Aznalcóllar, un paraje lleno de contrastes

Esta población minera ubicada al oeste de la provincia de Sevilla y situada al pie de la sierra debe su nombre del árabe Hinz-al-Kollar, recinto amurallado; aunque también es fue conocida con el nombre de Iptucci. Se conoce que en la época de los romanos destacaba por la explotación de sus minas de pirita, conservando restos del acueducto que llevaba a Itálica. El paso de los musulmanes por la localidad se demuestra por los vestigios de una fortificación ubicada cerca de la zona del Castillo y sobre todo por la Zawiya, un tesoro mudéjar de la provincia de Sevilla y única en Andalucía.

Se trata de un edificio islámico de fines religiosos que se destinaban a la escuela o monasterio y que estaba situado en el cementero del municipio, junto al antiguo castillo. Este monumento es una muestra de esa coexistencia religiosa entre cristianos y musulmanes y de la forma en que los artesanos mudéjares que no migraron a África edificaban. De planta cuadrada y mayor dimensión que una rábita o morabito, está cubierta por una qubba sobre trompas y cuenta con un zócalo alicatado mudéjar. En la pared sur se puede percibir un nicho que podría ser el mihrab del oratorio. Su exterior muestra saeteras lobuladas enmarcadas por ventanas ciegas de herradura con alfiz rehundido, mientras que su fachada oriental cuenta con un un arco apuntado de acceso, hoy parcialmente cegado, enmarcado con alfiz. Esta edificación ya en el siglo XVIII pasó a ser la capilla del cementerio de San Sebastián.

Dentro de su patrimonio histórico son reseñables tanto el puente de los Frailes, por donde pasaba el ferrocarril y que conforma una extraordinaria vía verde; y el Molino del Viento, construcción que se sitúa en lo más alto del municipio como soldado de vigilancia este molino de viento. Con respecto a esta torre, un manuscrito navarro dice que fue construido y utilizado como molino antes de 1750. Se cree que podría ser una torre defensiva de época medieval por el emplazamiento, aunque después sería reutilizado como molino de viento.

Aun siendo un enclave minero de la comarca de la Vía de la Plata, destaca por su imponente paisaje en el que sus grandes dehesas así como su pantano permiten una amplia oferta de turismo activo y de aventuras. Por otro lado, las zonas como Madroñalejos y Charcofrío, incluidas en el Complejo Serrano de Interés Ambiental, sobresalen por su riqueza faunística y botánica. Todo esto hace que el visitante pueda disfrutar de un paisaje en el que la minería se une en armonía con los espacios naturales.

Gracias al espectacular entorno de Aznalcóllar que provee de extraordinarios productos agroalimentarios, la gastronomía es otro de sus reclamos turísticos. Sus platos elaborados con carne de caza, los guisos caseros así como las tradicionales migas con ajos son algunas de las recetas que el visitante puede disfrutar en este destino. Eso sin olvidar el producto por excelencia que se produce en la localidad: la miel. De hecho, Aznalcóllar es la primera productora de la comarca y eso se traduce en la exquisitez de los dulces que se elaboran allí.