Cobra, el coleccionista de sangre

La Guardia Civil sigue buscando al agresor de la niña de Utrera, en paradero desconocido, mientras el debate se aviva en internet, donde se multiplican los comentarios de ex novias.

Emma Fernández-Cotta

31 de agosto 2011 - 05:03

La niña de Utrera agredida el pasado domingo por un hombre de 28 años que conoció a través de Tuenti, sigue en estado crítico en el Hospital Virgen del Rocío, mientras la Guardia Civil sigue buscando al agresor. A falta de más datos oficiales sobre la investigación, el debate se centra en las redes sociales donde conocidos y amigos del joven malagueño trazan un particular perfil, el de un joven obsesionado con el mundo siniestro que tenía la macabra afición a coleccionar muestras de sangre de sus conquistas.

Algunos cuentan que José Antonio solía pasear por La Marina, plaza malagueña frecuentada por personas de estilo gótico. Conocido como Cobra en algunos ambientes, todos coinciden en que el agresor "no está muy bien de la cabeza". Varios comentarios en diferentes páginas web coinciden en que el agresor solía pedir a sus chicas una pequeña extracción de sangre de manera violenta "para rellenar un tubito". En caso de que la chica no accediera, José Antonio las machacaba: "Te decía que no le querías", apuntó ayer una joven en internet.

"Yo también he sido pareja de este hombre, y cuando le dejé se cortó las venas". "Yo salí con el hace muchos años y le dejé porque me dijeron que era un poco especial. Siempre que me lo he encontrado he intentado pasar de él, pero sus miradas de asesino se te clavan en la cabeza. En su día se cortó las venas delante mía para que yo viera cómo sangraba". Éstos son algunos de los testimonios publicados en la red que coinciden en el perfil del agresor. Algunos amigos reafirman esta personalidad oscura y retraída. "Conozco a Cobra de poco, pero se sabe que es muy inestable. Cuando pide sangre a las chicas lo hace porque se cree un samurai".

Conocidos y amigos aseguran que José Antonio es agresivo por las sustancias que consume, como la heroína, y no por ser gótico. "No te das cuenta de que tiene problemas mentales graves hasta que lo conoces demasiado y no puedes dar marcha atrás, porque no los aparenta", afirma otro.

Las acusaciones y prejuicios por su forma de vestir también se acumulan en internet. Otros componentes de esta tribu urbana se defienden de las críticas a su estilo de vida: "No todos los que vestimos de negro somos así. Me gusta el estilo Goth y no hay que generalizar, porque la inmensa mayoría no es agresiva, ni coleccionamos sangre". Algunos conocidos incluso defienden al agresor: "Hace unas dos semanas hablamos, y me parece un tío cojonudo. Es cierto que es agresivo, pero me parece muy fuerte que haya gente que diga que es su amigo y luego soltar tales mierdas de él", asegura un individuo identificándose como Zanter. "Espero que lo encuentren pronto para que no se haga más daño a él mismo". Sorprende que algunos comentarios empaticen con el susodicho, a pesar de la atrocidad cometida.

Los testigos del suceso también han aprovechado el anonimato de la red para dar su opinión de los hechos: "Este hombre estuvo molestando todo el sábado, y se llamó a la Policía ocho veces. Hasta las cuatro de la mañana no dejó de aporrear los cristales".

Simplemente son testimonios, más o menos creíbles, pero que, sin duda, demuestran que el debate sobre los riesgos de internet y algunas conductas de tribus urbanas está más activo que nunca.

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