"La mala gestión de fondos públicos debería estar penada"

Tres meses después de haber ganado para el PP este estratégico Ayuntamiento, la actividad ante despacho de Ricardo Tarno es frenética. Varios ediles entran y salen, se mueven papeles. Acaba de cerrar la legislatura en el Congreso y cuenta con volver en dos meses. En la entrevista repite varias ideas: es tiempo de austeridad y de apostar por los servicios básicos. Ha coincidido con su vecino Pepe Griñán en varios actos y en el AVE. Han hablado de Mairena. "El presidente es una persona educada", reconoce, aunque matiza que hasta ahora a Mairena le ha servido de poco.

-¿Qué tal lleva lo de ser alcalde de Mairena, coordinar una campaña tan estratégica para el PP-A como el 20-N y ser parlamentario?

-Con mucho trabajo. No hay compartimentos estancos y muchas decisiones que se toman en un ayuntamiento están condicionadas por las que se toman en la administración del Estado o en la autonómica, por eso es importante que haya personas con una visión global. El Parlamento andaluz se empobrecerá si salen los alcaldes.

-¿Repetirá en el Congreso?

-Depende de los comités electorales, que saben de mi disponibilidad. Hemos hecho un buen trabajo y seguido de cerca los compromisos con la provincia. Para los próximos años, tenemos la financiación de la SE-40, el tercer carril de la A-49 y se puede hacer un magnífico trabajo que redunde no sólo en Mairena, sino en toda Sevilla.

-¿Tiene una larga trayectoria política? ¿Qué le aporta ser alcalde?

-Te da una visión de cercanía y globalidad, porque el alcalde no se centra sólo en un área. Y pragmatismo, porque lo importante son los hechos. Es bueno que los políticos pasen por todas las etapas.

-Ha denunciado una deuda municipal de 26 millones. ¿Cómo está lastrando la acción local?

-Este Ayuntamiento, como otros, está en una situación difícil. Pero lo que más nos lastra es la organización. No está dimensionado para la ciudad ante la que debe responder, por eso hay pocos controles y se ha disparado el gasto.

-El anterior gobierno ya intentó poner la contabilidad al día.

-Se avanzó, pero en materia de personal y gestión administrativa debe modernizarse. Ha pasado en poco tiempo de ser el Ayuntamiento de un bonito pueblo del Aljarafe a ser una ciudad, sin adaptarse.

-¿Qué le ha dado tiempo a hacer?

-Hemos intentando contener salarios y personal de confianza. A través de créditos y ayudas nos hemos puesto al día con los proveedores. Estamos profundizando en la organización de áreas y organismos autónomos, trabajando en una relación de puestos de trabajo (RPT). Hemos dado un impulso a obras, como el teatro, en las que no se habían contratado las butacas o los equipos de sonido, y hemos mantenido contactos con la Junta sobre los proyectos paralizados.

-Ha anunciado la supresión de organismos autónomos del Ayuntamiento. ¿Cuáles y cuándo?

-Se van a suprimir algunos, como el de Bienestar Social o el de Medio Ambiente, y se van a fusionar otros. Todo estará presentado antes de 31 de diciembre. La sociedad de tributos se convertirá en agencia pública para adaptarla a la ley.

-¿Qué supondrán estos cambios y qué va a pasar con el personal?

-Supondrá ahorrar costes y mejorar la atención. Con el estudio de la RPT veremos qué puestos son necesarios. Hay servicios en los que la plantilla está sobredimensionada y otros en los que falta. Lo más grave es la falta de funcionarización. El acceso a la administración sólo debería hacerse con la garantía de libre concurrencia, mérito y capacidad.

-¿La RPT conllevará unas oposiciones? Han hecho públicos datos que revelan que, sin contar con la Policía Local, hay una decena de funcionarios.

-La RPT significará en muchos casos la funcionarización del Ayuntamiento. Dentro de los parámetros legales, se convocará una oferta pública de empleo.

-¿Se han solventado ya los problemas de liquidez para pagar las nóminas de los primeros meses?

-Con enormes dificultades. Porque es raro el día que no entra un auto que nos condena a pagar a proveedores. La última es de Fibes, de la etapa de Antonio Martínez Flores, por 131.000 euros. Por eso es importante la propuesta de Mariano Rajoy de responsabilizar a los políticos de la mala gestión económica, aunque no haya lucro. Se debería penar, porque está provocando situaciones gravísimas en el país y en muchos ayuntamientos.

-¿Cómo se podría articular esto?

-Pues que si hay consejeros, presidentes o alcaldes que malgastan el dinero puedan ser condenados penalmente e inhabilitados. Sobrecostes en obras como los que se dan en Sevilla no deberían quedar impunes, sus responsables no deberían poder ser candidatos a ningún otro cargo público.

-¿La situación se da en Mairena?

-Hay situaciones que se asemejan. Hay obras que se han eternizado, que no se han presupuestado al completo o que nadie entiende. En general ha habido bastante frivolidad en el uso de fondos públicos.

-Anunció que no trasladará el Ayuntamiento a la Hacienda Los Rosales. ¿Es definitivo? ¿Y los otros servicios de carácter metropolitano previstos en la zona?

-Había muchos proyectos sobre el mapa sin financiación y sin cerrar con otras administraciones. Nosotros vamos a centrarnos en terminar la ciudad, que tiene importantes brechas debido, sobre todo, a la falta de compromiso de la Junta con el eje tranviario o la ronda Sur. Sin eso, proyectos importantes que dependen del Ayuntamiento, no se podrán realizar. Pero tengo claro que el despacho del alcalde no debe salir del centro. Es el momento del rigor y la austeridad en la administración. Los ciudadanos demandan buenos servicios, huyen de la megalomanía y de que algún político local quiera pasar a la posteridad. No podemos renunciar a proyectos básicos de educación, sanidad, limpieza, parques y jardines, seguridad.

-Si cambia el gobierno en la Junta, ¿será más fácil desbloquear el tranvía Mairena-Bormujos, ya que hay dos alcaldes del PP?

-No se ha hecho por falta de dinero. Con un cambio de gobierno volverá el diálogo a la Junta.

-¿Volverá Mairena al consorcio del Taxi?

-Es una decisión del Pleno. Pero anuncio que hemos encargado estudios para poner en marcha una línea de transporte urbano que comunique los distintos barrios.