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La familia de Carlos Parra pedirá la imputación de Ortega Cano

Los familiares del fallecido en el accidente están a la espera del informe técnico del siniestro. Los abogados creen que hay pruebas para imputarle al toreros homicidio imprudente y delitos contra la seguridad vial.

Jorge Muñoz / Sevilla

30 de junio 2011 - 19:03

La familia de Carlos Parra, que falleció el pasado 28 de mayo en un accidente de tráfico con el torero José Ortega Cano, anunció que solicitará la declaración como imputado del torero, tan pronto como llegue el informe técnico que está realizando la Guardia Civil sobre el siniestro y después de que se haya confirmado que el matador conducía bajo los efectos del alcohol.

Los abogados Andrés Avelino y Luis Romero, del bufete Luis Romero y asociados, explicaron a este respecto que una vez que la Unidad de Reconstrucción de Accidentes de la Guardia Civil entregue en las próximas semanas en el juzgado de Instrucción número 9 de Sevilla el informe sobre el accidente, solicitarán que Ortega Cano preste declaración ante el juez. "En ese momento vamos a ampliar la denuncia y solicitar que, una vez que el estado de salud de Ortega Cano lo permita, vaya a declarar porque entendemos que es la primera persona que ha de prestar declaración", explicó Andrés Avelino Romero.

El juez de Instrucción número 9 de Sevilla, que investiga el accidente, ha pedido al hospital Virgen Macarena que informen sobre el estado del torero, por lo que los letrados consideran que el instructor pretende determinar cuándo podría estar Ortega Cano en condiciones para poder dar su versión de los hechos, aunque también cabe la posibilidad de que si continúa la convalecencia que la comisión judicial se desplazara al centro sanitario a tomarle declaración.

El informe de Toxicología que confirma que el torero arrojó una tasa de 1,26 gramos por litro de alcohol en sangre -casi el triple de lo permitido, que es 0,50 gramos-, es un "dato esencial" para los abogados de la acusación particular. "Teníamos la certeza de que se había invadido por el vehículo de Ortega Cano el carril contrario y parecía que había una velocidad excesiva, además muchos testimonios del pueblo de Castilblanco o que lo vieron en el trayecto entre Castilblanco y Villaverde aseguraban que había bebido, que no iba en las condiciones idóneas para conducir, por lo que el resultado de Tesperábamos esperábamos", señaló Luis Romero, que añadió que al conocer el dato concreto se ha confirmado "que efectivamente iba ebrio y por lo tanto no tendría que haber tomado la decisión ese día de coger el coche".

El abogado insistió en que "no hay ninguna duda" de la licitud de esta prueba, ya que las muestras de sangre fueron tomadas con fines terapéuticos y posteriormente el juez ordenó la práctica de los análisis toxicológicos, por lo que inicialmente no había sido extraída para hacer la prueba de alcoholemia. Al torero se le hicieron dos extracciones, una por bioquímica que se destruyó a las 24 horas y otra que quedó conservada en Hematología, que es la que se tomó para el análisis de Toxicología. La viuda y los hijos de Carlos Parra han recibido el informe de Toxicología con "alivio" porque al principio ha habido esa "especie de desinformación sobre si no había tomado alcohol, en la que se comentaba que querían crucificar al torero cuando no había bebido, y daban como seguro que no había síntomas", señaló Luis Romero.

El letrado recordó que desde que se produjo el accidente se han oído testimonios que aseguran que "incluso varias personas le aconsejaron que no se montara en ese estado en el coche. Uno podía pensar será porque está cansado, por falta de sueño, por otro motivo, o será porque había bebido. Ahora ya sí que hay una prueba, un dato objetivo como es el resultado de los análisis hechos a las muestras de sangre del Instituto Nacional de Toxicología, y esto efectivamente influye en la posible imputación y futura acusación, en que hay una conducción temeraria y un delito contra la seguridad del tráfico, y parece ser que también se le puede imputar un delito de homicidio imprudente", Andrés Avelino Romero precisó que, en este momento, se trata de un "presunto homicidio imprudente siempre y cuando el informe técnico, en sus conclusiones, determine como causa inmediata que la responsabilidad del accidente es de Ortega Cano al invadir el carril contrario".

Este abogado, que es especialista en delitos de tráfico, aseguró que en este caso hay "evidencias" que apuntan a esa posible responsabilidad del matador. Así, Andrés Avelino citó en concreto la declaración del conductor que circulaba justo detrás del Seat Altea de Carlos Parra y que manifestó que el turismo de Ortega Cano es el que invade el carril por el que circula la víctima y colisiona con su vehículo. En segundo lugar, considera que todo apunta a una supuesta imprudencia del torero, "por la experiencia de los abogados de este bufete que han conocido bastantes accidentes de tráfico de este tipo y esta medida, porque cuando dos vehículos colisionan frontalmente los materiales se doblan sobre sí mismos y los materiales metálicos arañan el suelo en el lugar de la colisión. Eso unido, a los líquidos que se quedan alrededor, determina cuál ha sido el punto de colisión después de ir a examinar el lugar del accidente, el punto de colisión estaba en el carril de Carlos Parra". Por todas estas circunstancias, los letrados entienden que el informe técnico va a determinar que la responsabilidad es de Ortega Cano.

En cuanto a la velocidad del vehículo, algo que debe fijar de forma aproximada el informe técnico de la Guardia Civil, los letrados señalaron que hay ingenieros que "dicen que para que un motor salga volando y aparezca a unos 20 metros de distancia, la velocidad resultado de la suma de ambos vehículos tenía que ser superior a 220 o 230 km/h. Si uno va a unos 80-90 el otro ha tenido que ir a 140, o a lo mejor no iban los dos a 110. A partir de ahí se puede pensar que uno fuera a 140-150", indicó Luis Romero. "La velocidad exacta nunca se va a saber, porque eso es imposible de determinar, se va a saber se iba a gran velocidad, o en un arco entre 120 y 140 o entre 130 y 150, o entre 90 y 110, precisó Andrés Avelino.

En cualquier caso, los letrados recordaron las tres llamadas realizadas al 112 en las que se avisaba de que el coche del torero "iba haciendo zig-zag, que se pegaba al coche de delante, con una conducción bastante negligente". Andrés Avelino afirmó a este respecto que "no hace falta ser un especialista para ver cómo han quedado los restos de los vehículos y sabemos que eso a 70-80 kilómetros por hora no se puede".

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