Mueren cuatro personas de una misma familia en un incendio en Guillena
Las víctimas son un matrimonio y dos hijos de 20 y 16 años, que no pudieron salir de la casa, protegida con rejas
Un patinete eléctrico podría ser la causa del incendio en el que han muerto cuatro personas en Guillena
"Lo peor eran los lamentos, escucharlos pidiendo auxilio, que se quemaban, hasta que ya no se les oyó". Así relata una vecina de Guillena que había salido a caminar la mañana de este domingo lo que se encontró a su vuelta. En el número 20 de la calle Fernando Martín, una familia entera moría atrapada por un incendio que devastó la vivienda. Las llamas salían por las ventanas de la fachada y la columna de humo se veía desde varios kilómetros. Las víctimas son el matrimonio formado por José Antonio Rendón, de 47 años, y Antonia Hidalgo, de 52, y sus dos hijos, José Antonio, de 20, y Adrián, de 16 años.
Se trata de una familia muy conocida en el pueblo y en toda la comarca. Se dedicaban a la venta de fruta y abastecían a distintos pueblos cercanos, como Castilblanco de los Arroyos y El Ronquillo. También tenían un puesto en Mercasevilla, según cuentan los vecinos, apesadumbrados y afligidos por no haber podido hacer nada para salvarlos. La casa, con rejas en puertas y ventanas, se convirtió en una ratonera y fue imposible escapar del fuego.
La primera llamada que recibieron los Bomberos de la Diputación de Sevilla se produjo a las 8:06, según indicó a este periódico el jefe del dispositivo, Manuel Blanco. Al menos una decena de llamadas entrarían después, todas ellas a través del teléfono de emergencias 112. Al lugar indicado acudieron tres dotaciones de bomberos, dos del parque de Santiponce y una de El Ronquillo. Al llegar, se encontraron con el incendio completamente desarrollado, con las llamas saliendo por los huecos de la fachada y una gran cantidad de humo. Cuando accedieron a la vivienda, los cuatro miembros de la familia ya estaban muertos.
"Había mucha temperatura en el interior de la vivienda. Han tenido la mala suerte de que es domingo. De haber sido un día laborable, habrían estado trabajando o al menos ya despiertos y preparados para poder reaccionar a tiempo y poder salir", lamenta el mando de los Bomberos, que pidió prudencia a la hora de hablar sobre las causas del fuego. "Es todavía muy pronto para saberlo".
Lo cierto es que, a la espera de que se realicen las inspecciones oculares, las primeras hipótesis apuntan a que el fuego se originó en un patinete eléctrico que estaba cargándose, según explicaron fuentes de la investigación. Este extremo aún no ha sido confirmado y tendrá que aclararse con la inspección técnico ocular de la vivienda que harán los especialistas de la Guardia Civil en las próximas horas.
Los cuerpos del matrimonio se hallaron en la planta de arriba de la casa. Estaban muy afectados por las llamas. Los de los hijos estaban en la planta de abajo. Ninguno de ellos pudo salir a tiempo. Al menos dos de las ventanas y puertas, una que da a la calle Fernando Martín y otra a la parte de atrás y conecta con la azotea, tenían rejas con llaves, pero a la familia no les dio tiempo a abrir. Cuando hay fuego, el metal se dilata mucho y las llaves de las rejas no sirven para abrir. En la planta inferior, los hijos tampoco pudieron llegar hasta la puerta y salir hacia la calle, posiblemente porque el fuego y el humo les bloqueaba el paso.
Varios vecinos intentaron salvar a la familia, pero la casa tenía una puerta de seguridad que fue imposible abrir sin los medios adecuados. Algunos de ellos intentaron llegar hasta la azotea para sacar a algunos de los atrapados, pero igualmente fue imposible. Todos los que lo intentaron estaban completamente hundidos poco después, mientras la Guardia Civil y los Bomberos terminaban de trabajar en la vivienda. "Es que no hemos podido, ha sido imposible", decía cabizbajo uno de ellos cerca del cordón policial que delimitaba el acceso a la zona restringida.
Numerosas dotaciones del instituto armado se desplegaron por la calle Fernando Martín y cortaron al tráfico parte de la misma para facilitar la labor de los Bomberos. Un grupo de agentes de Policía Judicial inició ya los primeros trabajos relacionados con la investigación mientras los patrulleros de uniforme aseguraban la zona para que nadie entrara en la casa.
Dentro del perímetro de seguridad, algunos de los guardias se entrevistaban con familiares de las víctimas. Dos furgones del tanatorio Nervión permanecían estacionados lo más cerca posible de la casa, mientras un par de guardias civiles sostenían una sábana para evitar que nadie tomara imágenes de la salida de los restos mortales de la familia. La comisión judicial decretó el levantamiento de los cadáveres, que fueron retirados sobre las doce menos cuarto de la mañana, casi cuatro horas después de que se diera la voz de alarma.
A pesar de que el fuego había sido ya sofocado, de la casa seguía saliendo humo, por lo que los Bomberos refrescaron el inmueble para que no se pudiera reactivar el incendio. Una vez sacados los cuerpos, una cascada de agua caída desde la planta superior de la vivienda. En la fachada quedaban visibles las marcas del humo. En el lateral, junto a la puerta, quedaba lo que parecían los restos calcinados de una mesa de salón extensible.
El alcalde de Guillena, Lorenzo Medina, estuvo en el lugar de los hechos. En un decreto de Alcaldía, el Ayuntamiento ha declarado tres días de luto oficial, desde las tres de la tarde de este domingo hasta la misma hora del próximo miércoles 9 de octubre. "Cualquier fallecimiento inesperado resulta dramático, pero en esta ocasión en una medida mucho mayor al ser personas jóvenes y por las circunstancias del suceso al afectar a cuatro miembros de una misma familia, padres y dos hijos de 16 y 20 años", apunta el decreto.
La corporación municipal expresó, "en su nombre y el de todos los vecinos, el más sentido y emocionado pésame ante el fallecimiento de la familia Rendón Hidalgo". Durante estos días, las banderas de los edificios municipales ondearán a media asta, e igualmente se suspenden los actos festivos y oficiales que estuvieran previstos. También se ha suspendido una velá de un barrio de Guillena.
Una de las personas que trató mucho a la familia Rendón Hidalgo, sobre todo a José Antonio, es Eduardo Romero, propietario de la tienda de ultramarinos Romero Márquez, de Castilblanco de los Arroyos. La víctima del incendio abastecía habitualmente a este negocio. "En sí mismo un suceso así es sobrecogedor. Nos envuelve la tristeza y la impotencia cuando son personas conocidas, queridas, que nos han acompañado en diferentes etapas de nuestra vida. El Gordi (así conocía a José Antonio Rendón) es un trabajador incansable, divertido, desenfadado, con un mote que en los últimos años con los hábitos saludables y la dieta ya no hacía mérito a su forma física. Le conocimos luchando como frutero desde muy joven con los sinsabores propios de quiénes salen de madrugada al mercado y pasan sus días tratando con otros proveedores y clientes para salir adelante. Su don de gentes hacían esa tarea siempre más fácil", escribió este domingo Eduardo Romero, ya jubilado tras treinta años al frente del negocio familiar, en su cuenta de Facebook.
"Forjó una familia y un hogar ganado a pulso frente a las adversidades. Y cambió de trabajo, porque también los currantes, aunque más lentamente, prosperan. Este suceso que nos deja una gran incomprensión lo ha arrebatado todo, y nos queda una sensación de shock que es difícil trasmitir. Apenas hace unos días acudió, como cada año, a por los décimos de la Lotería de Navidad de nuestra tienda, y cada rato en casa estaba salpicado de recuerdos e historias que nos hicieron felices y que hoy son memoria y legado agradecido de haberles conocido y de haberles sentido cercanos", añadió este comerciante y amigo del frutero fallecido.
La familia Rendón Hidalgo llevaba muchos años viviendo en esta casa del barrio de la Vega, en el que todas las calles llevan nombres de deportistas. Se decidió así cuando se construyeron dada la cercanía de las instalaciones deportivas del pueblo. La casa unifamiliar que quedó devastada por el incendio estaba en la calle Fernando Martín, el mítico jugador de baloncesto que fue el primer español en jugar en la NBA y que también tuvo un final trágico, muerto en un accidente de tráfico en Madrid el 3 de diciembre de 1989. La intersección más cercana es con la calle Juan Gómez Juanito, la leyenda del Real Madrid que falleció en circunstancias similares tres años después. Ambas muertes provocaron una conmoción en el mundo del deporte español. La misma que este domingo ha causado este incendio entre los vecinos de un pueblo de casi 13.000 habitantes del Corredor de la Plata.
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