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La investigación no descarta una sustancia tóxica ajena a la comida

El padre, fontanero en paro hace dos años por la crisis, vivía en el piso del que fue desahuciado y sufría de los nervios. Salud recalca que el servicio del 061 cumplió el protocolo adecuado.

La Policía cree que los alimentos de Alcalá se contaminaron de manera accidental
A. S. Ameneiro

15 de diciembre 2013 - 12:03

La muerte fulminante de tres miembros de la familia Caño Bautista en Alcalá de Guadaíra, horas después de cenar, ha llevado a los investigadores a barajar todo tipo de hipótesis sobre la causa del fallecimiento, incluida la existencia de una posible sustancia química ajena a la propia comida. La otra niña de 13 años, la única superviviente, salió este domingo de la UCI y pasó a planta del Virgen del Rocío. El caso está bajo secreto del sumario por parte del juzgado de guardia de Alcalá.

La familia atravesaba por una situación económica crítica desde que el padre, fontanero de profesión con empleados a su cargo, se quedó en paro hace dos años. No podía pagar los gastos del piso ni de la furgoneta que tenía. Sobrevivía como podía con la venta de cartones y otros objetos y recogiendo comida caducada de centros de alimentación, sobre todo verduras. Según los vecinos, fueron desahuciados, pero volvieron al mismo piso de la calle Pesadora, en el barrio de Rabesa, con una patada en la puerta. La delegada de Asuntos Sociales de Alcalá, Mariló Gutiérrez, aseguró este domingo a Efe que no había orden de desalojo para esta familia, aunque el piso estaba embargado.

Los vecinos relataban que hasta 2011 el padre había llegado a emplear a varios vecinos del bloque y del barrio, y que incluso había montado empresas en Logroño, la ciudad donde residía antes de venirse a Sevilla en segundas nupcias. Así pues, era una familia de clase media a la que las cosas parecían ir bien hasta que llegó la crisis y acabó con todo. Los vecinos añaden que los tres fallecidos tenían problemas: la madre se dializaba, la hija de 14 años parece que sufría cierto retraso y el padre tenía problemas de nervios.

Andrés, de 20 años y vecino del bloque, había sido empleado del fallecido. "Los vecinos nos hemos quedado tocados con lo sucedido", confesó el joven antes de recordar que al padre no le llegaba la paga de jubilado y tenía que buscarse la vida. "Conocemos a toda la familia. Son muy buena gente y personas sencillas. Ha sido impresionante lo que ha pasado no podía esperar nada de esto", relataba apenada María del Carmen, la vecina del piso de enfrente, quien recuerda que el padre repartía parte de la verdura que le daban entre los vecinos.

El padre tenía otros dos hijos mayores de edad del primer matrimonio. Según informó este domingo la agencia Efe, se trata de un varón que vive fuera de Andalucía y de una mujer que reside también en Alcalá y que, según fuentes municipales, está dispuesta a hacerse cargo de su hermana de 13 años.

La hipótesis de la sustancia química fue apuntada ya el sábado por fuentes médicas especializadas consultadas por este periódico ante la virulencia de la patología y la elevada cifra de muertes sucedida en la familia: Enrique Caño, el padre de 61 años; Concepción Bautista, la madre de 50; y Tamara Caño, la hija de 14 años. "Es más probable que se trate de alguna sustancia tóxica que de una bacteria" provocada por una intoxicación alimentaria. "Puede ser un veneno o un elemento químico, no hay bacterias que sean tan contundentes", aseveraron el mismo día de la tragedia las citadas fuentes médicas. La causa de una sustancia química en la comida circulaba este domingo en algunos corrillos del municipio de Alcalá de Guadaíra, sobre todo después del reciente suicidio de un vecino constructor con problemas económicos.

Ante las insinuaciones de posible negligencia en la actuación sanitaria de los profesionales del 061 que atendieron en dos ocasiones a la familia, un portavoz de la Consejería de Salud de la Junta recalcó este domingo que "el equipo médico actuó cumpliendo el protocolo adecuado". El Equipo Móvil del Dispositivo de Cuidados Críticos de Urgencias de Alcalá de Guadaíra estaba compuesto por un médico, un enfermero y un conductor.

Según la versión oficial, la primera llamada de urgencia de madrugada, a las 02:55 era únicamente para que se atendiese a la niña de 14 años con un cuadro normal de vómitos y náuseas. Los padres no presentaban síntomas de intoxicación alguna a esa hora, y sí en la segunda llamada de las 9:09.

Ante su estado médico, fueron trasladados al hospital de Valme, donde la mujer y el hombre murieron a las 17:15 y las 18:00, respectivamente.

Fuentes de la Consejería de Salud piden prudencia hasta conocer el resultado de la autopsia a las víctimas y de los análisis toxicológicos en el domicilio. La consejería desconoce posibles denuncias sobre la cobertura sanitaria prestada y reiteró la máxima voluntad de colaboración con la investigación judicial abierta.

La autopsia fue practicada este domingo por la noche a las víctimas en el Instituto Forense de Sevilla y tras lo qu cual se trasladaron los cuerpos al tanatorio de Alcalá, que correrá con todos los gastos del funeral.

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