El jurado absuelve al parricida de Alcalá porque actuó "en legítima defensa y bajo un miedo insuperable"

El jurado ha absuelto este martes al joven Antonio D. P. de un delito de homicidio por haber acabado con la vida de su padre en Año Nuevo de 2008 porque, según el veredicto, actuó en legítima defensa y bajo una circunstancia eximente de miedo insuperable.

El veredicto, hecho público esta tarde, confirma las tesis mantenida por el abogado de la defensa, Manuel Salinero, quien había alegado que el parricida se jugó la vida para defender a su familia de su padre, un ea persona que padecía una psicosis bipolar en fase maníaca y que había dejado de tomar su medicación unos meses antes de que ocurrieran los hechos.

El jurado ha estimado por unanimidad, con el voto favorable de los nueve miembros, que en los hechos concurren las eximentes completas de legítima defensa y de miedo insuperable. También han acordado por unanimidad que el acusado no es culpable del delito de homicidio, por el que la Fiscalía pedía ocho años de cárcel, y que el parentesco entre la víctima y el acusado no puede ser una circunstancia agravante.

En el juicio, el joven explicó que su padre llegó a encañonar a su madre con dos escopetas y que después amenazó con "matarles a todos". Según el joven, disparó a su padre en una mano y después le asestó dos puñaladas para defenderse a sí mismo y a sus familiares, dado que en la casa se hallaban también aquella Nochevieja su madre, su hermana y su novia.