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Villanueva del río y minas
La historia pasa y reposa en nuestro pueblo de hoy. Hay un lugar en Sevilla donde dinosaurios, romanos, árabes y mineros franceses fueron moradores, y a los que ahora se les invoca para provocar el anhelado desarrollo económico, el Santo Grial de ese filón que se abre como rayo de esperanza en la tierra rural sevillana, el turismo, en diversas y óptimas modalidades, aprovechando un excelso patrimonio histórico, unas deliciosas condiciones naturales y un fundamental impulso institucional. Villanueva del Río y Minas abre un notable abanico de posibilidades, que amén de descubrirnos un paisaje y paisanaje sublimes, aboga por reinventar las condiciones económicas de una comunidad que aún cojea de la pata que fundamental su razón de ser: la mina, antaño germen de crecimiento y hoy día responsable, con su desmantelamiento, de las ingentes necesidades de desarrollo.
Dados los ingredientes, el Consistorio local ya trabaja en la receta que cocine un plato exquisito. La huella del tiempo, así se llama el paseo turístico que nace en pleno cretácito, periodo en el que al parecer, Villanueva del Río y Minas ya era un lugar privilegiado donde vivir. Lo hicieron los dinosaurios, aún desconocidos en especie, toda vez que la Universidad de Sevilla trabaja en la catalogación y estudio de numerosas huellas encontradas en el término municipal, pertenecientes a grandes saurios con incipiente apego al lugar. Una zona ha vivido siempre ligada al desarrollo de la extracción minera. Los romanos ya aprovecharon sus recursos naturales para vaciarla de hierro, cobre y oro. Pero el gran legado romano que pervive es Munigua, un conjunto arqueológico enclavado a escasos kilómetros del municipio, en el que destaca el santuario que corona esta colina sagrada con características que la hacen prácticamente única en el Antiguo Imperio Romano. Además, se aprecia el foro, termas, necrópolis e incluso casas.
Munigua es otro de los filones turísticos, y uno de los cuatro puntos fuertes que componen la huella del tiempo. Tras disfrutar de referencias cretácitas y vestigios romanos, el visitante tiene la posibilidad de descubrir un curioso arte musulmán que se fusiona en construcciones cristianas. Eso ocurre en la Iglesia de Santiago el Mayor, ubicada en el núcleo de población original del municipio, Villanueva del Río, hoy día poblada por apenas 500 vecinos, y ubicada a tres kilómetros del núcleo principal de población. Infraestructura minera que fue la clave del desarrollo y crecimiento urbano, y que hoy día guarda un patrimonio industrial excepcional, siendo esta otra de las postas obligadas de proyecto turístico local. El conjunto histórico de las Minas de la Reunión, con el Pozo Número Cinco, declarado bien de interés cultural, fue un enclave industrial y residencial, desarrollado entre los siglos XVII y XX para la extracción de carbón mineral en el margen izquierda de la Ribera del Huéznar, y que presenta sobresalientes valores medioambientales, paisajísticos, arquitectónicos, etnológicos y tecnológicos. Una joya que sobresale como visita obligada.
Como obligada es la parada en esta localidad, que en palabras de su primer edil, el alcalde Francisco Barrera, busca "reinventarse", tras vivir los últimos dos siglos y medio al ritmo de la extracción minera. Para ello, proyectan la construcción de un centro de recepción de visitantes, futuro punto neurálgico de aprovechamiento turístico, además de la reapertura de la oficina de turismo. La idea está madura, el tren del turismo hace parada, y el desarrollo local puede ser la dirección correcta para sobrevivir a la mina.
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