Un hombre mata a su hermano de un tiro durante una reyerta familiar en Los Palacios
La víctima, de 45 años, llegó con vida al Hospital de Valme pero falleció poco después
La Guardia Civil ha detenido a tres personas y recuperado la escopeta con la que se efectuó el disparo
Un hombre mató presuntamente este viernes a su hermano durante una reyerta familiar ocurrida en un descampado de Los Palacios. La víctima, de 45 años, llegó con vida al Hospital Virgen de Valme, pero falleció poco después en este complejo sanitario, en el que se congregaron numerosos familiares y la Policía mantuvo una importante presencia hasta bien entrada la madrugada para mantener el orden en el hospital.
La Guardia Civil mantiene abierta la investigación del homicidio y por el momento hay tres personas detenidas, entre ellas el presunto autor del mismo. También se ha recuperado la escopeta con la que se efectuó el disparo. Se investigan ahora las causas por las que se originó la reyerta, que podría estar motivada por una relación sentimental entre miembros de la misma familia. Esto habría dado pie a una discusión que fue subiendo de tono hasta acabar en la reyerta a tiros ocurrida la tarde noche del viernes.
El tiroteo tuvo lugar sobre las nueve menos cuarto de la noche en un descampado a las afueras de Los Palacios. Virgilio C. V., de 42 años, habría disparado al menos un cartucho de escopeta a bocajarro contra su hermano Jesús, de 45. Este habría resultado herido en el pecho y el abdomen. Como consecuencia de estas lesiones, el hombre sufrió una parada cardiorrespiratoria.
En un primer momento, los servicios sanitarios del 061 lograron reanimar al herido y mantenerlo con vida hasta llegar al hospital. Un testigo vio al hombre en el momento de entrar en el Valme en estado crítico, con el pecho tiroteado y entubado. Eran aproximadamente las nueve y media de la noche. Unas dos horas después volvió a entrar en parada cardiaca y falleció.
Numerosos familiares se concentraron en la puerta de Urgencias del Hospital de Valme. Varios de ellos intentaron entrar en el hospital. La Policía mantuvo una presencia en el centro sanitario hasta bien entrada la madrugada para garantizar el orden en el mismo. Varios vehículos de la Guardia Civil compartían aparcamiento con las ambulancias y con el taxi del forense, cuya carrera seguía corriendo.
A unos metros, retirada de la entrada de Urgencias, una joven se lamentaba de que ya no pudiera volver a oír la voz del difunto. "Quiero creer que es mentira, pero no lo es", repetía, en una especie de letanía. En la puerta, una mujer mayor, más serena y vestida completamente de negro, pedía a un familiar el número de teléfono "del payo del seguro".
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