La defensa de la parricida pedirá un segundo informe psiquiátrico

Pilas

Los forenses creen que Sara López no presenta ninguna patología, sólo un "trastorno disocial".

La parricida, Sara López.
La parricida, Sara López.
Jorge Muñoz

13 de febrero 2013 - 05:03

La defensa de la parricida de Pilas, Sara López Hernández, pedirá un segundo informe psiquiátrico, después de que los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) hayan llegado a la conclusión de que la madre de los dos bebés que aparecieron muertos en sendos congeladores no padece ninguna patología.

El informe incorporado a la causa señala que la parricida sólo padece un "trastorno disocial" de la personalidad, lo que implica que tiene dificultades para relacionarse con las demás personas de su entorno, pero esto no afecta a su voluntad. De acuerdo, con este informe, Sara López es perfectamente imputable por el asesinato de los dos bebés.

El abogado Manuel Caballero, que defiende a la acusada, va a solicitar ahora la práctica de un segundo informe para que otros expertos examinen si la madre de los bebé, que tiene 34 años y permanece en prisión provisional, padece alguna patología que pudiera haber influido en su conducta.

El juez de Sanlúcar la Mayor que instruye la causa dispone ya del informe definitivo sobre la autopsia practicada al primer bebé, que fue hallado el 9 de noviembre de 2012, y que confirma que la muerte se produjo por asfixia, aunque aún queda por determinar si el niño falleció ahogado dentro de la bañera donde la madre ha reconocido que dio a luz.

Con respecto al segundo bebé, todavía no se cuenta con el informe completo de autopsia, por cuanto el cadáver llevaba más tiempo congelado y el examen forense resulta más complicado.

Sara López ha admitido en su declaración que ocultó los embarazos a todo su entorno, incluso a sus compañeros de trabajo, y ha añadido que "nadie" la asistió en los partos ni la ayudó.

La mujer sostuvo entonces que "temía la reacción del entorno" de su marido ante el primer embarazo y justificó que escondiera el bebé en el congelador del domicilio porque "no quería desprenderse de él ni olvidarlo" y porque no le parecía bien "tirarlo a un contenedor". Cuando el juez y el fiscal le insistieron en por qué actuó de esa forma, no paró de decir que nadie "podía entenderla".

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