"Estoy destrozado"

Horror en el Aljarafe

El marido de la presunta parricida pide la custodia del bebé que va a nacer y su mujer, que lo cuiden sus familiares.

Francisco Antonio H. L, ayer, saliendo de los juzgados.
Francisco Antonio H. L, ayer, saliendo de los juzgados.
Fernando Pérez Ávila / Sevilla

29 de noviembre 2012 - 05:03

Cabizbajo, acompañado por dos familiares, con los ojos cubiertos por unas gafas de sol y con paso rápido hacia el coche. Así salió, al filo de las cuatro de la tarde de este miércoles, de los juzgados de Sanlúcar la Mayor Francisco Antonio H. L., el marido de Sara López, la mujer acusada de asesinar a dos bebés introduciéndolos en sendos congeladores del domicilio familiar, en el número 51 de la calle Beatriz de Cabrera de Pilas.

El marido no quiso pararse a atender a los informadores congregados a las puertas de la sede judicial, pero sí dejó a su llegada una frase que hizo fuera de micrófonos y de cámaras. "Estoy destrozado", respondió a una periodista que se le acercó cuando entraba al juzgado y le preguntó simplemente cómo se encontraba después de que encontrara un segundo bebé cuando limpiaba otrto congelador. No dijo ni una palabra más ante la prensa y los familiares también declinaron hacer cualquier declaración pública, tanto en los juzgados de Sanlúcar como en Pilas.

El motivo de la comparecencia de Francisco Antonio en los juzgados fue para asistir a a la vista que el juez de Primera Instancia e Instrucción 3 de Sanlúcar celebró para decidir la guarda y custodia del nasciturus. En la vista estuvieron presentes tanto el juez como la fiscal del caso como los padres del futuro bebé, que coincidieron en el juzgado un día después de que lo hicieran durante el registro de la casa tras el hallazgo del segundo bebé.

Fuentes del caso explicaron que el marido de la presunta parricida solicitó que el niño sea entregado a su familia cuando nazca, para criarlo junto con los otros dos hijos del matrimonio, que tiene una niña de 14 años y otra de 11. Por su parte, Sara López solicitó que sean sus familiares más próximos, los de ella, quienes se hagan cargo del bebé una vez que nazca. La mujer está ya casi en el octavo mes de gestación, un embarazo que también había conseguido ocultar tanto a su marido y familiares como al juez y los guardias civiles que la detuvieron tras el hallazgo del primer cadáver, el pasado 9 de noviembre. El juez decidirá en breve quién se hará cargo del niño, en un auto que podría emitir en los próximos días.

Francisco Antonio llegó a la sede judicial sobre la una menos cuarto de la tarde, acompañado por su tío y un hermano. Hasta que no comenzó la vista, una vez terminados los juicios señalados para este miércoles, el marido de la presunta parricida estuvo todo el tiempo sentado en un pasillo sin moverse. Su esposa pasó este tiempo en el calabozo de los juzgados, adonde fue trasladada desde la prisión de mujeres de Alcalá de Guadaíra en una ambulancia convencional escoltada por un patrullero de la Guardia Civil.

Lo único que ha declarado esta mujer acerca del segundo cadáver es que no recordaba nada de este embarazo. En el primer caso, sí que aseguró que el niño nació sin vida y que lo envolvió en unos plásticos y lo guardó en la nevera para conservarlo, "por amor". La autopsia, en cambio, reveló que había nacido vivo. Lo que por el momento no ha trascendido es si alguna persona la ayudó en ambos partos. Por el momento, no hay ninguna otra persona imputada al margen de la propia Sara y tampoco existen sospechas sobre el marido, ya que es quien está ejerciendo de denunciante de los hechos al alertar a las autoridades de los hallazgos de los dos bebés.

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