Volver a ser un niño en un museo con más de seis mil juguetes de los años ochenta

El espacio Regreso a la Infancia, en Osuna, expone una impresionante colección de juguetes originales que marcaron a toda una generación

El alma máter del proyecto es Jesús Cansino, un trabajador de la televisión municipal que estuvo 13 años reuniendo material antes de abrir

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Jesús Cansino, entre Mazinger Z y E.T., en el museo del juguete vintage de Osuna. / Antonio Pizarro

Un enorme Mazinger Z de más de dos metros de altura recibe a toda aquella persona que atraviesa las puertas de Regreso a la infancia, el museo andaluz del juguete vintage deOsuna. Frente a él hay un E. T. que tiene a sus pies el preciado teléfono y al que el dedo se le empieza a encender. Si se avanza un poco más se da uno de frente con la vitrina de los Masters del Universo, presidida por el castillo de Skeletor, aquel que tenía un micrófono con forma de serpiente y cuya puerta era una trampa con una red que esperaba a He-Man o a cualquier otro valiente que osara cruzarla.

Las fotos del museo andaluz del juguete vintage, en Osuna / Antonio Pizarro

Si se da uno la vuelta se topa con un expositor de videoconsolas y de ordenadores de los años ochenta, cuando los videojuegos empezaron a entrar en las vidas de los niños españoles. Un Amstrad de cassette (quien esto firma recuerda tardes enteras jugando al Manchester United in Europe, un juego en el que no se podía elegir equipo y había que jugar siempre con los diablos rojos de Kanchelskis y compañía), un Spectrum, una de las primeras Nintendo o una Atari son algunas de las joyas ochenteras que se muestran. A unos metros, un enorme Gremlin malo con pose de exhibicionista domina la estancia.

Las fotos del museo andaluz del juguete vintage, en Osuna / Antonio Pizarro

Una máquina que emula los juegos de los salones recreativos, caracterizada con la piel del Space Invaders, un coche de choque, un Scalextrix, un Ibertren y hasta un pupitre de la época, con el libro de lectura Senda sobre la mesa, transportan a cualquier visitante cuarentón de nuevo a su infancia, a aquellos años ochenta tan felices en los que uno se preocupaba poco más que de no extraviar los numerosos accesorios de su barco pirata de Playmobil, primeramente llamado Famobil porque fue Famosa la marca que introdujo a los clicks en España.

Años en los que la mayor alegría del mundo era ganar un partido contra la clase de al lado, encuentros que se jugaban siempre con un Tango, el balón del mundial82, y en los que los porteros llevaban la camiseta de Arconada, unos guantes amarillos de Mikasa y unas incómodas y horteras rodilleras blancas con una especie de tiras verticales de protección. Todas estas prendas también están expuestas, como la camiseta de la selección española de baloncesto que vestían Fernando Martín, Romay, Epi, Corbalán o el carmonense Andrés Jiménez, y que conquistó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84.

Las fotos del museo andaluz del juguete vintage, en Osuna / Antonio Pizarro

El museo del juguete vintage de Osuna es un lugar único en España, y en Europa. Hay muchos, y muy buenos, museos del juguete repartidos por el territorio nacional y por el continente, pero ninguno está centrado en una época tan concreta como la comprendida entre finales de los años setenta y mediados de los años noventa. Geypermans, Airgam boys, G.I. Joe, Caballeros del Zodiaco, Transformers, Tortugas Ninja y luchadores del Pressing Catch con ring incluido copan las vitrinas de este local ubicado en la calle Alfonso XII de Osuna, y que cualquier persona puede visitar por el módico precio de dos euros (los ursaonenses entran gratis) de viernes a domingo de 10 a 14 y de 17 a 20 horas.

Las fotos del museo andaluz del juguete vintage, en Osuna / Antonio Pizarro

El alma mater de este proyecto es Jesús Cansino, trabajador de la televisión municipal de Osuna y coleccionista empedernido, que se pasó trece años hasta poder materializar la idea que tenía en la cabeza. "Siempre he sido coleccionista, lo que me movían eran las figuras de acción, pero en general me gustaba el mundo del juguete. Cuando visitaba cualquier ciudad, si había algún museo del juguete, me gustaba ir a visitarlos. Los hay muy buenos. Pero en todos me pasaba lo mismo: los juguetes eran muy bonitos, pero yo no los reconocía. Si encontraba a lo mejor un Madelman o un Geyperman que tuvieran por allí aislado, me alegraba mucho de verlo".

Las fotos del museo andaluz del juguete vintage, en Osuna / Antonio Pizarro

Surgió entonces la idea de crear un museo en el que estuviese condensada toda la generación de la EGB. Estuvo trece años rastreando mercadillos, husmeando entre casas antiguas en las que se tiraban cosas y bicheando por internet. Fue comprando y restaurando. "Por ejemplo, yo no tenía ni un solo G.I. Joe, pero era una época en la que se podían comprar a buen precio en EEUU. Compraba lotes enormes, me iba quedando con uno de cada y todo lo demás los vendía. Con lo que sacaba, compraba más". Alguna vez le llegaba algún muñeco sin brazo o sin sus accesorios, por lo que empezó a recurrir a guías y libros para documentarse. "Con los Transformers fue una odisea, pues tenían tantas partes que se perdían y luego era imposible encontrar uno que estuviera completo".

Todo ese trabajo se vio convertido en una realidad en 2018, cuando el museo abrió sus puertas. En 2020 tuvo que cerrar por la pandemia y no recuperó el ritmo habitual de apertura hasta 2022. En 2023 ha tenido más de seis mil visitantes, triplicando las cifras de años anteriores. El museo abrió con 4.000 juguetes y hoy guarda ya más de 6.000, todos originales de la época. De hecho, hay muchas cosas que están sin exponer y él va cambiando y renovando los expositores cada cierto tiempo. Encima de las vitrinas se acumulan cajas de juegos y objetos de todo tipo, que a cada visitante le traerá sus propios recuerdos.

Las fotos del museo andaluz del juguete vintage, en Osuna / Antonio Pizarro

"Alguna vez me han dicho que haría falta alguna explicación, con carteles que cuenten una pequeña historia, pero no es eso lo que me pide el cuerpo. Prefiero que quien venga se deje llevar con lo que él mismo ha vivido. O que le explique eso a sus hijos. Quizás pongamos algo con un código QR para que quien quiera más información la consulte ahí", explica Cansino, que agradece también la colaboración del Ayuntamiento de Osuna, fundamental para que el museo pueda estar abierto. "Anualmente nos pasan una subvención que nos permite mantener este local y pagar los gastos de luz y agua. Por eso podemos poner un precio asequible para la visita".

Al museo acuden excursiones de escolares, "que se lo pasan estupendamente porque no dejan de ser juguetes, que además no los tienen muy vistos". Pero "quienes realmente disfrutan como animales" son los nacidos en los años setenta y ochenta. "Empiezan a decir 'esto lo tenía yo', 'esto mi primo'...".

Las fotos del museo andaluz del juguete vintage, en Osuna / Antonio Pizarro

En una parte del museo hay álbumes de cromos, con colecciones completas. "Es algo que a la gente le encanta. Es curioso que se nos olvida lo que desayunamos ayer, pero sí nos acordamos qué fichaje nos faltaba de un álbum". Ahora, el propietario del museo está estudiando cómo exponerlos para que puedan ser consultados por los visitantes sin que tengan que ser tocados, y por tanto sufrir un deterioro. Esos álbumes se han utilizado en ocasiones para talleres de reminiscencia con enfermos de alzheimer.

También hay algunas piezas más antiguas, pero con las que se seguía jugando en los ochenta. Es el caso de unos soldados de plástico, fabricados en los cincuenta y sesenta, "pero eran carne de perro y pasaron de una generación a otra, todos los teníamos aunque fueran heredados". Señala un puente hecho de madera con las uniones con puntillas, algo que hoy sería impensable en la industria juguetera.

Las fotos del museo andaluz del juguete vintage, en Osuna / Antonio Pizarro

Lo que más le gusta a este coleccionista es ver a sus visitantes con una sonrisa desde que entran hasta que salen. "El denominador común que todos tenemos es que hemos sido niños, y casi todos recordamos esa etapa de una manera bonita". Con la inocencia más graciosa, como cantaban Los Secretos y tan bien versionó Jarabe de Palo en esa canción titulada Volver a ser un niño.

Jesús Cansino es un coleccionista atípico, que no se obsesiona con completar todas las series de todos los juguetes. "Cuando voy a un mercadillo no busco nada, simplemente voy a ver qué me encuentro". Por eso, la pieza más valiosa para él es una que no pertenece a ninguna serie ni colección. Es un borreguito de plástico con el que dormía de niño y que perdió en una mudanza.

Las fotos del museo andaluz del juguete vintage, en Osuna / Antonio Pizarro

"Mis padres son de Osuna pero emigraron a Bilbao y yo nací allí. Cuando ya nos mudamos de vuelta aquí, yo tenía siete años y esto se quedó atrás. Para mí fue un trauma haberlo perdido y fue una alegría encontrar uno exactamente igual. Por eso hoy está aquí presidiendo el museo", explica este ursaonense al que nacer en Bilbao le hizo para siempre seguidor del Athletic Club.

Es tan atípico que colecciona algunas cosas que ni siquiera le gustan, pero que entiende que tienen que estar en el museo. "Yo colecciono para los demás, hay veces que veo que hay partes que están más flojas, como las muñecas, que yo nunca las tuve, y que ahora me esfuerzo en traer más. Cuando abrí, había mucho de lo mío. Me pasó con Mi pequeño Pony, que tenía dos pero sólo para que estuvieran representados. Todas las mujeres que venían se quejaban de que no había bastantes. Eso fue un acoso y derribo... Así que busqué y encontré muchos en Inglaterra a muy buen precio, muy sucios, eso sí, pero los fuimos limpiando y ahora los tengo. Ahora me dicen que si faltan los Osos Amorosos, que si no hay Tarta de fresa... siempre va a quedar algo".

Las fotos del museo andaluz del juguete vintage, en Osuna / Antonio Pizarro

Para Jesús Cansino, es importante que su museo genere interés para atraer visitantes a Osuna, y que éstos se queden en el pueblo y consuman en él, o visiten otros de los muchos atractivos de la localidad. "Quien se beneficia es la ciudad en definitiva, cualquier persona que entre en el museo y se deje dos euros, si luego se toma un refresco en el bar de al lado, ya el del bar ha ganado más dinero que nosotros. Nosotros funcionamos como una asociación y todo lo que genera el museo es para el museo. Con jugar al empate nos conformamos".

Las fotos del museo andaluz del juguete vintage, en Osuna / Antonio Pizarro

El propietario del museo no sabe cuánto vale lo que tiene. "Ni lo he calculado y me da mucha pereza. He comprado cosas hace quince años en un mercadillo por dos euros que no sé lo que valdrían realmente". En la planta superior hay una pequeña oficina en la que sigue habiendo juguetes que no están expuestos. Algunos son rarezas, como una pistola de trabuco que se vende con un dibujo de lo más bizarro: un pirata con capa sobre un caballo alado disparando a Superman. "Esto que nos hace gracia porque había que estar fumado para hacer esta imagen, igual es muy valioso para cualquier coleccionista de Superman en EEUU".

Las fotos del museo andaluz del juguete vintage, en Osuna / Antonio Pizarro

Otra arma de juguete se comercializa con el nombre de Montadelo, para no pagar los derechos del célebre personaje de Ibáñez. Actualmente Cansino anda restaurando un fuerte que ha encontrado y tenía algunas piezas rotas. También prepara un muñeco de Michelín de los que iban en los camiones y una serie de los ochenta que no tenía, los Silverhawks, que no tuvieron demasiado tirón en España y que son complicados de encontrar. "Cuando estén todos, ya le buscaremos su sitio".

En algunos de estos sobres incluso se explica cuáles deben ser los juguetes para niños y cuáles para niñas. "Las imágenes no podían ser más sexistas". Sin embargo, ya había empoderamiento de la mujer (aunque no se llamara así) en la época. "Hoy día se ha reivindicado y se le ha puesto nombre, pero la primera que se enfrentó a un Alien se llamaba Ripley en 1979. Y dígale usted a la princesa Leia que no estaba empoderada".

Las fotos del museo andaluz del juguete vintage, en Osuna / Antonio Pizarro

El museo tiene una pequeña tienda física en la que vende réplicas actuales de juguetes ochenteros, como los Masters del Universo, los G. I. Joe, las Tortugas Ninja o los luchadores del Street Fighter. Cualquiera puede comprarlas también a través de Wallapop, donde el museo funciona con una cuenta llamada Juguetes Osuna.

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