"Mi marido no es un asesino, sólo actuó en defensa propia"
La mujer imputada en la muerte del cámara de televisión defiende que éste fue quien atacó a su hijo con una navaja.
"Mi marido no es ningún asesino, sólo actuó en defensa propia porque estaban atacando con una navaja a su hijo. Fue una pelea entre dos hombres y mi marido no iba armado. Y yo juro por Dios y por mis hijos que no me bajé del coche de caballos, que no puse un pie en el suelo y no tuve nada que ver con la muerte de ese hombre". Quien así habla es Concepción Pita, la mujer imputada por su presunta participación en la reyerta que acabó con la muerte del cámara de televisión Jesús Ruiz de Castro durante la romería de Valme. La mujer ha pasado siete meses en prisión preventiva y salió en libertad bajo fianza el pasado 12 de agosto.
Concepción Pita no entiende por qué ha estado en prisión todo este tiempo y explica que la muerte del cámara se produjo por una complicación de su estado de salud en el hospital. "Mi marido acababa de obtener el tercer grado en prisión, donde cumplía una condena por un delito contra la salud pública. Para celebrarlo, alquiló un coche de caballos para asistir con su familia a la romería de Valme. Al llegar allí, este hombre, que iba ebrio, atacó a mi hijo con una navaja de gran tamaño y se la clavó en la pierna. Hay siete testigos que lo vieron con el arma en la mano. Mi marido se bajó del coche y se pelearon. Nunca pensamos que el hombre iba a morir dos semanas después porque iba consciente".
Los resultados de la autopsia de Jesús Ruiz de Castro revelan que falleció en el hospital por una neumonía y que padecía otras enfermedades que se complicaron a raíz de la pelea. "Lo que quiero dejar claro es que nunca hubo intención de matar. Lógicamente a mi marido tienen que condenarlo, pero una cosa es un delito de lesiones o un homicidio imprudente y otra un homicidio doloso".
La mujer, que permanece imputada "sin saber todavía por qué", lamenta que no haya podido asistir al nacimiento de su primer nieto. "A mi hija le hicieron una cesárea y no pude estar con ella. Al día siguiente fui a verla y estuve en todo momento esposada. A eso no hay derecho". Concepción explica que sólo hay un testimonio contra ella, que es el aportado por una vecina de la víctima, y "que difiere por completo del aportado por los siete testigos restantes, incluido el del cochero, que lo presenció todo, y que incurre en numerosas contradicciones". "Nuestro error fue no ir ese mismo día a la Policía, pero teníamos miedo porque mi marido acababa de salir en tercer grado", explica Concepción, que revela que después se entregaron tanto él como ella. También hay un menor imputado y otro familiar al que se le acusa de encubrimiento.
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