La mujer acusada de asesinar a tiros a su marido será juzgada en septiembre

Bollullos de la Mitación

Las investigaciones manejan los intereses económicos y un posible móvil pasional por sentir celos de la nueva pareja de su exmarido como causas del crimen.

E.p., Sevilla

09 de agosto 2011 - 19:42

La Sección Séptima de la Audiencia Provincial acogerá los días 25, 26, 27, 28 y 29 de septiembre la vista oral con jurado popular de la mujer acusada de matar a su exmarido, un directivo del BBVA, en junio de 2008 en su chalé de la urbanización de La Juliana, situado en el municipio de Bollullos de la Mitación, según han confirmado fuentes del caso.

El Juzgado de Instrucción número 1 de Sanlúcar la Mayor prorrogó hace un año hasta el verano de 2012 la prisión preventiva para la acusada por delitos de homicidio, tenencia ilícita de armas, allanamiento de morada y revelación de secretos para evitar el riesgo de fuga.

Los hechos se remontan a junio de 2008, cuando Andrés T.B., alto directivo del BBVA que se dedicaba a la recuperación de créditos, fue encontrado muerto con dos tiros en el pecho en un chalé de la urbanización La Juliana, de Bollullos de la Mitación.

Las investigaciones apuntaron a su mujer, quien presuntamente habría cometido el crimen por un posible móvil pasional, al sentir celos de la nueva pareja sentimental de su exmarido, de quien se había separado un año antes como consecuencia de la mala relación que ambos cónyuges mantenían.

Además, la situación pudo verse empeorada por el tema económico producto de los trámites de separación y a un posible interés de la exmujer en la vivienda en que se produjeron los hechos.

Tras el suceso, un tío de la detenida la señaló como presunta culpable, al desvelar que poseía un arma de manera ilegal, que le regaló este mismo familiar a la ahora detenida.

En este sentido, algunas informaciones recogidas por los medios de comunicación apuntaron que cuando se produjo el suceso, la arrestada supuestamente visitó a la víctima de manera previamente concertada, y mantuvieron una conversación en el salón, a tenor de dos sillas colocadas una frente a la otra fuera de su lugar habitual.

La conversación desembocaría en el momento de los disparos, recibidos por el fallecido a corta distancia en el hombro y el corazón, quedando éste tendido en el suelo detrás de un sofá.

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