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La extraña desaparición de Mercedes Márquez

La Guardia Civil busca a una anciana de 84 años, después de que desapareciera junto con su hijo en Carmona, y éste regresara a casa sin pistas del paradero de la madre

Guardias civiles rastrean el campo en busca de la anciana. / Juan Carlos Muñoz

Una mujer joven cocina con la ventana abierta en su casa de Carmona. Vive en un piso bajo y desde la pequeña calle peatonal a la que da la ventana se puede ver el interior de la estancia. Son casi las nueve de la noche y ya apenas hay luz. La mujer prepara la cena y le ayuda su pareja. Dos periodistas se asoman y preguntan: "Disculpen, ¿saben ustedes cuál es el piso de la persona que ha desaparecido?".

"Arriba nuestra, el que nos pisa a nosotros", responde la pareja. Uno de los reporteros pregunta si el hijo de la desaparecida, Juan Antonio de la Osa, de 54 años, ha regresado a la casa. "No, lo tienen en la Guardia Civil", dicen ambos. El periodista replica y les explica que un portavoz de la Guardia Civil asegura que el hombre no está detenido y que se encuentra en libertad. "No me diga eso, por favor, que ya esta noche no voy a dormir", responde la joven.

El periodista trata de calmarla y quitarle importancia al hecho de que su vecino no haya sido arrestado ni que la Guardia Civil le impute de momento nada relacionado con la desaparición de su madre, Mercedes Márquez, de 84 años, cuya ausencia es una de las más extrañas de las que se han registrado en la provincia de Sevilla en los últimos años. "Si ya llevamos dos noches que no dormimos", asegura la joven vecina.

El cartel de los desaparecidos, en la puerta del cuartel de la Guardia Civil. / Juan Carlos Muñoz

El periodista llama al telefonillo de la vivienda de la desaparecida, pero nadie contesta. Desde la calle se ve todo cerrado. No hay nadie en el interior. Dónde está Juan Antonio de la Osa, dónde ha ido desde que salió del cuartel de la Guardia Civil de Carmona (si es cierto que lo hizo) es un misterio, aunque el verdadero enredo del caso es el paradero de su madre, Mercedes Márquez.

Madre e hijo desaparecieron el domingo 29 de septiembre. La familia denunció el martes la desaparición de ambos ante la Guardia Civil tras agotar todos los intentos de localizarlos por sus propios medios. Se repartieron carteles con las fotografías de los dos por todo el pueblo, se informó a los medios de comunicación y los rostros de los dos desaparecidos se difundieron a tope a través de las redes sociales.

Los guardias civiles del dispositivo de búsqueda. / Juan Carlos Muñoz

Uno de esos carteles, ya desactualizado, permanecía este miércoles pegado en una de las jambas de la puerta del cuartel de la Guardia Civil de Carmona, a unos metros de donde varias reporteras de cadenas de televisión nacionales entraban en directo en los informativos tratando de aportar algo de luz a un caso que se ha enredado hasta el punto de que nadie tiene claro qué ha pasado.

El caso dio un giro significativo a primera hora de la mañana de este miércoles, cuando unos vecinos notaron la presencia de Juan Antonio de la Osa en su domicilio. Como el día antes habían visto ya los carteles y habían sabido de su desaparición, alertaron a la Guardia Civil. Los agentes llegaron a la casa y comprobaron que allí estaba el hijo pero no la madre. Se llevaron a Juan Antonio al cuartel para tomarle declaración. Siempre en calidad de testigo y nunca imputado ni mucho menos detenido.

La casa donde reside la desaparecida. / Juan Carlos Muñoz

"Está colaborando para tratar de localizar a su madre", fue la escueta respuesta que los informadores obtenían cada vez que llamaban a la Guardia Civil. Desde primera hora de la tarde, decenas de agentes del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS, los antidisturbios de la Guardia Civil) se desplegaron por varios descampados próximos al domicilio familiar en busca de Mercedes Márquez. Buscaron en una zona en la que, aseguran los vecinos, hay pozos y zanjas. Lo hicieron hasta que se fue la luz y se retiró la búsqueda. "¿Y no la buscan con perros?", se preguntaba una vecina.

Periodistas en la puerta del cuartel de Carmona. / Juan Carlos Muñoz

Ante la falta de información oficial, la rumorología se desató en Carmona. Los bulos corrían de boca en boca y saltaban a los teléfonos móviles de los informadores. Hasta de Barcelona llegaron. Un periodista aseguró que le habían llamado de la delegación de su agencia en Madrid con el relato de una compañera que es de Carmona pero trabaja en la capital catalana, y que aseguraba que había aparecido el cadáver de la anciana. Nada más lejos de la realidad. Todas las hipótesis siguen abiertas. El caso sigue siendo un misterio que debe resolverse en las próximas horas.

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