La tribuna
España en libertad, ¿amenazada?
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Entras en las redes y buscas reflexiones que aporten cordura y sensatez, ante el grave problema que estamos viviendo, y cuesta encontrar algo positivo y esperanzador entre tanta maraña de bulos, mentiras, odio y críticas despiadadas. Aunque a veces, resplandece la verdad, la crítica constructiva, y el sentido común.
El mundo anda en pie de guerra sanitaria desde la aparición del coronavirus en Wuhan, China, con efectos mortales sin precedentes cercanos. Los científicos nos remiten a la Gripe Española de 1918, que mató a más de 40 millones de personas, en el mundo. Ahora, la Covid-19 nos atemoriza, porque no hay vacuna, aunque la ciencia trabaja para encontrarla.
En situaciones dramáticas, como esta, deberían primar la cooperación, la unidad, la lealtad y la convivencia. Ahora es tiempo de cerrar filas, no de buscar enfrentamientos estériles. El Gobierno de España decretó el estado de alarma (artículo 116 de nuestra Constitución), y adoptó decisiones con acierto, aunque también ha cometido errores. Éste tsunami sanitario ha cogido al mundo por sorpresa, como vemos con el avance de la mortandad. En el mundo: 3 millones de contagiados y más de 210.000 muertos, cuando esto escribo. En España, 24.000 fallecidos, y en Andalucía, más de 1.100. Guardo silencio por todas las personas fallecidas y trato de unirme al dolor de sus allegados. Ahora todos lo sabían, hubieran prohibido el 8-M, lo de Vistalegre, y hubieran confinado a 47 millones de españoles. ¡Qué bien se ven los toros desde la barrera! Es verdad que el Gobierno va improvisando, pero ¿cómo hacer, ante esta situación dramática e inédita? Tanto el Gobierno como la oposición pecan de soberbia y orgullo. Hacen falta dosis de sencillez y humildad para sobrellevar esta crisis. Al Gobierno: ¡pida ayuda a la oposición! A la oposición: ¡dejen de torpedear al Gobierno de España; haga lo que haga les parece mal. Ahora toca arrimar el hombro! En esta ceremonia de la confusión, ciertos políticos, comentaristas y tertulianos actúan de forma hipócrita e irresponsable. Parece que su ¿ética? es: ¡pase lo que pase, caña al mono! Yuval Harari, autor de Sapiens, nos dice: "Si la epidemia crea más desunión y desconfianza entre los seres humanos, el virus habrá obtenido su mayor victoria. Cuando los humanos se pelean, los virus se duplican".
Los niños y mayores ya salen. Viene la desescalada. Prudencia y cautela. Lo dice el refrán: "Más vale prevenir que curar". Cuando pase esta pesadilla, cambiará nuestra forma de vida. Lloraremos a las víctimas. Blindaremos la sanidad pública. Habrá que recomponer nuestra devastada economía, crear trabajo, reducir el paro. Comprobaremos que la Naturaleza se ha regenerado, y el aire, el agua y la tierra están más limpios. El Coronavirus ha puesto a prueba nuestro modelo de vida, como un anticipo del Cambio Climático que viene. Agradeceremos la responsabilidad y solidaridad de los españoles, y los aplausos a nuestros sanitarios, a las fuerzas de seguridad, a los productores de alimentos, y a cuantos se han expuesto en esta larga crisis. Estos ejemplos de sacrificio y solidaridad, deberían animar a nuestros políticos. ElCovid-19 no entiende de ideologías, ni de fronteras. Aparquen las diferencias. La unión hace la fuerza. Entre todos demos una respuesta que nos ennoblezca y esté a la altura de las circunstancias. Las futuras generaciones nos lo agradecerán.
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