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El drama familiar de Concepción

La víctima del tiroteo cuidaba a un hijo tetrapléjico, a su madre casi nonagenaria y a su marido diabético y con problemas de visión · Deja también otra hija que seguía en estado de 'shock' tras presentar los hechos

F. Pérez Ávila / Sevilla

26 de mayo 2012 - 05:03

Concepción Barreiro era el sustento de su familia. Tenía un hijo de 31 años tetrapléjico, una madre casi nonagenaria y un marido diabético y con problemas de visión. De los tres se encargaba ella. Su muerte abre un profundo drama en esta familia humilde y trabajadora del Barrio Bajo de San Juan de Aznalfarache. También deja una hija, de poco más de 20 años, que la acompañaba en el momento de su muerte y que ayer se encontraba en estado de shock después de presenciar cómo fallecía su madre en plena calle alcanzada por una bala perdida.

Los familiares de Concepción, conocida por todos sus allegados como Conchi, se enteraron muy pronto de lo ocurrido. Esta mujer residía en el número 29 de la calle Antonio Machado, a unos trescientos metros de la parada del autobús urbano en el que se encontraba cuando se entabló el tiroteo entre la Policía Local y los dos atracadores que habían irrumpido armados en la sucursal de Cajasol situada al final de la calle. De ahí que en cuanto se oyeron unos disparos y el sonido de las sirenas de las ambulancias y la Policía, los familiares, vecinos y amigos ya sabían quién era la persona que acababa de fallecer.

El marido, Francisco, necesitó asistencia psicológica, al igual que su hija, que fue atendida in situ todavía con los brazos y la ropa manchados por la sangre de su madre. Quien se encargó de realizar todos los trámites ante la Policía y de atender los requerimientos del juzgado de Instrucción 15 de Sevilla fue el sobrino de la víctima, trabajador en el Ayuntamiento de San Juan. Aún vestido con el uniforme del trabajo, y acompañado en todo momento por su mujer, este joven tuvo fuerzas también para consolar a su tío cuando le comunicaron la noticia.

Parte del equipo de psicólogos que atendió a la familia se desplazó al centro de educación especial en el que se encontraba el hijo de la víctima, que nació con parálisis cerebral y tetraplejia causadas por un sufrimiento fetal. Cada mañana lo recoge un autobús que lo lleva a un centro especializado donde pasa el día, en compañía de otros enfermos que requieren de esta asistencia. Ayer había sido ya recogido en el momento en que se produjo el tiroteo que acabó con la vida de su madre.

Todos los vecinos se preguntaban ayer quién cuidaría del hijo enfermo y de la madre, Amparo, cuya edad roza los noventa años. De todo ello se encargaba Concepción, a la que el alcalde de San Juan, Fernando Zamora, que conocía personalmente a la víctima, definió ayer como una "mujer ejemplar" y "luchadora". Esos mismos términos eran utilizados recurrentemente por los vecinos del Barrio Bajo para describir a la mujer fallecida ayer. El alcalde estuvo ayer en el lugar de los hechos e incluso algunos de los vecinos le mostraron su preocupación e inquietud por el aumento de la inseguridad en este barrio.

"Ya no vamos a poder salir. Esto ni siquiera ha pasado de noche, en una calle solitaria, sino a las nueve menos veinte de la mañana en una calle con mucho tráfico y mucho ajetreo de gente", indicaba una mujer tras el cordón policial establecido en torno al punto en el que cayó muerta su vecina.

Concepción había vivido toda su vida en esta zona de San Juan de Aznalfarache. Era ama de casa pero ocasionalmente trabajaba limpiando algunas viviendas. "Nos criamos juntas, estuvimos en el colegio y vivimos en la misma calle", recordaba ayer Encarnación García, la vecina que atendió a Inmaculada, la hija de la víctima, justo después del tiroteo. "La hija no paraba de decir qué iba a pasar ahora con su hermano", explicaba otra testigo de los hechos. También la lloró ayer el dueño de un bar cercano, donde Concepción solía ir a comprar churros a menudo. "Pensé que habían sido petardos o cohetes del Rocío, pero rápidamente me extrañé porque el viernes ya no hay carretas aquí. Enseguida me dijeron que era un atraco y que habían alcanzado a Conchi", señalaba José Ríos.

Los familiares prefirieron no hacer declaraciones porque se encontraban muy afectados por lo ocurrido. "Es mejor venir dentro de unos días, ahora mismo estamos muy mal", decía el cuñado de la víctima ante la puerta de su vivivienda. El funeral de Concepción se celebrará a las 11:30 de hoy en la parroquia de San Juan Bautista, en el Barrio Bajo, muy cerca del lugar donde murió.

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