Toxicología ve "imposible" que Ortega Cano pudiera dar 1,26 de alcohol con una copa de cava

Juicio a Ortega Cano

Sostiene que el acusado tuvo que haber ingerido una tasa de alcohol "considerable" porque con tres copas de cava sólo se alcanzaría un máximo de 0,60.

Los peritos de la Guardia Civil ratifican la culpabilidad de Ortega Cano por el exceso de alcohol
Jorge Muñoz, Sevilla

15 de marzo 2013 - 11:24

La directora del Instituto de Toxicología de Sevilla, María Luisa Soria Sánchez, ha asegurado este viernes en el juicio que se sigue contra el torero José Ortega Cano que es "imposible" que la prueba de alcoholemia arrojara una tasa de 1,26 gramos de alcohol por litro de sangre –casi el triple de lo permitido- si el acusado hubiera tomado una única copa de cava, por cuanto según los estudios de la Dirección General de Tráfico (DGT) con tres copas de cava se obtendrían unos niveles de entre 0,47 y 0,60 gramos, la mitad del positivo que dio el procesado.

La facutaltiva de Toxicología, que ha comparecido en el juicio en calidad de perito, ha explicado a preguntas del fiscal de Seguridad Vial que esa concentración de alcohol sería incluso superior, puesto que al haber pasado más de dos horas entre la hora del accidente y la extracción que se le hizo a su llegada al hospital, sobre las 1:15 y 1:30 de la madrugada del 29 de mayo de 2011, se estaría en un "proceso de eliminación" del alcohol, aunque ha señalado que habría que hacer un cálculo retrospectivo. En cualquier caso, la experta ha dicho que cada hora se va perdiendo una tasa de 0,15 gramos, y que entre 30 o 40 minutos después de la última ingesta de alcohol se alcanza el "pico máximo" y a partir de ese momento comienza el descenso, por lo que dos horas después no se puede alcanzar 1,26 gramos con una única copa, porque la curva iba en descenso y estaría eliminando la bebida.

En su opinión, el acusado tenía que haber ingerido una tasa de alcohol "considerable" para que dos horas después del accidente arrojase un nivel de 1,26 gramos, y ha puesto como ejemplo que para un hombre de entre 70 y 90 kilos de peso, una copa de licor arrojaría un nivel de entre 0,13 y 0,17; un brandy entre 0,22 y 0,29; un combinado entre 0,25 y 0,32; y tres vasos de cava arrojarían entre 0,47 y 060 gramos de alcohol por litro.

La directora del centro también ha sido cuestionada sobre la versión que ofreció el torero en el juicio, cuando apuntó que la muestra se pudo contaminar durante la extracción de sangre porque previamente le hubieran limpiado la zona con alcohol.

La perito ha asegurado que esa aportación sería "imperceptible" y ha aportado estudios americanos en la misma línea, porque estos estudios coinciden con su opinión en que es inapreciable la aportación de alcohol "tanto a la entrada de la aguja por el pinchazo como a la salida" de la misma.

De la misma forma, apuntó que ninguno de los fármacos que se le podrían haber suministrado pueden alterar los resultados del análisis, si bien precisó que desconoce el tratamiento que se le pudo administrar. En su opinión, tampoco los fármacos que el torero asegura que tomaba, el anticoagulante Cintron, y el magogastrol pueden afectar en los análisis.

A la experta se le ha preguntado sobre los signos que podría tener una persona con esa tasa de alcohol y ha recurrido nuevamente a estudios que señalan que con una tasa de entre 0,90 y 1,5 una persona mostraría signos de "inestabilidad emocional", mayor inhibición, alteración del juicio, cambios de comportamiento y "salirse en las curvas", ha señalado la doctora, que ha añadido que aun así puede estar "consciente y obnubilado".

La perito aseguró que se cumplió la cadena de custodia desde que ésta llegó al Instituto de Toxicología, aunque lógicamente señaló que no podía hablar sobre lo que había pasado con la misma antes de su llegada a este centro. "La cadena de custodia no es ni menos ni más que el control de la muestra en todo momento", ha dicho María Luisa Soria.

La facultativa ha señalado que las muestras de sangre "no suelen venir precintadas", pero sí venía "adecuadamente etiquetada" y ha añadido que "no se planteó ningún problema en el análisis", ya que "no hay signos de adulteración de la muestra" y la sangre llegó en un estado "adecuado".

Las normas de custodia de las muestras "aconsejan y ordenan" que se envíen tubos de ensayo llenos en su totalidad, pero en este caso llegó con un 55% de llenado y, a pesar del aire, no hay pérdida de alcohol si la muestra ha estado conservada en una cámara frigorífica.

En la sesión de este viernes también ha rendido testimonio el director de la unidad de Hematología del Hospital Virgen Macarena, Antonio Figueredo Martínez, quien ha defendido que la muestra se conservó en una cámara frigorífica hasta su entrega a la Guardia Civil por orden judicial. El doctor ha señalado que las muestras se conservan durante siete días antes de ser desechadas y ha precisado que en el caso de la muestra del torero, se recibió al cuarto día una orden de la gerencia del hospital para que se guardara, por lo que se almacenaron en un frigorífico al lado del Banco de Sangre.

El director de la unidad ha dicho que "no" se pudieron equivocar de muestra y ha señalado que en el laboratorio de Hematología hay personal sanitario "las 24 horas al día todos los días" y aunque la unidad se cierre los fines de semana sigue habiendo personal, por lo que la muestra "no está abandonada en ningún momento". Sólo dos personas, él como jefe de la unidad y la responsable del Banco de Sangre, conocían dónde se custodiaba la muestra de Ortega Cano una vez que la Gerencia del hospital le pidió que la guardara.

El doctor ha reconocido que la sangre se le extrajo con fines terapéuticos, no para hacer un test de alcoholemia, y ha precisado que es la primera vez que se le solicita una muestra en el marco de una investigación criminal, porque además "no conoce el protocolo judicial" de conservación y cadena de custodia de las muestras.

Este perito ha descartado que la muestra se pudiera contaminar con alcohol durante la extracción, ya que, según ha dicho, en Urgencias se utiliza "normalmente una solución no alcohólica", aunque ha añadido que él no hace la toma ni tiene constancia de cómo se hizo en este caso concreto. El protocolo de extracción establece que la extracción se haga con una solución no alcohólica, aunque a preguntas de la defensa ha afirmado que no sabe cómo le abrieron las vías los sanitarios que atendieron al torero en la misma carretera donde se produjo el accidente.

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