Varios miembros de La Manada son expulsados de la piscina de Palomares
Los usuarios, al percatarse de su presencia, empezaron a increparlos y tuvieron que recluirse en otras dependencias hasta que el polideportivo cerró al público y pudieron salir
Iban acompañados de un operario municipal, al que se le ha abierto expediente
Que la Manada iba a dar que hablar este verano estaba cantado desde que salieron de prisión. Por mucho que los abogados hayan recomendado a sus clientes que mantengan un perfil bajo, que no se metan en líos, que no se salten ni un semáforo, que no cuelguen ni una foto en Facebook, la tarea de no llamar la atención debe ser verdaderamente difícil para los cuatro miembros del grupo que continúan en libertad. No se les ocurrió otra cosa a varios de ellos que ir, juntos, a una piscina pública de Sevilla, en concreto la de Palomares del Río. Como es lógico, fueron reconocidos.
Los usuarios de la piscina comenzaron a gritar, a increpar a los condenados por abusar sexualmente de una chica durante los Sanfermines de 2016 y a decirles que se largaran de allí, que no querían darse un baño con unos "violadores" (pocos tuvieron en cuenta que no se les condenó por agresión sexual) ni siquiera tener que verles los tatuajes mientras disfrutan de un día de asueto. Los chicos de la Manada iban acompañados por un operario de la piscina, ubicada en las instalaciones del polideportivo municipal, que tuvo que ejercer de escolta, llevarlos a unas dependencias anexas a un campo de fútbol y esperar allí hasta que se cerró la piscina para poder sacarlos de forma segura.
El Ayuntamiento de Palomares informó ayer del incidente y de la "importante alarma social" que el mismo ha generado en el municipio. En un comunicado, el Consistorio quiso avisar a la ciudadanía "para que esté alerta y no vuelva a ocurrir" algo así. El gobierno local de Palomares destacó que no permitirá que personas declaradas "non gratas" por el Pleno del Ayuntamiento utilicen espacios públicos "para provocar alarma social". Además, indicó que se ha abierto un expediente informativo al operario municipal para depurar todas las responsabilidades que tenga respecto al uso indebido de unas instalaciones públicas “para beneficio de unos violadores” (Tampoco el Ayuntamiento tuvo en cuenta que no se les condenó por violación).
“No vamos a permitir que Palomares del Río se convierta en refugio de violadores ni delincuentes, no vamos a tolerar que nuestra ciudadanía se sienta alarmada por este tipo de visitantes indeseables”, añadió el Ayuntamiento en un comunicado firmado por la alcaldesa accidental, Juana Caballero (IU).
Este es uno más de los episodios protagonizados por los miembros de la Manada desde su excarcelación a finales del mes de junio. Primero fue el lío del guardia civil Antonio Manuel Guerrero Escudero con el pasaporte, después el robo de las gafas por parte de Ángel Boza, que se libró de ser increpado el sábado porque está en prisión, otra vez, desde hace tres semanas. Entre ambos episodios se ha colado alguna frase de José Ángel Prenda, que ofreció mil euros a los periodistas que sacaran una foto suya en Ibiza y que lamentó que Facebook le haya quitado su club de fans.
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