El alcalde Aznalcóllar, tras la autorización de la Junta a la mina: "El pueblo llora de alegría"
La autorización ambiental significa que el proyecto ha superado el aspecto más controvertido, la depuración y vertido de aguas, después del amargo recuerdo del desastre que ocurrió en 1998
Para el regidor, este visto bueno de la Junta es fruto "de una lucha incansable en el tiempo de un pueblo que jamás perdió la esperanza"
La Junta firma la autorización ambiental unificada de la nueva mina de Aznalcóllar
El alcalde de Aznalcóllar, Juan José Fernández, ha asegurado que en su pueblo se "llora de alegría" tras conocer que la apertura de la mina de la localidad ha superado los trámites ambientales para retomar su actividad.
En una carta abierta en sus redes sociales, Fernández ha agradecido "a la Junta de Andalucía, especialmente a la consejerías de Desarrollo y Sostenibilidad e Industria y Minas", el trabajo realizado, al recordar que son "competentes en velar y supervisar cuantos detalles exige la ley en temas medioambientales en minas para que nada se escape".
Para el regidor, la autorización es fruto "de una lucha incansable en el tiempo de un pueblo que jamás perdió la esperanza", que ahora se hablará de "resistencia de un pueblo unido que no se resignó a que le arrebataran las señas de identidad" y que la apertura de las instalaciones mineras le dará al municipio "trabajo, pan y techo".
Así lo ha manifestado tras conocer que la mina ha superado los trámites ambientales, un paso clave en su puesta en marcha, y se prevé que complete toda la autorización necesaria en el último trimestre de este año, por lo que empezaría en ese momento a construirse y tres años después, a final de 2027, estaría lista para extraer minerales.
La Junta de Andalucía ha otorgado la Autorización Medioambiental Unificada a Minera Los Frailes, encargada del proyecto, y ahora se abre el procedimiento para que la Consejería de Industria, Energía y Minas complete la luz verde, que se espera para antes de final de año si todo discurre como está previsto.
La autorización ambiental significa que el proyecto ha superado el aspecto más controvertido, la depuración y vertido de aguas, después del amargo recuerdo del desastre que ocurrió en 1998.
Los consejeros de Sostenibilidad, Ramón Fernández-Pacheco, y de Industria, Jorge Paradela, han explicado a los periodistas que se cumplen "al cien por cien" todas las garantías ambientales y que nunca se va a permitir ningún vertido tóxico al Guadalquivir.
El ejecutivo andaluz insiste en que es un proyecto nuevo, que no tiene "nada que ver" con el que provocó el desastre. Se trata de otra mina en el mismo sitio y no de una reapertura. De hecho, será una mina subterránea, no a cielo abierto, por lo que no incluye una corta.
El proyecto incluye un "exhaustivo" plan de control de agua, en el que la empresa está obligada a ejecutar tres programas diferentes, y se le obliga a contar con una garantía financiera de 60 millones a lo largo de toda la vida del proyecto, para salvaguardar posibles daños.
Además, no habrá balsas de residuos y una parte de los que se generen se reutilizarán como relleno en el interior de la mina, una técnica novedosa, y la otra parte se deposita en la antigua corta para la restauración.
En cuanto a la huella hídrica, más del 80 por ciento del agua se reutiliza en el proyecto, con una inversión privada de 450 millones, de los cuales 100 millones son para actuaciones ambientales, entre ellos una depuradora de última generación.
Se estima la creación de 2.000 puestos de trabajo directos e indirectos, de los que la mitad será en los tres años de construcción de la mina y todo el equipamiento.
La vida del proyecto son 20 años, los tres primeros para su puesta en marcha cuando ya cuente con todas las autorizaciones pertinentes, y otros 17 años de explotación de los sulfuros polimetálicos.
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