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La nueva mina tendrá 4,5 kilómetros de túneles y utilizará el agua de la vieja corta

Aznalcóllar

El proyecto no necesitará concesión de nuevas aguas, pero sí permiso para empezar a verter de forma inmediata la acumulada en la Corta de los Frailes, junto a la que irán las galerías.

Responsables de Grupo México llegados del país azteca visitaron ayer por primera vez las instalaciones, junto a otros de Magtel.
Trinidad Perdiguero, Sevilla

04 de marzo 2015 - 05:03

A la espera del recorrido que tenga la denuncia por supuesto cohecho que ha interpuesto la empresa descartada del concurso de la mina de Aznalcóllar, el grupo adjudicatario de la explotación, Minorbis-Grupo México, comienza a tomar contacto con el yacimiento y a dar más detalles de su proyecto, con una inversión prevista en la puesta en marcha de 305 millones. El lunes llegaron a Sevilla los primeros tres integrantes del equipo mexicano -un técnico de medio ambiente, un geólogo del área de explotación y un ingeniero de costes- que se unen a los miembros de varias consultorías que han participado en la propuesta y que ya revisan las instalaciones. Esta semana habrá entre 15 y 20 personas en Aznalcóllar. Hay un plazo de 60 días desde la notificación por la Junta para que la adjudicataria acepte la concesión o haga alegaciones. Pero no se esperan sorpresas. La empresa mantuvo el jueves una reunión con el Ayuntamiento y va a habilitar una antigua escuela de hostelería como oficina provisional en el municipio.

Cuando se acepten las condiciones, se producirá formalmente el traspaso del pasivo ambiental de la mina y de su mantenimiento, en el que la Junta se ha gastado 1,3 millones al año y se contratará también a los 13 ex mineros de Boliden que ahora dependen de la empresa pública Tragsa y que han permanecido controlando las instalaciones y la depuradora. Según ha confirmado a este diario uno de los responsables del proyecto de Minorbis-Grupo México, Antonio Barranco, el modelo de explotación que pondrán en marcha será, a diferencia de la minería a cielo abierto que ha caracterizado a la Faja Pirítica Ibérica, el de galería subterránea, similar al que Aguas Teñidas, en Almonaster la Real. En el caso de Aznalcóllar, el túnel tendrá una extensión de 4,5 kilómetros, hasta la cota -345, atendiendo a las reservas de las que ahora se tiene constancia, en el entorno de la Corta de los Frailes, que quedó en una fase inicial de explotación cuando Boliden se fue, en el año 2001.

Para excavar ese túnel es necesario algo fundamental y que se hará en cuanto que se logren los permisos, pero simultáneamente a la primera fase, la de investigación, que arrancará en pocos meses. Se tiene que vaciar la mayor parte de los 13 hectómetros cúbicos de agua que hay en esa Corta de los Frailes, hasta que la lámina quede por debajo de la galería subterránea que hay que abrir, por seguridad laboral. Está previsto que en breve se inicien conversaciones con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) y los trámites ambientales para poder verter esa agua que, una vez tratada, irá a un afluente de Guadiamar. El vaciado puede durar dos años y es fundamental iniciarlo porque ese es también el plazo marcado para que se inicien los trabajos de extracción. El vertido requerirá de obras de modernización y mejora en la planta depuradora que, en estos años, ya ha estado tratando esas aguas, pero devolviéndolas a la corta.

El aspecto de la otra corta, más antigua, la de Aznalcóllar y donde se dejaron los lodos recogidos tras el vertido tóxico de 1998 tardará más en cambiar el todo. Aunque se comenzará a trabajar en ella desde el principio, su definitiva recuperación se hará a lo largo de toda la vida de la mina, en 19 ó 20 años y, en contra de lo que se había apuntado, esa recuperación no supondrá el llenado y reforestación. Ese proceso ya lo barajó la Junta y, según fuentes de Minorbis-Grupo México, tendría un coste de 180 millones de euros.

En este caso, la empresa pretende utilizar parte del agua que ahora está mezclada con otros materiales en esta corta, una vez tratada, para su propia producción, con lo que el proyecto minero no requerirá de nuevas concesiones de aguas públicas. Esta vieja corta se irá rellenando con el 50% de los inertes de la mina -la otra mitad se utilizará en el sellado de las propias galerías una vez en desuso- y desecando los restos que ya tiene, de forma que en 20 años quede en la cota +15 (será algo más si la mina sigue en explotación más tiempo, porque aparezcan nuevas reservas) y que, con el agua, se llegue a la 20, con lo que quedará como un "lago minero", como un "ecosistema acuático" tras el "llenado controlado con agua de calidad". La corta servirá también para regular el nivel de agua en caso de grandes avenidas en la zona. El proyecto incluye la construcción de un canal perimetral al norte de la escombrera Noroeste, para evitar que le entre tanta agua como ahora. Éstas y otras actuaciones ambientales -también se han detallado propuestas para mejorar la conectividad del Corredor del Guadiamar con Sierra Morena, por ejemplo- se llevarán una inversión de 26 millones de euros.

El proyecto de Minorbis-Grupo México incluye la construcción de una nueva planta -la anterior se desmanteló- para transformar el metal en Aznalcóllar: 160.000 toneladas de concentrado de zinc; 66.500 de concentrado de plomo y 20.500 de cobre al año. Será una planta de flotación diferencial, un modelo conocido ya en la Faja Pirítica y que utiliza, por ejemplo, Matsa, en Aguas Teñidas. El plan de explotación contempla que se realicen pruebas piloto con otras técnicas para el aprovechamiento integral de las piritas que, de salir bien, podrían multiplicar la inversión y los empleos que se han previsto, aunque se ha preferido no poner nada sobre el papel hasta que se confirme su viabilidad.

Esa planta no estará ya junto a la carretera -era una imagen impactante en Aznalcóllar, cuando estaba Boliden-, sino en mitad del complejo, entre las cortas y la escombrera, lo que reducirá costes en transportes y contaminación en la zona y se construirá de forma sumultánea a la excavación del túnel.

La empresa calcula que tendrá que formar a entre 700 y 800 personas de diferentes especialidades, entre las que seleccionará a los 476 empleados que trabajarán en el complejo. El plan para preparar a ese personal tendrá que arrancar al menos un año antes de que comience la extracción y se llevará a cabo en colaboración con la Consejería y el Ministerio de Trabajo y con una inversión que superará de largo el millón de euros.

El director del proyecto por parte del Magtel, Antonio Barranco, insistió en que la propuesta que han hecho para Aznalcóllar es un "proyecto serio, realista y viable", como ha resaltado la Junta, y justificó los reparos de la empresa a dar los detalles del mismo hasta este momento, porque les parecía más "serio y correcto" hablar de una propuesta ya elegida.

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