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El 'robo' de energía eléctrica se sofistica y la tecnología para evitarlo, también

El problema de los enganches ilegales

Endesa ha multiplicado el personal y los dispositivos para detectarlo

En Sevilla, hubo casi 7.000 casos en 2017

El mayor volumen del fraude se produce en negocios e industrias

El que más crece es el relacionado con plantaciones de marihuana

Fotografía tomada por la Guardia Civil de una plantación de marihuana en Lebrija, donde también se estaba cometiendo fraude eléctrico. / M. G.
Trinidad Perdiguero

24 de junio 2018 - 05:00

Cuando se habla de enganches ilegales a la red para obtener electricidad sin pagar, se suele pensar en familias vulnerables o en okupas con una precaria instalación en la fachada de una casa. Pero según Endesa, aunque esos casos generan muchos expedientes, son fáciles de detectar y de reconducir. Los Servicios Sociales y la propia comercializadora ya colaboran para no dejar sin luz a las familias con pocos recursos. El mayor volumen de la energía que se defrauda es de “consumidores importantes” –como industrias, pequeñas o medianas empresas y negocios de hostelería–, según destacan, en un fenómeno que se ha “multiplicado y profesionalizado” desde 2013, cuando se empezaron a poner en marcha planes especiales para atajarlo.

En el último año, la compañía ha ido incorporando, junto al Big Data o análisis de datos, dispositivos para poder detectar estas conexiones ilegales, hechas por expertos y que no están ya a la vista, como antes, sino en las arquetas, incrustadas en la obra o en los paneles o que pueden desactivarse cuando el defraudador sospecha de una inspección. La compañía ha anunciado que, dentro de su plan de inversiones en Sevilla, hará un importante desembolso para aumentarlos, como está haciendo con los inspectores, aunque no ha facilitado datos al respecto.

Según el Departamento Antifraude de Endesa –que tiene sede en Sevilla para todo el territorio nacional–, en 2017 se detectaron 30.000 casos de fraude en Andalucía. Casi 7.000 fueron en Sevilla. Sólo un 1% del volumen de la energía que fue captada de forma irregular terminó en hogares vulnerables. Por contra, el 69% se defraudó en esos sectores empresariales, a los que se unieron con mucha fuerza los casos cultivos de marihuana del modo 'indoor' –en el interior de inmuebles– , en los que se actúa con las fuerzas de seguridad.

José Antonio Navarro, responsable de Recuperación de Energía de Endesa, insiste en que no sólo es un problema de que alguien no pague la factura o pague menos, sino que hay un riesgo muy alto de seguridad y potenciales accidentes por esas manipulaciones. Algunos de los avisos que han recibido sobre posibles fraudes en negocios han sido de otros empresarios que quieren evitar una competencia desleal, dado el peso que la factura energética tiene en la cuenta de resultados Ha ocurrido, por ejemplo, en el Bajo Guadalquivir. Hay un número gratuito y un correo: 800760220 y anomalias@endesa.es.

También se han dado episodios de contagio entre negocios de una misma zona que acuden al fraude, como pasó en La Algaba, con numerosos bares y cafeterías a los que se tuvo que cortar el suministro en octubre de 2017. Algunas de las personas que se dedican a hacer estos enganches funcionan como empresas, con comerciales que venden el ahorro fraudulento y otros técnicos que lo ejecutan.

En cuanto a los dispositivos que Endesa ha incorporado para detectar esas instalaciones y que irá ampliando, está el llamado videoscopio, una pequeña cámara que puede introducirse por las conducciones que no están a la vista. Los técnicos que realizan las instalaciones fraudulentas empiezan a contar con ello y para bloquearlos introducen hormigón o espuma, con lo que Endesa está utiliza también “trazadores” que, con ultrasonidos, analizan las líneas para localizar las derivaciones.

Se cuenta además con cámaras termográficas de largo alcance, que se usan por la noche o cuando está amaneciendo para buscar el mayor contraste y que permiten detectar puntos calientes por la sobrecarga en determinadas redes. Además, Endesa va a ampliar las unidades con las que ya cuenta de un dispositivo también novedoso y conocido como “analizador en red”.

Es una especie de chivato que pasa desapercibido por su tamaño y es resistente a la humedad para poder usarlo en arquetas. Es móvil y se instala sin necesidad de cortar el suministro cuando hay sospecha de fraude en un consumo y permite documentarlo: registra lo que se gasta realmente y lo que pasa por el contador durante 24 horas. Porque muchas veces el fraude se hace de noche, cuando hay menos inspectores. En Endesa recuerdan, en este sentido, el caso de una empresa con transformador propio: cuando el inspector acudía, siempre había una motocicleta en el acceso y había que avisar para que la quitaran. Era la señal para desconectar y tirar del contado legal.

En cuanto a los enganches relacionados con cultivos de marihuana, la compañía recuerda que siempre los ha habido aunque son los que más están proliferando. Al hacerse en interior, necesitan de una potencia que no se logra con un contrato al uso. En 2017, hubo 548 intervenciones en Andalucía por casos de este tipo, un 144% más que el año previo. Hasta el pasado mayo, ya iban por 289. Hay de tres tipos, en bloques de viviendas (normalmente en barrios conflictivos); en grandes viviendas, a veces en urbanizaciones bien situadas, como en el Aljarafe; y las más grandes e industrializadas, que normalmente se ubican en zonas agrícolas, en un problema de seguridad y salud pública que va más allá del fraude eléctrico.

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