidad de que esa obra se acabe ha vuelto a quedar más en evidencia ahora, porque, a diferencia de 2010, esta vez el tubo del Argamasilla está limpio. Entonces, tenía acumulados 1,40 metros de grava, que dificultaron el paso del agua. Tras las inundaciones de 2010, la Junta se gastó 3,5 millones en actuaciones de emergencia: en limpiarlo, en construir una compuerta de defensa en la cabecera a la entrada del casco urbano y en un sistema de "registro" que permite llegar a cualquier punto del entubado en pocos minutos, sin necesidad de entrar físicamente en el mismo. Según Planas, que relacionó este miércoles las inundaciones directamente con las lluvias (hasta 82,8 litros por metro cuadrado el martes, el mayor registro después del que de Aracena), esa inversión ha "permitido disminuir lo ocurrido ahora".

Pero, según el concejal de Agricultura y Medio Ambiente, Carlos Onetti, "llegaron a asegurar que con esa actuación estábamos más que seguros, aunque el desvío no se terminara, que era poco probable que pudiera pasar, fueron vanas esperanzas".

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