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Probablemente una de las historias que más llaman la atención cuando hablamos de Coria del Río, es la historia de los Japón, esa que hace un par de años se llevará al cine, bajo la dirección de Álvaro Díaz Lorenzo, y que Juanma Suárez, convirtiera en un magnífico documental, en el aniversario de los 150 años de relaciones diplomáticas con Japón, bajo el nombre de Las huellas del samurái.
Esa historia que se convierte en reclamo turístico, no solo por el interés histórico que despierta, sino por lo llamativo que resulta para el visitante, que muchos de los negocios rotulen sus vitrinas y escaparates, también, con caligrafía japonesa. Son más de 600 los vecinos de este municipio que llevan detrás de su nombre, las huellas de esta historia, con el apellido Japón, incluso alguno, por partida doble.
Las aventuras de una expedición, a la que llamaron keicho, qué bien podía haber pasado por una ficción de Akira Kurosawa, y que de la mano de Antonio Bizcocho Pacheco y legado Keicho, podemos conocer en detalle, en una de sus rutas guiadas.
Y, ya que estamos en Coria del Río y conociendo su huella japonesa, ¿qué tal si maridamos la visita, con un poco de sake de Coria, Sakura o Nugã?, estas tres exquisiteces de licores, son una muestra de la gran relevancia que la historia de la expedición Keicho tiene en la localidad, y son frutos del empresario coriano, Antonio Bizcocho.
Otra de las curiosidades sobre Coria del Río, sale a la luz cuando hablamos de su río y de la pesca del esturión, pez que, para los romanos, era parte indispensable en cualquier banquete. Aquí se creó en la primera mitad del siglo XX, una de las fábricas más importantes de caviar, fundada por los hermanos Ybarra, y que curiosamente se exportaba a diversas partes del mundo, como caviar ruso. Una fábrica que a día de hoy, podemos encontrar convertida en un elegante y exquisito restaurante, a pies del Guadalquivir y que, no podía llamarse de otra manera, más que Esturión.
Hablar de Coria del Río, es hablar de historia y, como no, de gastronomía, porque ¿qué es un pueblo sin su gastronomía?. Podemos disfrutar de lo más típico: el albur, que puedes encontrar preparado, en un sinfín de variedades, desde el típico albur en adobo, al más preparado, llamado "a la lata", o los torteritos, esto no te cuento qué es, vé probarlos.
En cuestiones de gastronomía típica, y estando en Cuaresma, como estamos, no hay que saltarse sus magníficos dulces: pestiños, galletas fritas, bizcochos… y por supuesto, el que se lleva la medalla por ser único, ese que la receta pasa de generación en generación y que solo se encuentra en Coria del Río: las orejitas de Abad. Un dulce típico que ahora, gracias a la iniciativa de la empresaria coriana Inés Romero, podemos degustar en cualquier parte, ya que ha convertido este dulce típico coriano, en un snack que se puede adquirir a través de su página web.
Como veis un paseo por Coria del Río, su historia y su gastronomía, puede convertirse en una expedición a través de todos los sentidos.
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