Los forenses confirman que los bebés estaban vivos al nacer y fallecieron por ahogamiento
Juicio parricida de Pilas
Ambos bebés respiraron fuera del claustro materno y la muerte se produjo por un mecanismo de “asfixia mecánica”, por lo que fueron muertes violentas y de origen homicida, según los expertos.
Los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) de Sevilla que realizaron la autopsia de los dos bebés hallados en sendos congeladores de una vivienda en Pilas han confirmado este jueves en el juicio contra la madre acusada de los asesinatos, Sara López Hernández, que ambos bebés estaban vivos al nacer y fallecieron por un mecanismo de "asfixia mecánica" que atribuyen a su ahogamiento.
En la segunda sesión del juicio contra la acusada, los forenses han explicado que ambos cadáveres "eran un calco uno del otro", puesto que "nacieron a término", es decir, tras haber superado la gestación de 40 semanas, y además respiraron "fuera del claustro materno".
En el primero de los bebés, el que fue localizado el 9 de noviembre de 2012, en el frigorífico de la vivienda, los expertos del IML, han concluido con una probabilidad del 99% que la muerte se produjo por sumersión, ahogado, de acuerdo con los estudios realizados al cuerpo.
La autopsia concluye en este caso que el bebé nació a término, respiró fuera del claustro materno y que se trató de una "muerte violenta, homicida y por sumersión". La autopsia reveló en este caso que tenía los pulmones expandidos y de color rosado, lo que indica que nació vivo y respiró, además de que su estómago estaba dilatado y contenía líquido “con origen en la deglución”, lo que incide en esa respiración fuera del cuerpo de su progenitora.
Todas estas pruebas indicar que la muerte se produjo por ahogamiento, algo que concuerda, según han apuntado los forenses, con la declaración de la madre, que ha mantenido que dio a luz en la bañera y que en la misma había agua.
Con respecto al segundo bebé, que fue hallado el 27 de noviembre de 2012 pero que llevaba mucho más tiempo congelado, los expertos han confirmado que las conclusiones son prácticamente las mismas, con la excepción de que en este caso no se halló líquido en el estómago, ésta es la única diferencia porque en el resto ambos casos son "exactamente iguales".
Por ello, concluyen que este bebé, también un varón, nació con vida y respiró fuera del claustro materno, y con respecto a la causa de la muerte han coincidido en que fue una acción "violenta, por asfixia mecánica y muy probablemente debida a sumersión" en agua.
En la segunda sesión del juicio han declarado varios familiares de la familia de la acusada y de su marido, así como la hija mayor de Sara López, que ha declarado a puerta cerrada dado que es menor de edad. La madre de la acusada, por su parte, se ha acogido a su derecho a no declarar en la vista dado el grado de parentesco.
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