Lantejuela, el drama de un pueblo que cambió campo por ladrillo
Atraídos por la construcción, abandonaron la aceituna, el algodón o el trigo. El 75% de la población está sin trabajo tras un ascenso del 135% del paro en un año.
Lantejuela (Sevilla)/La localidad sevillana de Lantejuela se ha visto en pocos meses hundida por el desempleo, el precio que han pagado sus habitantes por el abandono de las labores agrícolas para dedicarse a un sector de la construcción ahora en grave crisis.
"El paro ha aumentado en un 132% desde finales de 2007 hasta finales de 2008 y afecta hoy a aproximadamente al 75% de la población activa", explica Juan Vega, el alcalde de esta localidad de 3.800 habitantes.
Escondida en el campo andaluz, entre Sevilla y Córdoba, La Lantejuela vivía hasta hace 10 años de la recogida de la aceituna, del algodón o el trigo, ya que la mayoría de sus habitantes eran jornaleros. "Con el boom de la construcción, todo el mundo se fue a este sector en el que se ganaba más", subraya Vega.
Decenas de pequeñas y medianas empresas de la construcción empezaron a surgir hasta generar el 80% de los empleos del pueblo.
Ahora, las naves de los fabricantes de mármol, de baldosas o ladrillos, acogen al visitante a la entrada del pueblo y sus propietarios, enriquecidos, se pasean en Audi y Mercedes.
La Lantejuela ilustra a pequeña escala el entusiasmo de España entera por la construcción.
El sector sostuvo el milagro económico español durante quince años, antes de derrumbarse brutalmente en 2008, contribuyendo al gran incremento del desempleo, que ha alcanzado una tasa récord del 14,8%, la más alta de la Unión Europea a fecha de enero.
Este brusco frenazo ha obligado a los empresarios de La Lantejuela a reducir drásticamente sus plantillas, como Antonio Moreno, de 59 años, cuya empresa de aluminio tenía 20 empleados hasta el verano pasado.
"En unos meses, han bajado los pedidos, los clientes dejaron de pagarme y se tuvieron que marchar la mayoría de mis empleados. Hoy sólo trabajo con dos de mis hijos", afirma.
En febrero, el alcalde, de Izquierda Unida, se encerró durante 24 horas en su Ayuntamiento para llamar la atención sobre la situación crítica del pueblo. "No se puede seguir así", explica, confesándose "impotente" ante las dificultades de decenas de habitantes que pasan cada día por su oficina para pedir ayuda.
"Se han endeudado para construirse una casa, comprar un coche. Hoy no pueden hacer frente y las compañías les amenazan con cortarles la luz o el agua", explica.
"Nuestra suerte es la solidaridad familiar, hay parejas con niños que se han ido a vivir a casa de sus padres o van a cenar a su casa varias veces a la semana", subraya.
José Andújar Martín, de 48 años, antiguo jornalero pasado a la construcción hace cuatro años, lleva sin trabajo desde el mes de agosto. Recibe una ayuda de 400 euros, mucho menos que los 1.300 euros que cobraba antes.
Apoyado en la barra de uno de los bares del pueblo ante una jarra de cerveza, se confiesa "desesperado", con una hipoteca y una hija adolescente a su cargo. "Tendré que volver a Huelva a la fresa, aunque la verdad es que no tengo ninguna gana, es muy duro, lo hice durante diez u once años", recuerda, sobre la mencionada labor agrícola, a 200 kilómetros de La Lantejuela.
El Ayuntamiento va a recibir 672.000 euros en ayudas del plan de 11.000 millones de euros del Gobierno central para relanzar el empleo financiando obras públicas. Pero, "sólo nos llega para dar 3 días de trabajo a cada uno de los 1.022 demandantes de empleo del pueblo", lamenta Juan Vega.
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