Un "complejo ambiental" en la antigua mina
Aznalcóllar
Emerita prevé hacer del yacimiento un "emblema" y crear 450 empleos tras una inversión de 500 millones.
La unión Emerita Resources Corp y Forbes Manhattan presentaron ayer a empresarios sevillanos su proyecto de explotación de la antigua mina de Aznalcóllar -abandonada tras el desastre causado por la rotura de la balsa de residuos en 1998-, que tiene como objetivo hacer del yacimiento un "complejo ambiental" y convertir la zona en "un emblema" de cómo se trabaja en Andalucía.
Ante un repleto salón de actos del Club Antares, el presidente de Emerita, Joaquín Merino, señaló que la mina puede ser un centro de referencia mundial y "una ventana de visibilidad internacional con foco en Estados Unidos y Canadá". Aparte de la empresa canadiense, a la segunda y última fase del concurso internacional convocado por la Junta de Andalucía -y que tiene el 15 de diciembre como fecha tope para la entrega de la documentación- también opta México-Minorbis (formada por la cordobesa Magtel y Grupo México). La decisión del Gobierno andaluz está prevista para la segunda quincena de marzo.
Emerita destacó que Aznalcóllar cuenta con un clima que permite el trabajo en el yacimiento todos los días del año, tiene un gran potencial geológico y se encuentra a tan sólo treinta minutos de Sevilla. El proyecto, "que se podría poner en marcha de manera muy rápida", prevé la creación de 450 empleos directos, 1.400 indirectos y otros tantos inducidos (comercio, hostelería, servicios viarios). Se denomina Savia y tiene una inversión prevista de 500 millones de euros, 700 durante la vida de la mina, que se espera que llegue al menos a los 20 años, pero que pueden aumentar.
Sobre las exigencias medioambientales del proyecto para extraer las reservas de cobre, plomo y zinc que rondan los 30 y 35 millones de toneladas, apuntó que las de la Junta son "las habituales" en cualquier otro sitio que cuenta con las mismas características que Aznalcóllar. Tras anunciar que ya se han reunido con ecologistas y expertos del Parque Nacional, Merino indicó que el modelo de explotación evitará escombreras o balsas de lodos, que se compactarían con cemento y se inyectarían en las galerías sin uso.
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