La escasez de agua atenaza a una veintena de municipios sevillanos
abastecimiento · el problema de la sequia
La merma en pozos y acuíferos afecta a 74.200 vecinos, el 4% de la población.
El suministro para consumo humano está garantizado en los grandes sistemas que se surten de pantanos.
Pese a las noticias sobre la sequía y el hecho de que este verano se hayan producido restricciones para el consumo humano en algunos puntos, los expertos en materia de aguas de la Diputación de Sevilla aseguran que el riesgo afecta a un número limitado de municipios, porque la mayoría (69 de los 105) están integrados en los grandes sistemas de abastecimiento (Emasesa, Aljarafesa, el Huesna y el Plan Écija) que distribuyen el agua de pantanos de las sierras de Huelva y Sevilla, en los que las reservas han bajado pero siguen en niveles aceptables. La preocupación si no llueve lo suficiente se centra en 14 localidades de las 26 que gestionan este servicio de forma aislada y en seis más del Consorcio de Aguas de la Sierra Sur, 20 en total.
Éstas se surten en su mayoría de aguas subterráneas, en las que el nivel freático baja con las sequías periódicas del clima mediterráneo, como ha ocurrido ya este verano. La apuesta por la integración e interconexión para evitar problemas de escasez o por contaminación derivada de la agricultura ha sido una constante de la Diputación, pero se topa con resistencia por parte de los ayuntamientos, que en última instancia tienen la competencia del servicio público de agua.
En esos 20 municipios aislados de los grandes pantanos en los que el riesgo de padecer problemas de abastecimiento es alto o moderado residen más de 74.200 vecinos, el 3,8% de la población sevillana. Entre los que tienen un riesgo alto y ya han tenido que afrontar cortes en el suministro están Aguadulce, Badolatosa, Casariche, Lora de Estepa y Pedrera. El riesgo también es elevado en los municipios integrados en el Consorcio de la Sierra Sur (La Roda de Andalucía, Martín de la Jara, Los Corrales, El Saucejo, Villanueva de San Juan y Algámitas), aunque tienen una conexión complementaria con el Plan Écija. Entre los que presentan un riesgo moderado pero que podría agravarse si no llueve, están Alanís de la Sierra, Burguillos, Constantina, Guadalcanal, Isla Mayor, Montellano, Las Navas de la Concepción, Villaverde del Río y, en menor medida, también Almadén de la Plata.
Esa situación se debe a la escasez de recursos en los pozos de los que se abastecen, pero también está relacionada con las carencias de las infraestructuras -por la dificultad de afrontar inversiones complejas y costosas desde el ámbito local- y de la propia gestión de un servicio que, en ocasiones, los gobiernos municipales han mantenido en el ámbito local por no afrontar una decisión políticamente controvertida: la integración implica unificar tarifas con el entorno y, generalmente, que los vecinos paguen más por lo que consumen. Cuando hay escasez es cuando se exigen soluciones, pero la única de emergencia en abastecimiento es el camión cisterna. Lo demás necesita planificación, tiempo y dinero que sólo pueden plantearse a medio y largo plazo, sin las urgencias de que no salga agua del grifo.
Hay un dato destacable en ese sentido. Se estima que la media del consumo en muchos de estos municipios en los que el agua escasea ahora está entre los 500 y 600 litros por persona y día, cuando en los sistemas con una tarifación progresiva según el consumo está entre 130 y 200 litros diarios. Ese mayor gasto acrecienta el problema de falta de recursos en los pozos, que también se ven afectados por extracciones o pozos ilegales, que no se declaran pero que restan disponibilidad al acuífero, como se ha evidenciado en el entorno del parque natural de Doñana, aunque en estas otras comarcas pasa más desapercibido.
En otros diez municipios que aún gestionan el agua de forma independiente, el riesgo de padecer problemas de abastecimiento es bajo, pero sí presentan algunos problemas por la contaminación de aguas subterráneas por la actividad de la agricultura (tienen casi al límite algunos indicativos) o por carencia o necesidad de renovar infraestructuras.
Es el caso de Castilblanco de los Arroyos y El Castillo de las Guardas (se abastecen de sendos pequeños embalses), Cazalla de la Sierra (de sondeos y un pequeño embalse), Coripe, Gilena (se abastecen de varios sondeos), Lora del Río (se abastece del embalse José Torán), Peñaflor (recibe agua de El Retortillo y también de manantial), Pruna (aguas subterráneas), La Puebla de los Infantes (derivación del Retortillo) y San Nicolás del Puerto (pozos). Estepa (que cuenta con varios sondeos) y Guillena (con agua del pantano de la Minilla y sondeo propio) también gestionan el agua por su cuenta, a través del ayuntamiento y una empresa municipal y, en principio, no tienen problemas de infraestructuras ni de escasez de recursos, aunque la gestión sería mejorable, según las fuentes consultadas.
Otras posibles soluciones para otros casos
Entre los municipios que presentan un riesgo moderado de padecer escasez de agua, hay algunos que tienen relativamente fácil la conexión a uno de los grandes sistemas de abastecimiento de Sevilla. Es el caso de Villaverde: las tuberías del Huesna pasan a un kilómetro del casco urbano. En Burguillos se llegó a anunciar en 2015 la conexión a Emasesa, con la ayuda de una inversión de la CHG de 2,4 millones que luego no se ha concretado. El Ayuntamiento de Montellano, que sufre periódicos problemas de contaminación, tomó la decisión hace años de entrar en el Huesna y se planificó, pero se topó con la oposición vecinal, se hizo una consulta popular y salió que no. Isla Mayor también podría conectarse con Emasesa a través de Villamanrique.
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