Crespo insiste en que no hubo riesgo para la población tras el accidente del Eurofighter
Los restos del capitán del Ejército del Aire Fernando Lluna Carrascosa, que falleció el lunes al estrellarse el Eurofighter que pilotaba, en un campo de girasoles, cerca de la base de Morón, fueron trasladados ayer al Instituto Anatómico Forense. Una vez que se le practiquen los análisis, "se fijará la fecha del funeral" en la base de Morón, que será "lo antes posible por el bien de la familia", según la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo. Ésta precisó que una comisión interministerial técnica sobre accidentes de aviación está haciendo "una investigación al respecto, como siempre absolutamente pormenorizada, y habrá detalles exhaustivos sobre el accidente".
A falta de ello, Crespo aseguró que "en ningún momento ha habido riesgo" para las poblaciones cercanas y que el avión de combate "vuela con las armas desactivadas, no lleva ningún tipo de explosivo" y el armamento que había en el aparato -dos misiles- ha sido retirado ya. Los restos del avión "permanecen en la pista", donde el perímetro de seguridad continúa. Si hubiese existido algún riesgo "se habría puesto alerta a la población", insistió, y abogó por "acabar con una polémica que no hace ningún bien".
Los restos del piloto no se han recuperado hasta más 24 horas después porque los materiales que transportaba y los gases tóxicos desprendidos por la pintura y el cableado eléctrico al arder hacían que no se pudiera acceder con seguridad personal plena. El avión regresaba, según Defensa, de una operación rutinaria de "policía aérea". El fuselaje quedó por debajo de la cota del terreno contra el que impactó, en término de Arahal.
PROTOCOLOS
En este sentido, el jefe de Servicio de Protección Civil de la Junta en Sevilla, Antonio Pajuelo, confirmó ayer que ni el plan de emergencias provincial, ni los municipales llegaron a activarse. No existe un plan de emergencias específico y acotado para el entorno de la base, aunque durante los vuelos del ejército americano en la zona por la guerra de Iraq, de 2003, llegó a plantearse la posibilidad.
Es la propia base, como instalación militar y en función de los equipos y materiales que maneja, la que lo tiene en tanto que es también la que tiene los conocimientos para evaluar y actuar ante cualquier incidencia. Esos datos, además, no se hacen públicos, porque afectan a la seguridad nacional. Los planes provinciales y los planes de emergencia de los pueblos del entorno sí abordan la existencia de la base como un riesgo, pero sin más "catálogo de elementos" bélicos, porque se desconocen y son variables. Sólo ante la hipótesis de que hiciera falta alguna evacuación, corte de carretera o que el accidente hubiera provocado, por ejemplo, el corte del suministro eléctrico, se activarían esos planes locales y todo lo que está previsto en ellos para actuar y movilizar todos recursos necesarios rápidamente y de forma efectiva, siguiendo cauces que están fijados y en los que queda claro la autoridad asume la dirección. En casos de este tipo es el Estado.
Algunas personas vieron caer el avión desde la A-92 o desde cortijos cercanos, avisaron al 112, que movilizó bomberos y a las emergencias sanitarias de los pueblos. La torre de Aena confirmó pronto el siniestro.
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