La familia del parricida confirma que "se jugó la vida" por ellos

Un policía corrobora que unas semanas antes del crimen el padre decía cosas "incongruentes"

Manuel Salinero.
Manuel Salinero.
Jorge Muñoz

07 de julio 2010 - 05:01

La familia del joven que está acusado de matar a su padre en Año Nuevo de 2008 declaró ayer en el juicio que el parricida "se jugó la vida" para defenderles, un testimonio que corroboraron la madre, la hermana y la novia del procesado.

La madre de Antonio D. P. explicó que en la madrugada del 1 de enero de 2008 su marido la amenazó con dos escopetas, momento en que intervino su hijo para defenderla. La esposa de la víctima aseguró que la víctima era una persona enferma -padecía un trastorno bipolar en fase maníaca- y relató que en vísperas de la Navidad había llegado a esgrimir una navaja contra ella, diciéndole que iba a "matarla" como a toda la familia.

La hermana del acusado explicó que aquella noche fue la primera en irse a dormir, aunque salió varias veces de la habitación cuando su padre realizó los disparos en el jardín, en protesta por los petardos que habían lanzado sus vecinos para festejar la Nochevieja.

Por su parte, la novia del acusado explicó que aquella misma noche, antes de que se produjeran los hechos violentos que desembocaron en la muerte de Antonio D. G., éste se acercó a ella y le pidió que se marchara de la casa porque "no quería hacerle daño".

La joven dijo que su novio es una persona muy dialogante y descartó que fuese violenta. "Es un trozo de pan", afirmó la testigo, que no pudo reprimir las lágrimas durante buena parte de su interrogatorio, como cuando recordó que el acusado, antes de que se produjera el parricidio, le pidió que se marcharan ante el estado en el que se encontraba su padre. La joven no quiso marcharse para no dejar a solas con su padre a la madre y la hermana del acusado.

Uno de los policías que se personaron en el chalé donde se produjo el crimen confirmó que unas semanas antes se había encontrado con la víctima y comprobó que no se hallaba en muy buen estado, puesto que le hizo un relato "incongruente" respecto a que le gustaba ir al País Vasco y pasearse con una bandera de España en el coche porque le daba igual lo que pensarán allí.

El abogado Manuel Salinero, que defiende al acusado, ha recordado en el juicio que cuando se hizo cargo de la defensa, el mismo día del crimen, otro policía comentó en los calabozos que el trágico final "se veía venir", en alusión al trastorno que padecía la víctima y que había hecho que en los últimos meses comprara muchas armas de fuego y navajas, a las que solía nombrar como sus "colmillos".

stats