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El imputado por el crimen del cámara alega legítima defensa

Dos testigos relatan que vieron cómo la víctima empuñaba "una navaja" con la que arremetió contra una de las personas que ocupaban un carruaje de la romería de Valme

El cámara de televisión fallecido, Jesús Ruiz de Castro, en una imagen de archivo.
Jorge Muñoz

05 de febrero 2011 - 05:03

Francisco Javier A. S., apodado el Chino, que se encuentra en prisión preventiva como presunto autor del homicidio del cámara de televisión Jesús de Castro, ha alegado que actuó en legítima defensa porque la víctima atacó previamente a los miembros de su familia con una navaja de 30 centímetros. El abogado Manuel Castaño, que representa a Francisco Javier A. S. y a su esposa, Concepción P. R., que también está en prisión preventiva, consideró ayer que la muerte del cámara es un caso de legítima defensa, puesto que existió una "previa agresión" con una navaja por parte de la persona fallecida.

El letrado, que argumenta esta postura en las declaraciones de varios testigos que han comparecido en el juzgado que instruye la causa, señaló que la víctima lanzó una puñalada hacia el carro en el que se encontraba el matrimonio con cuatro menores de edad, a uno de los cuales alcanzó en el pantalón pero sin causarle ningún daño. "Ante esta agresión ilegítima, se produjo la defensa del padre a sus hijos y a los otros menores que iban en el carro", explicó Manuel Castaño, que insistió en que hubo un forcejeo con el cámara de televisión para "defender a su familia y quitarle la navaja".

En el transcurso de ese forcejeo, la víctima recibió "varios golpes, pero mientras mantenía la navaja e intentaba agredir a la familia" de su cliente. Castaño recordó que el incidente duró "escasamente un minuto" y tras arrebatarle el arma, los detenidos continuaron su marcha y vieron incluso como la víctima se levantaba. El abogado insistió en que la mujer que está en prisión "ni siquiera se bajó del carro", por lo que, según dijo, no tuvo ninguna participación en los hechos.

Uno de los testigos que avala la versión del imputado es el cochero que el 17 de octubre de 2010 trasladaba a su familia a la romería de Valme. El testigo, J. M. Z. F., aseguró al juez que se produjo un incidente porque la víctima estaba orinando en la carretera, "a la vista de todo el mundo" y que, a continuación, el cámara sacó una navaja y la introdujo en el carro "con claro peligro para los ocupantes", según la declaración del testigo a la que ha tenido acceso este periódico. Fue entonces cuando el Chino propinó un primer puñetazo a la víctima y saltó del carro, siguiéndole su hijo, que comenzó a darle patadas en la mano que llevaba la navaja hasta que el padre pudo arrebatársela.

Después llegaron un grupo de jóvenes para calmar los ánimos, momento en que el cámara lanzó un puñetazo al padre y éste respondió con otro. El testigo aseguró que no vio que nadie le propinara patadas en la cabeza.

El segundo testigo que avala la versión del imputado sostiene que vio a la víctima dirigiéndose hacia el carruaje "blandiendo una navaja de grandes dimensiones" y profiriendo insultos. Este testigo, M. V. A., coincidió en que vio incluso cómo lanzaba un navajazo a una de las personas que estaban subidas al carro y cómo, a continuación, el cámara recibió una patada, aunque no recuerda si le alcanzó en el pecho o en la cabeza. Esta persona, que asegura presenció el altercado a unos 20 metros, añadió que dos personas se bajaron del carro y le agredieron "con intención de quitarle la navaja, pero esta persona no lo hacía" y explicó que una vez pudieron arrebatársela le pegaron un puñetazo que le tumbó.

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