Las claves del juicio a la parricida de Pilas
El caso de Sara López encuentra su antecedente en el de otra madre que fue juzgada hace una década por asesinar a su bebé tras parir en la bañera de su casa.
Una década después, un jurado compuesto por nueve ciudadanos -cinco hombres y cuatro mujeres- enjuiciará a una madre acusada de matar a su bebé. El caso de Sara López Hernández, la parricida de Pilas (Sevilla) que será juzgada a partir de este miércoles por el asesinato de dos bebés, encuentra su antecedente directo en el de otra madre que también fue juzgada hace una década en Sevilla por un jurado popular, por dar muerte a su bebé tras alumbrar en la bañera de su casa, en este caso en la localidad de Camas.
Son dos casos parecidos pero muy distintos. En el juicio que se celebró en 2002, un jurado decidió absolver inicialmente a la madre acusada, María del Carmen D. R. -por entonces de 31 años- del asesinato de su bebé, que murió ahogado tras nacer en la bañera. La Fiscalía hispalense recurrió el veredicto del jurado y el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ordenó repetir el juicio tras anular la decisión del jurado por "falta de motivación". El nuevo juicio contra esta joven se celebró dos años después, en mayo de 2004, y en esta ocasión el jurado dio la razón al Ministerio Público, representado por el entonces fiscal jefe de Sevilla Alfredo Flores, quien en una de sus últimas intervenciones en el estrado consiguió una condena de 16 años por la muerte de su bebé, que tuvo lugar el 29 de marzo de 2001. Desde este caso, ningún jurado popular se había enfrentado desde entonces a enjuiciar a una madre acusada del asesinato de su bebé.
En el caso de Sara López, la Fiscalía de Sevilla reclama una condena de 40 años por dos delitos de asesinato, por haber asesinado a sus dos bebés e introducirlos posteriormente en sendos congeladores de su vivienda, circunstancia que conmocionó a la localidad de Pilas. El Ministerio Público aprecia en la conducta de la acusada la circunstancia agravante de parentesco y pide asimismo una indemnización de 300.000 euros para su marido y de 30.000 euros para cada uno de sus dos hijos mayores.
El relato de hechos que la Fiscalía someterá al jurado señala que entre los años 2002 y 2008, Sara López quedó embarazada de su marido, pero decidió acabar con la vida del niño una vez que naciera. Por ello, según la acusación pública, "ocultó el embarazo a todo el mundo, incluidos su esposo y otros miembros de la familia, no visitó a ningún ginecólogo ni se hizo ningún tipo de prueba médica, además de usar fajas para ocultar su estado".
Una vez finalizado el embarazo, dio a luz en su domicilio sin la ayuda de ninguna persona. El niño pesó 3,5 kilos y "respiró tras la separación del claustro materno", pero la fiscal considera que la acusada, "llevando a cabo su plan preconcebido", provocó supuestamente la asfixia del bebé por medios que se desconocen.
A continuación, metió a su hijo en una bolsa de basura gris, que guardó en otra bolsa blanca y lo ocultó en un arcón congelador que se encontraba en la cocina del domicilio familiar, guardándolo entre alimentos para que quedara oculto.
Entre los meses de septiembre y octubre de 2010, Sara López volvió a quedarse embarazada de nuevo y también decidió "ocultar el embarazo para dar a luz a su hijo y posteriormente quitarle la vida", sostiene la Fiscalía, que recuerda que en esta ocasión tampoco acudió al médico y utilizó nuevamente fajas para disimular su estado.
Según el relato de cargos de la Fiscalía, sobre las diez y media de la mañana del 24 de junio de 2011, Sara López comenzó a tener las contracciones propias del parto. Al hallarse sola en su casa, se introdujo en la bañera y la llenó de agua parcialmente, dando a luz a un bebé que pesó 3,3 kilos y que igualmente respiró fuera del seno materno. Para la Fiscalía, la madre sumergió al hijo en la bañera hasta ahogarlo.
Después introdujo el cadáver del bebé en una bolsa de basura, junto con la placenta y el cordón umbilical, y lo ocultó en el último cajón del congelador de la nevera de la cocina, en el que también introdujo varios alimentos.
Sobre las cinco de la tarde del 9 de noviembre de 2012, el marido de la acusada halló este segundo bebé cuando estaba limpiando el frigorífico. Tres semanas después, el 27 de noviembre de 2012, el marido volvió a localizar en este caso al primer bebé supuestamente asesinado cuando limpiaba el arcón congelador.
Cuando Sara López Hernández fue detenida se hallaba nuevamente embarazada, pero su estado de gestación no fue detectado hasta que ingresó en prisión. El 30 de noviembre de 2012 dio a luz a una niña fruto de este nuevo embarazo.
Una de las claves del juicio radica en determinar si la madre tenía alteradas sus facultades mentales, algo que ya han descartado los psiquiatras del Instituto de Medicina Legal (IML) de Sevilla que la han examinado y que han llegado a la conclusión de que no padece ninguna patología de tipo mental. La Fiscalía, siguiendo estos informes, dice que la acusada mantiene intactas sus facultades cognitivas y volitivas, y recuerda que antes de estos sucesos se sometió a dos abortos en una clínica de Sevilla.
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