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El 13 de julio se cumplieron dos años desde que se constituyeron los plenos de los ayuntamientos y tomaron posesión los alcaldes tras las elecciones de mayo de 2015. Pasado el ecuador del mandato, se han acelerado los cambios en algunos municipios -desde mayo, los ha habido en Villanueva del Río y Minas, Lebrija, Estepa...-. No es extraño porque, sobre todo si se trata de la entrada de nuevos equipos políticos que pretenden enderezar o acelerar la gestión, apenas hay margen para aprobar dos presupuestos y desarrollar un trabajo efectivo con los tiempos de la administración.
Hoy, en pleno puente de agosto, se ha debatido en Estepa la cuarta moción de censura que se presenta en Sevilla desde 2015. La formalizaron el 31 de julio el PSOE, el PP y el PA contra Salvador Martín, alcalde de Independientes por Estepa, y ha properado, colocando al frente del gobierno a Antonio Jesús Muñoz (PSOE). De ser así, son once los alcaldes que han cambiado en otros tantos ayuntamientos sevillanos en dos años. La mayoría han sido relevos, con más o menos tensión interna, dentro del mismo grupo político: Espartinas (C's), Gines, Cañada Rosal, Castilblanco de los Arroyos, Alcalá de Guadaíra, Lebrija (del PSOE). Pero en otros cinco ha habido cambio de color político al frente del gobierno y siempre el nuevo alcalde elegido ha sido socialista. Es decir, la formación de Verónica Pérez, secretaria provincial del PSOE, es la beneficiada por los cambios. Arrancó el mandato con 68 alcaldes de los 105, incluido el de la capital. Hoy, cuando prospere la moción de Estepa, contará con 73. A mucha distancia en poder real en las administraciones locales de la provincia, el PP tiene 8 alcaldías e IU, 16. El resto se las reparten otras formaciones.
Pese a la irrupción de los partidos emergentes en 2015 -C's y Podemos, con sus distintas marcas blancas, que contribuyeron a fragmentar los plenos-, no han sido decisivos en estos cambios. Han sido los concejales de un partido en retirada, el PA, los que han servido de apoyo al PSOE en las dos mociones de censura que hasta ahora le han aupado a nuevas alcaldías: en Constantina -frente a Ciudadanos de Constantina, que en su debú logró ser la fuerza más votada- y en Santiponce -donde era tercera fuerza y apartó a un regidor de IU-. El PA participa igualmente en la moción de censura que se vota hoy en Estepa con el PP y el PSOE.
El PSOE ha logrado además recuperar otras dos alcaldías sin necesidad de mociones de censura. Un mes después de la constitución de los ayuntamientos, accedió a la de Villaverde del Río el socialista José María Martín, candidato de la segunda fuerza más votada. El anterior regidor, de La Voz de Villaverde, Santiago Jiménez, se sometió a una cuestión de confianza que no superó -lo que implica su cese automático- después de que su minoría frente a la oposición no le permitiera siquiera aprobar las retribuciones para el gobierno.
El PSOE también volvió con Miguel Ángel Barrios, el 19 de mayo, a la Alcaldía de Villanueva del Río y Minas tras la renuncia de la alcaldesa de Unión Minera, María Josefa Ferré. Ésta empató a cuatro ediles con el PSOE y logró gobernar con un pacto con dos ediles de Unidos por el Cambio y el del PP, que se rompió. Ante la necesidad de dar estabilidad a un Ayuntamiento que arrastra problemas graves, llegó a un pacto con el PSOE que incluía la cesión de la Alcaldía, aunque Unión Minera sigue en el gobierno.
En cuanto a los relevos dentro de los gobiernos socialistas, en dos casos (Cañada Rosal y Castiblanco) han sido por que los alcaldes fueran nombrados delegados territoriales en la Junta y hubo que sustituirles. Algo más traumática -pese a que el PSOE logró una mayoría absoluta histórica- fue la renuncia del alcalde socialista de Gines Manuel Camino, al que sustituyó Romualdo Garrido, por diferencias en el propio equipo socialista. El PSOE ha logrado además culminar en estos dos años el relevo en dos alcaldías estratégicas, en las que el cambio se apuntaba desde hacía mucho: Alcalá de Guadaíra y Lebrija. En el primer caso se logró dar salida a Antonio Gutiérrez Limones sin perder el gobierno -un riesgo cierto-; en el segundo, se retiró María José Fernández, tras 10 años en la Alcaldía y lidiar con la tarea ingrata de liquidar la Mancomunidad de Municipios del Bajo Guadalquivir. Son diputado en el Congreso y senadora, respectivamente, cargos electos que el PSOE considera incompatibles, aunque no lo son desde el punto de vista legal.
La única moción de censura que se presentó contra un alcalde socialista, en Valencina, firmada por el PP y Construyendo Valencina-IU, fracasó, porque la dirección del PP contraria a la misma expulsó a dos concejalas que se negaron a rectificar, como sí hizo otro, e IU también expedientó a su edil y no hubo votos suficientes. Es probable que en lo que queda de mandato se produzca algún cambio más. Es habitual, por ejemplo, que cuando un alcalde sabe que no repetirá como candidato, ceda el puesto a su sucesor para que coja rodaje y popularidad. En Castilleja de Guzmán, el alcalde de IU, Tasio Oliver, también ha anunciado que se someterá a una cuestión de confianza para saber si sigue contando con los apoyos que tuvo en la investidura (PP y Podemos) aunque el PSOE fue la fuerza más votada.
El que no estén previstas más mociones de censura no implica que la estabilidad esté garantizada en todos los municipios. En Palomares, a pesar de que la oposición ha descartado la moción -la hizo en 2014 y no fue valorada en las urnas-, está en el aire el gobierno de Lola Rodríguez (PP). La oposición reclama a la alcaldesa que se someta a una cuestión de confianza, que implica su cese si no logra apoyos suficientes, aunque sólo ella puede convocarla. El gobierno se ha roto (sólo dos de cinco ediles del PP siguen) y parte del mismo le está pidiendo a Rodríguez que dimita. La dirección provincial del PP lo descarta. El día 21 hay convocados dos plenos (uno forzado por la oposición) en los que Rodríguez debe aclarar si tomará alguna decisión si no se logran enderezar las cosas. En Santiponce, la moción de censura del PA y el PSOE, que colocó en la Alcaldía a la socialista Carolina Casanova, tampoco ha dado al gobierno la estabilidad anunciada. Dos de los ediles del PA se han ido y la alcaldesa está en minoría. IU reclama otra cuestión de confianza. En Espartinas, la moción de censura no ha estado sobre la mesa: pasaría por un pacto con el PP, a cuyos gobiernos el resto de partidos culpan de los males del Ayuntamiento. Pero la interinidad ha sido una constante: el alcalde elegido renunció al poco y la alcaldesa que lo sustituyó ha estado ausente por una baja médica muchos meses.
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