Aparecen restos de enterramientos del siglo XVIII en las obras de una plaza en Fuentes
Podrían provenir de la cripta de la iglesia de Santa María la Blanca
Van a ser extraídos para su estudio, aunque están muy deteriorados
El Ayuntamiento de Fuentes de Andalucía ha informado del hallazgo de restos humanos de alrededores del siglo XVIII durante la intervención arqueológica desarrollada en la plaza Santa María la Blanca en el marco de las obras de remodelación del entorno, unos restos que podrían provenir del desalojo en aquella época de los enterramientos o criptas localizados del interior de la iglesia que da nombre a esta plaza para dar cabida a otros cuerpos.
En este sentido, el Consistorio explica en un comunicado que han salido a la luz en el transcurso de la apertura de una zanja para la introducción de nuevas conducciones. La empresa encargada de la intervención arqueológica, Arqueología y Gestión SL, ha indicado que los restos óseos aparecen desarticulados y se encuentran concentrados en cinco puntos del recorrido de la zanja, aunque se aprecian fragmentos dispersos a lo largo de gran parte de la fosa abierta y bajo lo que fue el acerado de la plaza en su zona más próxima a la grada de la parroquia de Santa María la Blanca.
"Teniendo en cuenta que hemos localizado conjuntos de huesos desarticulados que parecen corresponder a varios individuos, planteamos que estos restos fuesen extraídos de sus contenedores funerarios primarios para ser depositados en este lugar, tratándose por tanto de varios osarios probablemente procedentes de enterramientos o criptas localizados en el interior de la iglesia parroquial. Esta práctica resultaba habitual cuando se carecía de espacio y se decidía el desalojo de tumbas antiguas o de criptas colmatadas a fin de poder alojar nuevos cadáveres", sostienen desde la empresa.
En relación a la datación de dichos huesos, la empresa informa de que "los fragmentos de recipientes cerámicos localizados en los rellenos de tierra que envuelven los restos óseos permiten fechar los osarios de forma preliminar alrededor de inicios o mediados del siglo XVIII, un momento en el que los entornos de las iglesias funcionaban como camposantos en el interior de los núcleos de población". Esta práctica se prohibió en el siglo XIX por la "evidente insalubridad de la misma", aclara.
En cuanto al estado de los restos, desde la entidad responsable de la intervención se explica que se encuentran en muy mal estado de conservación, no sólo debido a la acidez del terreno en el que se encuentran, sino también a las anteriores remociones a las que fueron sometidos, siendo necesario tratarlos con sumo cuidado, dado que se descomponen con el mero roce de las herramientas de trabajo".
Los estudios al respecto continuarán y en los próximos días se incorporará al equipo de trabajo una antropóloga física para la extracción y estudio de los restos, de forma que se pueda establecer el número de individuos enterrados, el sexo y edad, y en caso de huellas en el tejido osteológico, las posibles patologías que sufrieron.
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