La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
A escondidas por Sevilla (IV)
Sevilla/Si hay lugares que esconden tesoros y que pasan desapercibidos, este puede ser uno de los mejores ejemplos. Nos encontramos a 18 kilómetros de Sevilla capital, donde comenzamos a apreciar el olor a salitre de un mar que se adentra río arriba y que inunda durante unas semanas los campos de arroz de la marisma sevillana.
Aquí, en unas tierras que en otro tiempo fueron realengo de Felipe IV nos encontramos con la finca Los Montes. Y fue precisamente aquí, en las líneas de Diario de Sevilla y un artículo de Eva H. Alonso, dónde escuché hablar por primera vez de Los Montes y algunas de las obras de arte que en ella se guardan.
No fue fácil encontrar el acceso a visitarla, ya que actualmente sus salones y capilla son explotados para eventos y no se realizan visitas culturales. Fue gracias a mi incansable testarudez que después de meses de contactos e indagaciones conseguí contactar con don Francisco López de Becerra y Solé, Duque de Maqueda y actual propietario de la finca, y fue él en persona quien muy amablemente, nos enseñó las numerosas obras que contiene la propiedad, algunas de ellas declaradas Bien de Interés Cultural (BIC).
Si tenía claro que para la realización de este capítulo quería contar con alguien especializado en Historia del Arte, más claro tenía que ese alguien tenía que ser Manuel Jesús Roldán Salgueiro, al cual agradezco su colaboración.
Llama la atención de la capilla Ducal del Rosario un niño Jesús de Martínez Montañés (1568-1649) entre otras obras de arte, y una pequeña imagen de San Sebastián -Patrón de La Puebla del Río- que data del siglo XIV y que corona el retablo.
De las paredes del salón de los Marqueses de Astorga, cuelgan varias obras que muestran a los antepasados de la familia. Por supuesto, no podemos pasar por alto la vitrina expositora con una gran vajilla de la Cartuja o las calesas de época, herencia de la familia. Este salón es uno de los principales en cuanto a la celebración de eventos se refiere, ya que es el de mayor capacidad. Tiene acceso a una terraza con vistas a la plaza de toros de la finca.
Otra de las estancias con la que nos hemos trasladado a otro tiempo y con la que nos sumergimos en un museo, es el segundo salón Marqueses de Astorga. En él se encuentra parte del Decálogo de Villegas Cordero (1844-1921). El Decálogo es una colección de doce pinturas en las que se muestran referencias a los Diez Mandamientos, al que se le incluyen un prólogo y un epílogo. Seis se encuentran en la finca Los Montes y las otras seis, en una de las propiedades que la familia tiene en Jerez.
La finca cuenta con otros salones y estancias que forman parte del uso habitual de la vivienda y no por ello menos atesoradas: baúles, cuadros, relojes, libros… todos ellos marcados con una historia y que don Francisco nos ha ido narrando una a una.
Los Montes realengos, como se la llama originalmente, forma parte del Patrimonio Arquitectónico de la Junta de Andalucía y en la actualidad, salvando las circunstancias en la que nos encontramos, se utiliza para celebraciones, eventos e incentivos de empresas.
Desgraciadamente habrá que esperar a que pase la pandemia para poder tener la posibilidad de hacer una visita a este lugar.
Mi especial agradecimiento a Don Francisco López de Becerra y Solé, Duque de Maqueda, por tan afectuoso recibimiento.
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