La moneda social a la que todos miran
San juan de aznalfarache
El Ayuntamiento paga las ayudas para alimentación en ossetana, que sólo puede gastarse en comercios locales El reto es multiplicar el impacto de los fondos públicos
Cuando se habla de monedas sociales, se suele pensar en mercados alternativos. La mayoría de las más de 70 que hay en el país son iniciativa de colectivos de comerciantes o vecinales. Por eso, la ossetana -moneda romana que se acuñó en lo que hoy es San Juan de Aznalfarache y que, de forma virtual, se vuelve a aceptar en comercios locales- es objeto de atención: es la primera vez que un Ayuntamiento se implica en un sistema de compensación de este tipo, junto a Asamblea de Cooperación por la Paz en Andalucía (ACPP). Venían colaborando en otros proyectos y la idea surgió en un intento de "multiplicar" el impacto que las ayudas de Servicios Sociales tenían en el municipio. Se era consciente, por ejemplo, de que el dinero para productos de primera necesidad se empleaba en grandes superficies, cuando San Juan tiene tradición de pequeño comercio, con cientos de autónomos y trabajadores que pedían auxilio.
Desde 2014, las ayudas para alimentación se abonan en ossetana (el cambio es una ossetana, un euro), que sólo puede emplearse en pequeñas tiendas, carnicerías, fruterías y pescaderías con convenio con el Consistorio. Se busca un doble objetivo, social y económico, según el alcalde, Fernando Zamora (PSOE), que se reconoce "ilusionado" con el proyecto. Técnicos del Ayuntamiento de Sevilla acuden hoy a San Juan a conocerlo, como han hecho Madrid, Córdoba, Barcelona, Santa Coloma y Hospitalet. Sólo hay experiencias similares en Bristol, Nantes o Tolousse.
Una docena de comercios tienen la pegatina que acredita que aceptan ossetana. Hay otros en lista de espera. Según la edil responsable, María José Quesada, 40 familias y unas 200 personas han hecho uso de la moneda. De forma acumulada, ha movido unos 40.000 euros. El coordinador de ACPP, José Ruibérriz, estima que los pagos rondan los 3.000 euros al mes. El hecho de que sea una iniciativa con una ONG, que capta otros fondos, ha permitido ampliar las ayudas. Se estudia que una parte de las subvenciones a entidades del municipio sean en ossetana y alguna fórmula para que vecinos a título particular puedan sumarse, por ejemplo, a cambio de descuentos, para fortalecer una economía local que iba a la baja.
Hasta el año pasado, la ossetana era una moneda de papel, lo que implicaba algunas complicaciones, con el cambio. Pero, desde 2016, y gracias a la aplicación, es una moneda virtual, que ha hecho que el sistema sea más ágil y transparente y ha reducido el tiempo de espera en los Servicios Sociales, según sus responsables. Son los técnicos de éstos los que activan el crédito al usuario a través del teléfono móvil. Para pagar, el usuario selecciona el comercio de una lista que aparece en una pestaña. Al comerciante y al comprador les saltan entonces mensajes pidiendo que envíen sendas fotos del ticket de compra. El Ayuntamiento verifica que lo adquirido se ajusta a la ayuda y da el OK. Los pagos se liquidan a final de mes con la tienda. Evita que el usuario tenga que gastar toda la ayuda e ir con el recibo al Ayuntamiento y permite mayor control de los productos. Si hay algún usuario que no tiene móvil, los técnicos realizan la gestión de forma telemática. Hay comercios que abren sus redes wifi para ayudar.
Pero lo más ilustrativo de lo que se puede lograr con una iniciativa pequeña en apariencia es el testimonio de Macarena Punta, una joven que abrió en diciembre un pequeño supermercado Alsara en la calle Murillo. Se apuntó a la ossetana, de la que supo por la asociación de comerciantes, para darse a conocer. "Está muy bien planteado, la ayuda se queda en el pueblo, me ayuda en el negocio", admite. Da empleo a tres personas. "Mucha gente que vino con una ayuda, me sigue comprando el pan...". "Valoran que les informemos de los productos que tienen calidad y buen precio". "Hay quien no gasta el crédito de golpe, viene varios días y se va llevando lo que necesita".
María José Quesada lo resume: "Más allá de la ayuda, la ossetana vuelve a poner en valor el comercio de cercanía" en un municipio rodeado de grandes superficies, con las que también se colabora en materia de formación y empleo. Al alcalde le gusta recordar que ésta no es, como otras, una moneda "inventada", sino "real". Se localizó en las obras del túnel del Metro y simbolizó la pujanza de la ciudad romana, que acuñó una moneda propia que ha vuelto en tiempos difíciles.
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