La nueva Loyola: un campus universitario 5G
Universidad privada
La Universidad Loyola estrena campus universitario en Dos Hermanas con los últimos avances tecnológicos y diseñado para albergar hasta 15.000 alumnos.
El proyecto ha costado 40 millones de euros
La Universidad Loyola ha cumplido su sueño de tener un campus propio. El nuevo complejo universitario, que se ubica en Entrenúcleos, en Dos Hermanas, se ha hecho esperar más de cinco años desde que se proyectó, pero desde que se puso la primer piedra, el 7 de marzo de 2018, ningún contratiempo ha frenado su construcción. Las obras se han realizado en 17 meses, quedando todo listo justo a tiempo para el inicio de este curso académico 2019-2020.
Con un inversión de 40 millones de euros, incluida la habilitación de espacios, el nuevo complejo alberga desde el 2 de septiembre a una comunidad universitaria de unas 2.500 personas entre personal y alumnado, en una superficie total de 36.000 metros cuadrados (29.000 metros cuadrados construidos).
"Este nuevo campus quiere ofrecer unas instalaciones y equipamientos que complementen eficazmente la labor del personal y el profesorado, creando el entorno adecuado para una universidad experiencial en la que los estudiantes no solo aprenden, sino que viven y crecen como personas", ha señalado el rector de la Universidad Loyola, Gabriel Pérez, durante la presentación a los medios de las nuevas instalaciones.
"El tiempo de construcción ha sido de récord. Sólo aquí se podía construir algo de estas características en sólo 17 meses", ha manifestado el arquitecto Luis Vidal, autor del proyecto. "Este complejo aspira a convertirse en el primer campus 5G del mundo. Es un centro universitario del siglo XXI: tecnológico, accesible, sostenible, responsable y que toma al ser humano como medida".
Las aulas aún huelen a nueva, a material recién estrenado. incluso la capilla está envuelta en un característico olor a barniz recién aplicado a los bancos. No cabe duda de que la Loyola ha ganado con el cambio. Ha pasado de estar en un edificio alquilado en los terrenos de Abengoa, en Palmas Altas, a disfrutar de un edificio propio vanguardista en unos terrenos cedidos por el Ayuntamiento de Dos Hermanas.
No obstante, la universidad privada continúa arrastrando el inconveniente que supone estar lejos de la capital hispalense, la imposibilidad de llegar andando y no contar con una estación de metro tan cerca como tiene la Universidad Pablo de Olavide. La Loyola lo sabe, y, por eso, ha creado una aplicación móvil exclusiva para la comunidad universitaria que conecta con otras aplicaciones de reserva de VTC y alquiler de bicicletas, patinetes y motos eléctricas.
El diseño del nuevo campus
El nuevo campus de la Universidad Loyola está diseñado a base módulos que permitirá a la institución privada adaptarse a su crecimiento orgánico. "Nuestro objetivo es triplicar nuestro tamaño actual y llegar a los 10.000 ó 15.000 alumnos, ya que éste es el tamaño medio de las researches universities, es decir, las universidades más prestigiosas del mundo", ha apuntado Gabriel Pérez.
"El diseño de este proyecto se basa en el concepto de lo geolocal: pensar en global y ser local" ha añadido Luis Vidal, del estudio Luis Vidal + Arquitectos. "Ha sido fundamental tener las dos visiones y ser capaz de unirlo todo en un concepto de arquitectura tradicional de la zona, la arquitectura andaluza y sevillana, analizando la luz y las corrientes de aire y la orientación del territorio. Estas fueron las primeras piezas de inspiración para el desarrollo de este proyecto".
"Los espacios se han creado aprovechando la luz natural al máximo posible, a la par que se busca un encuentro entre la comunidad universitaria en la plaza central o patio, inspirado en las tradicionales plazas y patios andaluces, convirtiéndose en el corazón del campus", ha explicado el arquitecto.
La estrategia de concentración en pocos edificios, eficientes y optimizados, a lo largo de un eje, ha permitido aunar en una primera fase todas las necesidades de aularios, laboratorios, servicios generales y espacios comunes (cafetería y salón de actos) en un único edificio. De esta manera, desde el primer día, la Universidad adquiere sentido, sin alterar ni su funcionamiento, ni su razón de ser durante las futuras fases de crecimiento, que tendrán un coste de más de 10 millones cada una. "La concepción del campus se adapta perfectamente a las necesidades de la Universidad y permite ampliarse, modificarse y extenderse según las necesidades presentes y futuras de crecimiento", ha asegurado Vidal.
Este complejo está inspirado en los campus integrados norteamericanos, y en sus instalaciones "todo está concebido para crear entornos que favorezcan los procesos de aprendizaje e investigación y facilitar, en suma, la vida universitaria".
La sostenibilidad ha sido uno de los ejes en los que se ha basado el diseño y la construcción del nuevo campus de la Universidad Loyola, que aspira a la certificación medioambiental Leed Gold.
Esta apuesta por la sostenibilidad se ha materializado en numerosas medidas, como ha explicado Manuel Molina, gerente de la Universidad Loyola. En lo que respecta a los materiales, más del 20% de los materiales del edificio provienen de usos anteriores, y más del 30% tienen extracción y producción a menos de 800 km., evitando o minorando así de forma importante los perjuicios medioambientales inherentes a los grandes desplazamientos de materiales.
Por otro lado, se ha restaurado la vegetación de la parcela con especies autóctonas o adaptadas de forma consistente con el clima local, lo que redunda en menos riesgos para flora local existente, menos consumo de agua y mejor tasa de supervivencia de las especies implantadas. Las zonas ajardinadas ocupan 12.100 m(2), donde se han plantado 173 ejemplares de 14 especies distintas de árboles y 41.736 ejemplares de 63 especies distintas de arbustos vivaces y tapizantes.
Asimismo, en el uso eficiente del agua, destaca la construcción de un aljibe para la implantación de un sistema de recuperación parcial de aguas grises para el uso en inodoros, además de la correcta gestión del agua de lluvia en la parcela.
En cuanto a las medidas de eficiencia energética, destacan entre otras, la adecuada orientación del edificio -principalmente Norte y Sur- y el control del soleamiento (velas, voladizos) para impedir ganancias excesivas de calor a través de las fachadas. La envolvente del edificio (cubiertas, fachadas, ventanas) está muy cuidada para minimizar las ganancias y pérdidas energéticas excesivas; los colores de los materiales de cubierta son reflectantes, para evitar la acumulación del calor recibido por radiación; y la instalación de paneles fotovoltaicos con una producción máxima de 150 KWp, lo que supone una disminución del consumo energético neto del edificio.
En conjunto, las medidas implementadas suponen que el edificio consume alrededor de 40% menos de lo que consume un edificio similar que simplemente cumpliera la normativa vigente.
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