"Estuve cinco meses de baja por la picadura de la araña"

Un vecino de Coria tuvo que ser sometido a un injerto de piel tras ser atacado por la parda reclusa.

La Junta niega que exista una "plaga" de la araña parda reclusa
La Junta niega que exista una "plaga" de la araña parda reclusa
Fernando Pérez Ávila

09 de mayo 2014 - 05:03

"Fue el 7 de octubre y yo estaba en el campo, en una parcela que tengo en la carretera entre Coria y Almensilla. Al principio lo único que noté fue una reacción alérgica por todo el cuerpo. Pensé que igual era causada por el insectida de un vecino. Por la noche fui a Urgencias porque se me hinchó hasta la lengua. Fue ya al día siguiente cuando vi que tenía como un trombo en la pierna". Así relata un vecino de Coria del Río cómo sufrió la picadura de la araña reclusa parda, que le provocó una necrosis en el gemelo izquierdo y por la que tuvo que ser sometido a una intervención quirúrgica con injerto de piel.

Este caso revela que la araña está extendida en otras zonas de la provincia de Sevilla, además de en Montequinto. La plataforma por la mejora de este barrio ha alertado estos días de que llevan dos años sufriendo la plaga y se han dado varios casos de afectados por picaduras. Al ver la difusión que este colectivo vecinal le ha dado a la plaga, este afectado se puso en contacto con este periódico para relatar su experiencia.

Al igual que en el caso de otro vecino de Montequinto, en ningún momento notó una picadura. Cuando vieron que tenía una especie de trombo, los médicos le pusieron incluso una inyección para la circulación. El tercer día tras la picadura tenía el tobillo hinchado y no podía apoyar el pie. "Ya tenía puntos de pus y una herida considerable. Me dieron antibióticos convencionales que no sirvieron para nada. La picadura fue un lunes. El viernes ya lo vieron tan mal que en el hospital me metieron directamente para la operación. Me abrieron la herida, hicieron un cultivo. Me dijeron que podía tener tendones y huesos afectados, pero afortunadamente no fue el caso".

Fue necesario que le hicieran un injerto de piel para cubrirle la zona en la que la herida le había provocado una necrosis. "Me quitaron parte de la piel del muslo para colocarla en el gemelo. He estado cinco meses de baja por este asunto. No podía poner el pie en el suelo y el dolor es muy intenso en todo momento".

La voz de alarma sobre la araña parda reclusa la han dado los vecinos de Montequinto, quienes han capturado varios ejemplares en el barrio y los han entregado para su estudio a la Facultad de Biología de la Universidad de Sevilla. Esta especie suele estar en los respiraderos de los aseos y en los armarios.

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