"Un bombazo para el empleo"
El alcalde recuerda que en su momento la propia Junta propició el cierre.
Sentado discretamente, en una fila de sillas que la Diputación puso para los alcaldes que asistieron a la reunión con Susana Díaz -a las que casi todos ven ya como sucesora de Griñán en la Presidencia de la Junta- estaba Agapito Ramírez. Es la memoria de este episodio reciente -aunque parezca remoto- de la historia industrial y ambiental andaluza. Porque no sólo es alcalde de Aznalcóllar, en donde residen la mayoría de los más de 400 empleados que tenía Boliden-Apirsa cuando se fue, sino porque era presidente del comité de empresa cuando se produjo el vertido y el cierre. Ayer admitía que, si se confirma la reapertura de la mina, será un "bombazo para el empleo" en el municipio de 6.200 vecinos que dependía de la explotación. No sólo las 400 familias que tenían algún miembro contratado directamente, sino de las empresas auxiliares.
Susana Díaz y el consejero de Empleo, Antonio Ávila, destacaron el compromiso que la Junta adquirió con la comarca, plasmado en el Parque de Actividades Medio Ambientales (PAMA): 242 parcelas adjudicadas, 36 empresas y una segunda fase en marcha. Ramírez se refirió a otra realidad: "Casi todas tienen o tramitan expedientes de regulación de empleo, definitivos o temporales".
La mayoría de los mineros que quedaban en 2001 se acogieron a planes de prejubilación: 307. El resto lleva todos estos años "luchando" porque la Junta cumpla con lo que firmó: algunos fueron recolocados en el PAMA. Otros trece están contratados para las tareas de mantenimiento en el yacimiento minero. Para otros once, que en este año han ido acercándose más a la edad de la jubilación, se están planteando "salidas sociales". Queda poco pues de la mano de obra especializada a la que también se refirieron los consejeros de cara a la reapertura. Por cierto y a pesar de que Boliden no quiso asumir el coste del vertido por la rotura de su balsa, sí que recibió ayudas públicas para afrontar el expediente de regulación de empleo.
Si sólo se retoma la explotación, pero el material se traslada a otra planta para ser tratado -ahora hay otra planta a un tiro de piedra, en Cobre Las Cruces- se generarían entre 60 y 80 empleos. Lo deseable es que se construya una planta allí mismo, como la tenía Boliden. Entonces los empleos sí se multiplicarían. La multinacional sueca se gastó en su día 40 millones en esa planta, cuya tecnología se llevó a Suecia cuando cerró.
Paradójicamente, la Junta vendió, en algunos casos como chatarra, el resto del complejo, según el alcalde, quien puso el acento ayer en que, como ahora se ha tomado la "decisión política" de reabrir cuando el paro es el principal problema y los metales se han revalorizado, entonces se tomó la "decisión política" de cerrar, pensando en Doñana. Porque, aunque oficialmente se seguía apoyando la explotación, se pusieron condiciones muy estrictas.
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