La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
El calor comienza a hacerse notar, y lo hace especialmente en aquellos lugares donde no se puede combatir con aire acondicionado u otros sistemas.
Las temperaturas sofocantes y la falta de medios para aliviarse ha provocado que esta mañana los alumnos del IES Tartessos de Camas (Sevilla) se nieguen a entrar en clase.
De este modo, se han concentrado a las puertas del centro en protesta por el intenso calor que sufren en el interior de las aulas del centro escolar, una iniciativa con la que se suman a las de los institutos de Guillena y Almensilla, que tomaron la misma decisión.
Al parecer, el instituto cuenta con sistemas de refrigeración adiabática y placas solares fotovoltaicas, pero los sistemas de refrigeración no han llegado a ser activados, de modo que estos días sufren temperaturas en las aulas por encima de los 35 grados, provocando una situación que se ha convertido en insostenible para los alumnos.
Como ocurrió con las concentraciones protagonizadas por los alumnos de Guillena y Almensilla, la Policía Local ha informado a los alumnos de que requieren de una autorización oficial por parte la Subdelegación del Gobierno para secundar la protesta. Tras ello los estudiantes se han marchado a sus casas, aunque tienen la intención de reclamar legalmente un permiso oficial para continuar con sus protestas.
En el caso del municipio de Guillena, un grupo de alumnos del IES Molinillo se negó a en clase el lunes 3 de junio, motivados igualmente por el calor que pasan en las aulas y otros espacios del centro, y han protagonizado una concentración a las puertas del acceso principal antes de marcharse a sus casas.
En concreto, secundaron la protesta en torno a un centenar, de los 700 alumnos del centro, los que se han negado a entrar en clase, protagonizando una concentración a las puertas del instituto, donde, el pasado diciembre, la Consejería de Educación y Deporte, a través de la Agencia Pública Andaluza de Educación, inauguró sus obras de ampliación, en las que invirtió importe de 2,8 millones de euros.
Esta actuación permitió la retirada de tres módulos prefabricados instalados en el centro para atender las necesidades de escolarización, aunque en la ampliación, según el Ayuntamiento, no se contempló la climatización de las nuevas instalaciones, por lo que el alumnado y cuerpo decente da clases soportando, como en estos días, unas altas temperaturas en las aulas.
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