La deuda bancaria de los ayuntamientos de Sevilla sigue a la baja en el año de la pandemia
Datos de Hacienda | La administración local está saneada en su mayoría una década después
Sólo 9 municipios tienen más créditos que hace un año
Hasta 24 lograron cerrar 2020 sin deber nada a bancos y cajas
Las reglas financieras obligan desde 2012 a destinar el ahorro de forma preferente a estos pagos
Los 106 municipios que componen la provincia de Sevilla cerraron el año 2020 con una deuda financiera notablemente inferior a la del año previo. En su conjunto, se quedó en algo más de 498.831.000 euros, lo que supone que se amortizaron más de 97 millones, que equivalen al 16,28%. Casi la mitad de la deuda de la administración local en Sevilla es del Ayuntamiento de la capital. En concreto, el 47,46%, con cerca de 237 millones de euros en números absolutos. La ciudad también redujo el dinero que debe a entidades financieras en el último año, incluso por encima de la media, en un 22%.
Así se desprende de los últimos datos publicados, el 30 de junio, por el Ministerio de Hacienda sobre llamada deuda viva de las administraciones locales, un concepto que se corresponde con los créditos bancarios, con los del Instituto de Crédito Oficial (ICO) y otras operaciones de este tipo, como los FEAR (los préstamos a coste cero de la Diputación), aunque no reflejan toda la realidad económica de un municipio, puesto que no están incluidas las deudas comerciales (por facturas o pagos pendientes a proveedores) y con Hacienda y la Seguridad Social, que son importantes en algunos casos. Tampoco, los pagos pendientes por sentencias judiciales en contra de los ayuntamientos.
Esa tendencia a la baja del endeudamiento financiero en 2020 fue generalizada en los ayuntamientos de Sevilla. Apenas hay una decena de excepciones. Sólo aumentaron su deuda los ayuntamientos de Arahal, Las Cabezas de San Juan, La Campana, Fuentes de Andalucía, Gelves, Huévar del Ajarafe, El Pedroso, La Puebla de los Infantes y La Roda de Andalucía.
A pesar de que en algunos casos el incremento porcentual puede parecer importante, se suele deber a que los municipios partían de un nivel de endeudamiento bajo en 2019. Hay excepciones, como Huévar, con una deuda viva de cierta entidad para una localidad de poco más de 3.000 vecinos: superaba los 3,3 millones al cierre de 2019 pero ha crecido hasta acercarse a los 4 millones, sin contar con la de la Seguridad Social.
Los 24 con la deuda a 0
Por el contrario, hay hasta 24 municipios que cerraron 2020, marcado por la pandemia, sin deber nada a las entidades financieras. Entre los de mayor población que destacan en esta situación especialmente saneada están La Rinconada, Bormujos, Castilleja de la Cuesta y Lora del Río.
Pero hay otros que también están a cero, como Albaida del Aljarafe, Alcalá del Río, Alcolea, Aznalcázar, Benacazón, Castilleja del Campo, Constantina, Espartinas, Guadalcanal, Lantejuela, La Luisiana, El Madroño, Olivares, El Palmar de Troya, Paradas, El Ronquillo, Salteras, Tocina, Villamanrique de la Condesa y Villanueva de San Juan.
Es frecuente que los gobiernos municipales resalten la reducción de deuda viva como ejemplo de buena gestión. Pero, como apunta Hilario Hurtado Gómez, miembro de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Secretarios, Interventores y Tesoreros de la Administración Local (Cosital) en Sevilla, en los últimos años, los ayuntamientos han tenido muchas limitaciones para solicitar créditos.
Por un lado, está la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que obliga a destinar preferentemente el superávit municipal a amortización esas deudas y, por otro, la regla de gasto que hasta ahora que se ha suspendido por la pandemia, limitaba el aumento del presupuesto de cada año incluso cuando el municipio tuviera remanentes.
Además, cuando la deuda supera el 75% de los ingresos liquidados en el ejercicio anterior, los ayuntamientos deben pedir autorización a la Junta para suscribir nuevos créditos.
Según recuerda, algunas de esas medidas se pusieron en marcha tras la crisis que se desencadenó en 2008, cuando los ayuntamientos acumulaban una deuda muy elevada e incluso sin cuantificar en algunos casos con proveedores, un lastre para la supervivencia de pequeñas empresas.
El pico tras el plan de pago a proveedores
Después de que el ministerio, entonces con Cristóbal Montoro al frente, obligara a convertir esa deuda comercial en créditos para pagar a las empresas, fue cuando se alcanzó el pico de deuda viva en las administraciones locales.
En Sevilla y según los datos a 31 de diciembre de 2012, los ayuntamientos debían más de 1.073 millones, que en menos de una década se han reducido en un 53,58%. Esa mejora ha hecho, según recuerda también Hurtado, que el problema del endeudamiento de las administraciones públicas no esté ya ni mucho menos en los ayuntamientos, sino en las comunidades autónomas y en el Estado.
El interventor descarta además que esa importante reducción de deuda entre 2019 y 2020 tenga que ver con la situación de pandemia y el que haya habido gastos consignados en el presupuesto, como los previstos para actividades festivas o culturales, que no se hayan ejecutado. Según recuerda, esos ingresos no están disponibles hasta que se liquida el presupuesto, en el primer trimestre del año siguiente y es entonces cuando se pueden consignar para créditos.
Además, aunque se haya podido ahorrar, también se han perdido ingresos vinculados a esas actividades y ha habido que hacer mayor desembolso en ayudas sociales, tareas de limpieza o desinfección y acopio de material sanitario, cuando ni los gastos estructurales ni las inversiones en obras han variado sustancialmente más allá de que se hayan producido retrasos.
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