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Operación cortafuego
La Guardia Civil ha desmantelado en El Castillo de las Guardas la mayor fábrica clandestina de tabaco de toda Europa. La factoría sólo estuvo operativa un día, en el que se confeccionaron 64.500 cajetillas. En la operación, denominada Cortafuego, han sido detenidas diez personas e imputadas otras tres. Todos son de nacionalidad española y vecinos de distintos pueblos de la provincia de Sevilla, salvo los dos encargados de la fábrica, que son dos ciudadanos griegos especialistas en la producción de tabaco.
Estos dos sospechosos fueron capaces de montar una fábrica en una nave en mitad del campo, en una finca del término municipal de este pequeño pueblo de Sevilla. La nave tenía una elevada capacidad de producción. En su interior halló la Guardia Civil 30 toneladas de picadura de tabaco a granel, que luego se empleaba para confeccionar los cigarrillos. Una vez que éstos estaban listos, tenían un cilindro con el que le imprimían a los filtros el logo de la marca. Todas las cajetillas intervenidas eran falsificaciones de American Legend, una marca que en sus orígenes fue exclusivamente de contrabando y luego dio el salto al mercado legal.
Cada cajetilla tiene un coste de producción muy bajo, de unos pocos céntimos. Luego pensaban distribuirlas por toda España e incluso otros países de Europa, donde las venderían por unos dos euros, menos de la mitad de lo que cuesta una cajetilla de tabaco de esta marca en los estancos. El hecho de no pagar impuestos algunos les permitía competir de esta manera con el producto legal, que no puede rebajar sus márgenes porque está gravado con una carga fiscal del 80% del precio.
La investigación de la Guardia Civil arrancó el pasado mes de junio, cuando los agentes de este cuerpo detectaron en movimientos sospechosos en torno a una nave alejada del casco urbano de El Castillo de las Guardas, que en principio se suponía que estaba destinada a la cría de cerdos. A la finca se accedía por caminos de difícil tránsito.
Tras varios meses de seguimiento, los investigadores tuvieron conocimiento de que se estaba montando en ella una fábrica ilegal de tabaco, con capacidad para estar activa las 24 horas del día. La fábrica estaba en un lugar tan remoto que ni siquiera tenía electricidad. Tenía que ser abastecida por dos potentes grupos electrógenos autónomos de última generación, que estaban ocultos en unas cuadras de caballos. Había distintos habitáculos para dar hospedaje a los trabajadores y módulos prefabricados pintados en los colores del paisaje para dificultar su visión desde el aire o desde algún monte cercano.
Para poder mantener el nivel de producción exigido, la organización tenía que conservar activo todo el proceso de fabricación durante el mayor tiempo posible. Los trabajadores vivían en la misma finca y tenían sus zonas de ocio habilitadas en los mismos módulos prefabricados. Los miembros de la organización usaban también otras naves de la provincia de Sevilla para almacenar la materia prima.
En el momento de la intervención, la Guardia Civil encontró a dos trabajadores que estaban esperando un camión que los iba a abastecer de tabaco a granel. Además de los diez detenidos y tres imputados, la operación se ha cerrado con la incautación de 30 toneladas de tabaco a granel, 129 cajas de tabaco recién elaborado, 60.000 euros en metálico, cuatro vehículos (entre ellos un camión y una furgoneta) y distintas armas de fuego (una de ellas una pistola del calibre 9 milímetros parabellum), así como toda la maquinaria y el material necesario para la producción y el empaquetado de los cigarrillos. En los once registros también se han hallado miles de boquillas, filtros, cartones serigrafiados, plastificados y cajas de empaquetado.
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