Profesionales de Atención Primaria en la Sierra Sur de Sevilla: "Estamos haciendo medicina de guerra"
Salud
'Diario de Sevilla' recorre los pueblos de la zona básica de Estepa donde los profesionales alertan del "deterioro" de la asistencia y sus vecinos denuncian el "desastre" diario en consultorios y centros de salud por la falta de médicos
Moreno pone en marcha un plan para la reducción de las listas de espera
Faltan pocos minutos para las diez de la mañana en Gilena, un pueblo "en defensa de la sanidad pública", como reza en la multitud de carteles que cuelgan en los balcones de sus viviendas. Mari Baena, como cada jueves, no falta a su cita a las puertas del consultorio. "Es una coincidencia, pero hoy se ha unido muchísima gente a la concentración y está la plaza llena", remarca. En la fachada del centro sanitario cuelga un gran cartel con el mensaje "Médico ¡ya!". En su interior pasan consulta dos facultativos y una enfermera.
"También es una casualidad porque lo normal es que haya un médico para todo el pueblo", apostilla la mujer.
Mari Baena es una de las nueve "amas de casa", como ellas mismas se presentan, que desde el pasado mes de febrero dan voz a la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública en el municipio.
"Si aquí siempre hemos tenido dos médicos y un pediatra, más el equipo de enfermeras, no entendemos que hayamos quedado sólo con uno y, a veces, por tramos horarios. Esto es un desastre. Hemos tenido días en los que el consultorio abre sin médico y a media mañana viene uno. No sabemos si hay o no hasta que nosotras mismas venimos a preguntar. Si un día no hay médico hasta una hora determinada, pues las citas se pierden y la gente, como es normal, se va a Urgencias", cuentan estas mujeres indignadas, que insisten en que lo que reclaman es "volver a tener" lo que tenían antes.
Pasan los minutos y se sigue uniendo gente a la protesta. "Las listas de espera matan y estamos viendo cómo a muchos vecinos se les están agravando las enfermedades por la falta de médicos y la falta de asistencia", apostilla Mari Baena. El "problema" para coger una cita, es otra de las quejas de los presentes. "Las agendas están cerradas. Las abren el viernes. Ponen cuatro o cinco números para la semana siguiente, si no la coges, te esperas al otro viernes", coinciden los vecinos.
Todo ello lo ha podido comprobar Diario de Sevilla en un recorrido por diferentes pueblos de la Sierra Sur. Gilena es sólo un ejemplo entre los nueve municipios que conforman la zona básica de salud de Estepa, la más deficitaria en cuanto a personal médico de la provincia, reconocido, incluso, por la Consejería de Salud. Es una de las siete zonas básicas que dependen del Área Sanitaria de Osuna, precisamente, sin gerente desde el cese hace más de un mes de Celso Ortiz.
Las quejas ciudadanas las argumenta el alcalde, José Manuel Ruiz Jurado, que se suma a la concentración. "Estamos teniendo verdaderos problemas de cobertura de médicos de cabecera. Por poner números, de 41 profesionales que le harían falta a esta zona básica, o que ha tenido siempre, estamos en 15 personas activas. Con lo cual, estamos bajo mínimos", se lamenta el socialista.
"Todos los días faltan médicos"
La cuestión es que "todos los días faltan médicos" y que la "pediatría no existe" en toda la zona básica, se quejan los vecinos. La "incertidumbre" se ha impuesto sobre la continuidad que debería garantizar la Atención Primaria, pues el número de efectivos en cada consultorio y centro de salud varía de un día para otro, en función de las bajas, los permisos o los desplazamientos. Los médicos se van en cuanto pueden a otra zona con mejores condiciones. Los que quedan hablan de trabajo "indigno" y califican la forma de desarrollarlo como una "medicina de campaña". "De guerra", recalcan los profesionales consultados, aunque de forma confidencial y anónima por miedo a represalias.
"Se están tapando agujeros, pero nos hemos olvidado de la dinámica del médico de familia, de la continuidad asistencial, de los programas de salud o del seguimiento de los procesos crónicos. La calidad es nula. Nos obligan a hacer una toma de decisiones de cara al paciente en unas condiciones que no son las adecuadas. Algunos compañeros están viendo 80 pacientes y eso significas que se están tomando 80 decisiones. El médico es el único responsable de las mismas. Todo eso hace que te satures y que el que puede se vaya", añaden.
La falta de médicos de Atención Primaria es un problema que soporta toda Andalucía y la medicina rural es la que más está pagando el pato. Porque si ya es difícil atraer nuevas vocaciones a Medicina de Familia, más lo es convencer a los jóvenes médicos de que trabajar en un pueblo pequeñito de cualquier lugar apartado de la provincia, con mucha carretera y pocos incentivos, puede ser su carrera soñada. La Junta de Andalucía reconoce a su nivel más alto ser consciente de la problemática. En unas declaraciones vertidas en una entrevista en este mismo medio, Juanma Moreno habla de "parches" ante la dificultad para cubrir vacantes.
Se refiere a la homologación de títulos a médicos marroquíes o sudamericanos, a la subida de salarios en estas zonas de difícil cobertura o al pago de pluses. "Aún así no les compensa, y hasta obligamos, para que terminen dándose de baja", se resigna el presidente.
Para el alcalde de Gilena ahí "no es la solución". "Lo que anhelan los profesionales son condiciones favorables, que puedan conciliar. Estamos muy lejos de la capital. Que se les intente compensar de alguna manera y no es pagando horas extras. Eso no les compensa y, como tienen otros ámbitos a los que poder optar, esta zona la dejan para la última. Con ese mensaje de zona de difícil cobertura, creemos que se hace un flaco favor y serán menos los que quieran venir", rebate, al respecto. "Es curioso que estemos reivindicando unos servicios de sanidad pública que los teníamos hace diez años. Es decir, nuestras demandas ahora son llegar a lo que teníamos hace una década y no es lógico", apostilla.
"Nunca habíamos visto tanto deterioro"
Quienes llevan "toda la vida" dedicándose a la medicina rural y se consideran "amantes de su profesión" no se explican el "progresivo deterioro" que está sufriendo la Atención Primaria en los pueblos de toda la geografía andaluza. Profesionales de esta zona de salud relatan en declaraciones a este periódico como este déficit repercute negativamente en su estado anímico. "Trabajamos con estrés, angustia... La situación es tan desbordante que genera un ambiente que no es sano", afirman. "Nunca habíamos visto el deterioro tan increíble que hemos vividos, sobre todo, en el último año", añaden.
Además de tener que desplazarse de un sitio a otro continuamente en función de las necesidades de la zona, quienes permanecen en el centro tienen que asumir decenas de consultas de urgencias que se añaden a la agenda diaria. Esta dinámica es la que ha motivado bajas, renuncias y traslados, en tanto que los sanitarios se sienten profundamente "frustrados" de no poder desempeñar su labor de servicio público tal y como ellos la conciben y la han estudiado.
"Todo eso ha motivado que, el que ha podido, se haya ido. En Estepa, la médica que pasaban consulta en pediatría ha decidido no trabajar. No es que se haya ido a otro sitio. No ha aguantado más y dejó la profesión por un tiempo. En pediatría es peor. Sólo queda una médica en función de pediatría en Pedrera. Y así, se han ido muchos médicos de familia muy buenos y hemos pasado de tener la que creemos que podría ser la mejor zona básica de salud para la docencia, ya que éramos un reclamo para los residentes, a ser lo peor", remarcan.
Los profesionales apuntan a una estrategia de la Junta basada en la contratación de R0, es decir, "residentes que tienen la titulación de Medicina homologada, ya sea en España o de fuera, pero no tienen formación vía MIR", explican los sanitarios. La circunstancia afecta, sobre todo, a la rama más deficitaria en Atención Primaria, la pediatría. Una solución que repercute en la otra gran damnificada de este escenario: la atención médica que reciben los usuarios del sistema público de salud. "Llegan profesionales que no están preparados. No tiene formación mínima para pasar una consulta de pediatría. Al final, los niños van de Urgencias, pero no hacen el seguimiento que le corresponde a esa etapa", critican los profesionales.
Cuentan que han hecho propuestas a la Administración, como mantener abiertos sólo los consultorios que "dignamente" se pudieran atender. "Pero eso duró una semana porque enseguida saltaron las alarmas", afirman. "Otra cosa que hace saltar las alarmas es contar con cupos de medicina familiar o pediatría sin un titular asignado y por eso, pese a que esa es la realidad, se mantienen los nombres de los profesionales que ya se han ido", denuncian.
La Consejería de Salud, por su parte, defiende sus actuaciones en esta zona. Entre otras, fuentes del departamento que dirige Catalina García, destacan el haber potenciado la continuidad asistencial con 176 consultas de tarde este verano. Además, anuncia que serán, al menos, 100 más en el mes de octubre, adaptándolas a la demanda asistencial. Asimismo, defienden la incorporación reciente de dos nuevos profesionales, un pediatra para Estepa y un médico de familia para Herrera.
Otra de las fórmulas defendidas por la Administración sanitaria para incorporar más médicos a estas zonas rurales pasa por hacerlas más atractivas a través del decreto de difícil cobertura, que incluye subidas salariales. "Qué casualidad que ahora insistan en hablar de esta situación cuando esto ha sido así siempre y siempre hemos tenido en la zona los profesionales que a cada cual le ha correspondido", indica. "Eso un eslogan que se han sacado ahora", apostilla Mari Baena. "A nuestro alcalde le han dicho en reiteradas ocasiones que no había médicos, que si encontraba uno, ese mismo día lo contrataban, pero ahora son otras excusas. "Nos estamos cargando a los pocos médicos que quedan", insisten los concentrados en Gilena.
Un "fallo multiorgánico"
Tras la protesta, la puerta del consultorio del municipio se despeja. Inmaculada Rodríguez sale del interior con su hijo de 18 meses. Le tocaba revisión de niño sano. "Nos ha visto una enfermera. Aquí pediatra no hay nunca. Para eso nos tenemos que ir a Estepa", afirma. Lamenta que la atención sanitaria de sus hijos no sea "continuada". Se explica. "Cada vez que venimos nos ve un profesional distinto", afirma. A escasos metros, Carmen Blanco, de 75 años, es hipertensa y tiene azúcar. También se queja. "Aquí hay un médico para todo. Antes me hacían seguimiento de la tensión y la azúcar cada dos meses, ahora, desde agosto que me lo hicieron, no tengo cita hasta octubre. ¿Cómo estaré para entonces?", se lamenta.
La indignación se repite a unos 12 kilómetros de distancia. En Lora de Estepa, el camino hasta el consultorio está igualmente flanqueado por banderolas y pancartas blancas y verdes en pro de la sanidad pública. Paco Romero es médico jubilado y trabajó en la zona. Cuenta que antes el médico titular pasaba consulta los lunes, miércoles y viernes en horario de 8:00 a 10:30 y martes y jueves se cubría con el médico y el enfermero del Dispositivo de Cuidados Críticos y Urgencias (DCUU). Ahora, sólo ha quedado este recurso. "A partir de las 10:30 horas el centro se queda sin médico. Dejan un enfermero para no poder decir que el consultorio está cerrado, pero este verano no quedaba nadie. Se cerraba el consultorio y se acabó. El que llegaba se lo encontraba cerrado y punto", detalla.
Dice que "en la vida había vivido una situación como ésta en el municipio". Califica el estado actual de la sanidad pública en la zona de "fallo multiorgánico". "Porque está fallando todo. Falla la Atención Primaria, como consecuencia se cargan los urgencias en los centros de salud y, también, las del hospital", afirma. "El descontento ha llegado al máximo. Con el DCUU no tenemos garantizada la asistencia. Su función es atender urgencias y si tiene que salir en ese tramo horario, se va, y allí se quedan los pacientes sin ver. Todo se está desmoronando y va a llegar un momento en que esto va a ser irreversible", sentencia.
Otro ejemplo de que la Atención Primaria está siendo "maltratada" en las zonas rurales por "la mala administración" la describen los vecinos de Herrera. El día que este periódico visita el municipio, en el centro de salud había dos médicos pasando consulta. Una realidad normalizada, aunque deberían de ser cinco, según cuenta Carmen Roldán, de la plataforma Herrera Necesita Médicos, y que "supera la ficción". "Uno de ellos está viendo urgencias y, a la vez, con un paciente dentro, está pasando consulta telefónica. A dos bandas. Haciendo las dos cosas al mismo tiempo", confiesa escandalizada esta vecina del municipio. "El otro mientras está atendiendo la agenda de dos cupos. Así no pueden atenderte bien, no porque no quieran, si no porque les es imposible. Están haciendo los avisos domiciliarios fuera de su jornada de trabajo por responsabilidad propia. Así no hay quien aguante aquí", detalla indignada.
El centro de salud de referencia, al que los vecinos de esta zona básica tienen que acudir para ver al pediatra o en caso de emergencia se encuentra a varios kilómetros de distancia, en Estepa, donde, como denuncian quienes conocen la situación desde dentro, la plantilla de siete médicos que le corresponde "nunca está al completo". Al facultativo saliente de guardia y al que se encuentra de movilidad con el dispositivo de urgencias, hay que restar las bajas que no se llegan a suplir.
En la puerta del centro de salud hay dos ambulancias a la llegada de este medio. Una tercera ha salido a un aviso, comentan en anónimo unos sanitarios en la calle. Las demandas de urgencia de Estepa se cubren con los médicos que ese día están pasando consulta, que van pasando por este punto de manera rotatoria durante dos horas y media de su jornada, tiempo en el que sus agendas están cerradas. Esa atención urgente dispara las consultas. La media ronda las 60 urgencias, cuentan las fuentes cercanas al centro de salud consultadas. "Eso pasa porque aquí nunca ha citas", dice un vecino que vive justo enfrente a la puerta principal del edificio. "Los lunes siempre hay cola en la puerta. Lo digo porque lo veo", añade.
El problema es muy amplio y de difícil solución. Se repite en Pedrera, Badolatosa, La Roda de Andalucía, Casariche y Marinaleda. En ninguno de estos pueblos había visto Nuria Roig, sanitaria retirada, y que encabeza las movilizaciones en defensa de la sanidad pública de calidad que convocan recurrentemente desde esta zona bajo el paraguas de Marea Blanca, "una situación igual que ahora". Su testimonio coincide con el de los profesionales entrevistados en apuntar directamente a "la mala administración" del área sanitaria de la que dependen, la de Osuna, que ha provocado "la huida en masa de multitud de médicos", provocando "un déficit de personal facultativo como nunca antes se había dado".
Mientras el SAS lo atribuye al déficit "de profesionales médicos disponibles en bolsa", el personal del área y quienes encabezan las protestas ciudadanas señalan directamente a la "nefasta gestión" de la Dirección Económica y Administrativa, responsable de gestionar los recursos humanos. "Hay que arremangarse y tomar medidas de mucho calado. Estamos viviendo una involución brutal", critica.
Los profesionales comparten la crítica de la plataforma. "Estamos hablando de Atención Primaria, donde creemos que, aunque hubiera personal de sobra, el problema es tan amplio que habría que organizarse tan bien que, ni así, serían capaces de dar con la solución. Pero es que el Hospital de Osuna también se está desmoronando por momentos. Desde la pandemia, no hemos conseguido que una derivación de Traumatología, normal, no preferente, obtenga cita antes de un año. Hay un montón de colonoscopias pendientes de hacer que no se hacen. En una misma semana me vinieron dos positivas a consulta, eso quiere decir dos cánceres de colon. En un caso, llevaba esperando la prueba desde septiembre de 2022. Eso no es normal. Así no se puede garantizar una asistencia médica de calidad", concluyen.
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