Ruta del Molino del Corcho en Cazalla de la Sierra

Hoy una ruta muy sencilla, preciosa y con el agua como especial compañera durante todo el camino. Para llegar hasta aquí habremos de posicionar en el GPS el Área Recreativa del Molino del Corcho, ubicada a unos kilómetros de Cazalla de la Sierra. Si se entra desde Cazalla de la Sierra hay que tomar la carretera que sale desde la gasolinera y la indicación para el punto de salida lo encontraremos después de unos kilómetros (4 o 5) tras justo pasar el paso a nivel de las vías del tren que conectan los pueblos de la Sierra Norte sevillana. Giramos a la derecha en la indicación del Molino del Corcho y tendremos que ir con el coche sobre 1 kilómetro hasta llegar al aparcamiento del área recreativa.

Desde el aparcamiento del área recreativa hay que buscar el sendero que tiene una barrera y seguir hasta que se encuentre una bifurcación de caminos. Cuando se llegue a esa bifurcación (es la zona de abajo de un puente ferroviario) si giramos a la derecha en el puente de la vía del tren iríamos hasta Cazalla en la circular de la Ladera. Desechamos la opción y seguimos recto para encontrar nuestra indicación para la ruta del Molino del Corcho. Seguiremos andando recto hasta toparnos con un nuevo cruce de caminos. Ya se vislumbra el Puente que cruza el río Huéznar.

Nosotros tenemos que ir a la izquierda para cruzar dicho puente. Una vez al otro lado del puente giramos girar a la derecha. Nos encontramos las indicaciones de nuestra ruta. Empieza el camino.

Oficialmente la ruta transcurre por un camino del Parque Natural que está vetado a los vehículos de motor (salvo autorización) y es bastante sencilla de caminar. Hay sombras (no en todo el camino desgraciadamente) y la variedad de flora es exquisita. Ahora bien, la recomendación para esta ruta es utilizar los caminos que se han ido abriendo poco a poco por la margen del río, a escasos metros del la caída del agua (río totalmente apto para el baño y disfrute).

Pros de hacer la ruta así: La sombra, el sonido del agua en pequeños saltos en forma de cascada, el viento azuzando las hojas de los árboles, el canto de pájaros y los sonidos de la fauna... Todos estos ingredientes harán las delicias de los amantes de Gaia, los amantes de la esencia original del terruño, y la vida primigenia. Será un goce para una desconexión urbana más que necesaria. También se puede ir alternado camino y río.

El fin de la ruta es fácil de ver: una valla gigantesca te indicará que ahí has acabado la ruta. Si sigues por el camino engarzarías con la ruta que conecta con El Pedroso.