La tribuna
Una cooperación de familia
La tribuna
Al menos un 24% de las posiciones laborales en España se encuentran sin cubrir. ¿Cómo casa este dato con el del 15,33% de tasa de paro, porcentaje que representa a los 3.368.000 parados registrados? La respuesta es simple: estos puestos sin cubrir carecen de los perfiles adecuados y de las competencias requeridas para cierto nivel de desempeño. Esta respuesta, en apariencia sencilla, nos lleva a una cuestión de mayor complejidad: ¿estamos preparando a nuestros jóvenes y estudiantes para el presente que nos acoge y el futuro que nos espera? ¿Somos conscientes de que el desempleo es un estadio intermedio entre dos empleos, y nos preparamos para ello, reinventando y rescatando competencias y perfiles?¿Estamos generando una información adecuada, que oriente?
Los datos de desempleo nos retan a transformar esta realidad. Ya no se trata de quedarse en el saber, sino en el saber hacer. Y no se trata de lo que sabemos ahora, sino de lo seamos capaces de aprender. De lograr ser la mejor opción para tu principal cliente: tu empleador o para ti mismo como emprendedor.
Hablemos, pues, en torno al futuro del empleo y de la empleabilidad; hablemos de valentía, entendida como un balance entre temeridad y miedo; hablemos de confianza y optimismo, y sobre todo, hablemos de nuestra responsabilidad con nuestros jóvenes y con las personas que están a la búsqueda de empleo. En relación a los mensajes que estamos emitiendo, seamos conscientes de que podremos estar alimentando creencias que se encarnarán en su mindset y su visión del mundo y serán difíciles de desmontar.
Con el nombre de Revolución industrial 4.0 aludimos a la convergencia de unas tecnologías que son la base de esa revolución. Estas tecnologías -Nano, Bio, Info y Cogno- convergen y dan lugar a un cambio disruptivo porque borra los límites de lo físico, lo digital y lo tecnológico.
Esta cuarta revolución industrial traía de la mano una nueva era de virtualización laboral, y si a finales de 2019 empresas como IBM ya tenían al 45% de los trabajadores en remoto, tras el Covid19 esta cifra se ha disparado. La digitalización lo he hecho posible. Y aunque la tecnología ya ha cambiado nuestra forma de vivir y comunicarnos, nos sigue generando inseguridad, incertidumbre sobre cómo va a afectar al mercado laboral.
En la generación de soluciones estarían implicados cuatro grupos de actores: nosotros, las instituciones públicas, la empresa y la universidad pública o privada(en general, el sistema educativo). Esta obra se representa en un entorno determinado: el llamado entorno VUCA (volátil, incierto, cambiante y ambiguo). "No sólo se trata de un cambio de época, sino que entramos en una época de cambio. No vamos a un nuevo equilibrio estable, sino a una era transformacional, de cambio acelerado, permanente y multidireccional, con implicaciones profundas para la educación". Y en esas implicaciones profundas para la educación es donde reconvertimos el problema en solución, pasando del saber al saber hacer, al desarrollo de las competencias requeridas para ser un valor en este mercado laboral.
Competencias como suma de conocimientos más habilidades, más actitudes y valores. El desarrollo competencial nos ha de acompañar toda la vida. Por ello, la Learnability, o Aprendibilidad, será la competencia más valorada. Y somos los responsables de abordarla en primera persona, mientras agradecemos pero no esperamos, que empresas, instituciones docentes y gubernamentales aborden propuestas más alineadas con las demandas de este nuevo escenario.
Concluyamos dando respuesta a la pregunta de inicio: ¿cuáles son las competencias demandadas, en qué consiste ese talento demandado? Radica en una combinación que suma los conocimientos técnicos apropiados para la tarea u oficio concreto, más competencias blandas o Soft Skills, más competencias digitales, más actitud y valores.
En conocimientos, priman los llamados STEM, (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas). Las competencias blandas más requeridas son: capacidad de resolución de problemas complejos, creatividad, comunicación, expresión oral y escrita , trabajo en equipo, inteligencia emocional, negociación, persuasión y capacidad de aprender y enseñar. En cuanto a la actitud, capacidad de autogestión, locus de control interno, resiliencia y proactividad.
Y como valores la ética, respeto a la diversidad, propósito de mejorar el mundo, así como a la sostenibilidad y la preservación del planeta.
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