La ventana
Luis Carlos Peris
El Arenal en su versión navideña
Francisco molina. Alcalde de Bormujos.
Hasta las elecciones municipales de mayo, el PSOE sólo había gobernado en Bormujos de 2003 a 2005 gracias al pacto con un grupo escindido del partido de Baldomero Gaviño, histórico alcalde conservador, aunque sin usar las siglas del PP, que se retiró en 2015. Eso y todo lo publicado sobre el bolso de Loewe, que, supuestamente, recibió la ex alcaldesa por la moción de censura de 2005, ¿han ayudado al PSOE a ser el más votado?. El nuevo alcalde, Francisco Molina, admite que el asunto ha estado "en la calle" pero que los ciudadanos, cuando votan, lo hacen "esperanzados en que de verdad hay un proyecto que mejorará el pueblo" y el del PSOE "no es flor de un día; es un trabajo de años en la oposición y en los barrios y el éxito es haber pateado la calle". Psicólogo, 48 años, ha sido educador en centros de tratamientos de adicciones de la Junta y es el único regidor socialista que gobierna en Sevilla con un pacto formal con una agrupación de Podemos, con tres ediles. Su experiencia está de actualidad.
-Con su experiencia, ¿ve posible el acuerdo con Podemos a nivel nacional?, ¿es extrapolable el caso de Bormujos?
-Aquí el PSOE fue el más votado. Pero comparte líneas con lo que dice Pedro Sánchez: primero hablamos del programa y coincidíamos en aspectos esenciales. El reparto de delegaciones fue secundario y por el perfil de cada uno. El secretario general ha dejado claro que lo primero es no apoyar a otro Gobierno de Rajoy: la militancia y la sociedad no lo entenderían. Lo segundo, que el pacto se base en el programa. Y hay un tercer aspecto importante: nosotros refrendamos el pacto en asamblea antes de la investidura y también se hará ahora si se da el caso. Con esas condiciones, no lo veo mal, es una responsabilidad formar Gobierno y salir del atasco institucional en el que estamos.
-¿En qué se ha notado ya que hay un gobierno con una línea distinta en Bormujos?
-Desde el primer día se cambió la gestión del empleo. Las bolsas no se usaban o se hacían de forma irregular. Ya hemos agotado una, avanzado en otra y creado otras nuevas. Y ha sido importante la gestión económica: hemos liquidado el préstamo a proveedores, vamos a salir plan de ajuste, se ha reducido el plazo de pago a proveedores y se ha bajado el IBI. Hemos saneado el Ayuntamiento, por no hablar del ahorro en suministros. El gasto de combustible bajó a la mitad en un mes, había tarjetas de gasolina descontroladas, trabajadores y ediles llenaban sus coches sin saber para qué. Eso, en todas las áreas, ha permitido un ahorro con el que vamos a poner en marcha otros proyectos pensando en esas 400 familias sin ingresos o con ingresos mínimos. También atiendo a los vecinos dos días en semana. En seis meses he visto a más que en un lustro.
-Bormujos ya tenía fama de solvente en estos años de ajustes.
-El boom inmobiliario dejó muchos ingresos y cuando Juan Antonio Iglesias (PSOE) sufrió la moción de censura había más de cinco millones en los bancos. Han sido un colchón. Pero en 2011 la ex alcaldesa Ana Hermoso realizó pagos por un millón y medio y nos llevó al plan de ajuste. En el informe de 2014 de Intervención al Tribunal de Cuentas había facturas con reparos por valor de 2,6 millones. En el primer semestre de 2015 sumaron 700.000 euros, en el segundo no llegaron a 30.000. Hay proveedores que han denunciado al Consistorio porque no han cobrado servicios con los que no estaba conforme el concejal, cuantías importantes. Algunas se han negociado, otras se aclararán en el juzgado: hay informes técnicos que dicen que se desconoce dónde están las obras. Y casos en los que, probablemente, haya que pedir responsabilidad patrimonial al político que tomó la decisión errónea.
-Con eso y todo lo que se ha dicho de la moción de censura, ¿no se han planteado hacer auditoría?
-Hicimos una interna. Vamos a analizar ofertas para hacer otra externa, teniendo claro lo que hay que auditar y para qué. En Bormujos hay dos cuestiones: los temas de Personal y algunas áreas, como Obras y Servicios y Parques y Medio Ambiente, donde las derramas, anomalías y las aparentes irregularidades fueron constantes.
-Trabajan en su primer presupuesto. ¿Qué van a cambiar?
-Las líneas fundamentales serán las políticas sociales, con medidas del plan de emergencia y aumento de las ayudas a la familias; el empleo, con un esfuerzo por encima de nuestras competencias; y la Cultura, que tendrá un empuje importante para que Bormujos se convierta en referente comarcal. También hay que mejorar servicios deficientes, como limpieza viaria y mantenimiento de parques: hemos sextuplicado la superficie de zonas verdes con la misma plantilla que cuando teníamos 7.000 vecinos. Todo ello con sus limitaciones: no podemos aumentar el capítulo de Personal.
-Con el hospital y los centros San Pablo-CEU Bormujos se ha convertido en núcleo central del Aljarafe. ¿Puede permitirse no tener más conexión por transporte público que los autobuses? ¿Han renunciado a reclamar el tranvía, cuando se habla tanto de los fondos Feder y la movilidad?
-Lo que hay encima de mesa de la Junta es una propuesta de Bormujos, Mairena y Gines para crear una línea lanzadera o de alta capacidad sincronizada con el Metro. Bormujos ha ofrecido una parcela, como intercambiador y aparcamiento disuasorio, junto al hospital. También propusimos que se usara el trazado del tranvía para hacer una vía preferente para esa conexión. Pero sería más caro.
-¿Y se pueden permitir estar fuera el área de prestación conjunta del taxi? Una cosa es que ha funcionado mal, otra que no tenga lógica.
-El área no ha funcionado. Ha sido una lucha por dos paradas estrella, el hospital y el Metro, y un negocio: se han vendido licencias por enormes cantidades. Pero si una señora de Huévar debe esperar una hora a que la lleven al centro de salud, no es un buen servicio público. Se podría hacer el área con la capital, como en Barcelona o Madrid. Cuando se ejecute la sentencia del TSJA que dice que no pueden obligarnos a volver, a ver si vienen nuevas propuestas. Como idea es racional, pero no se acabó y se dejó en manos de las emisoras. Ha habido un empoderamiento de los propios taxistas.
-¿Ha habido respuesta de la CHG para solucionar la gestión del entorno del Riopudio?
-No, y hemos mandado muchos escritos. El presidente de la Mancomunidad (los alcaldes ha propuesto que ésta asuma el mantenimiento si la CHG le pasa el dinero) han solicitado una reunión con la subdelegada. Se está deteriorando. Los vecinos lo están utilizando y no se está haciendo el mantenimiento. Nos siguen ninguneando, aunque las elecciones han pasado.
-¿Cómo está el PGOU? ¿Es importante para el gobierno local tener el documento en vigor?
-Recurrido por los ecologistas y pendiente de que la Junta lo publique. En su día no lo apoyamos, sigue proponiendo un desarrollo insostenible, basado en una demanda de vivienda irreal, cuando hay entre 400 y 700 vacías. Vamos a apostar por crecer de forma razonable, sostenible para los servicios públicos. No es normal que proponga un plan parcial a 800 metros del casco urbano si hay áreas libres en la zona consolidada.
-¿Lo acompasarán a su criterio?
-A las necesidades reales. Nos negamos a que vuelva la especulación y la irracionalidad de construir sin prever los servicios.
-No se han logrado equilibrar las carencias educativas.
-El colegio Padre Manjón sigue siendo una prioridad. Hay que insistir para que se haga un nuevo colegio, hay terreno. También estamos haciendo un catálogo de restauración urbanística, un estudio de las necesidades de todos los sectores, que servirá para saber lo que hay que hacer a medio y largo plazo, lo que costaría y que los propios vecinos marquen prioridades.
-¿Hay perspectivas para que lleguen nuevas empresas al Pétalo?
-La oficina de la promotora se está encargando de comercializarlo y su idea es que haya cierta especialización, que es lo que hace que tengan éxito estas concentraciones de empresas. Ahora están Bricomart y Makro. Espero que con el proyecto de la Sevilla Metropolitana de Juan Espadas se impulse. Tengo alguna idea que pondré sobre la mesa. Algún grupo inversor alemán ha mostrado interés en Bormujos, pero vinculado al desarrollo de la SE-40. Cuando funcione al menos el tramo del Aljarafe será un punto de inflexión.
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