Juan Espadas

La igualdad en Andalucía exige un Gobierno feminista

Tribuna de opinión

Andalucía no es una excepción al delicado instante en que se encuentran los avances y aun al retroceso que sufren las políticas en esta materia de igualdad

Una manifestación por el 8-M.
Una manifestación por el 8-M. / Jesús Marín

08 de marzo 2024 - 07:54

Decía Pablo Iglesias, fundador del PSOE, que "del Partido Socialista forman parte las mujeres, y es natural, porque si los hombres necesitan emanciparse, ellas lo necesitan más, por ser mayor su esclavitud".

El socialismo y el feminismo hunden sus raíces en la emancipación de los oprimidos. "No se puede ser socialista sin ser feminista", como nos dijo María Cambrils.

Como cada 8-M, Día Internacional de las Mujeres, el PSOE de Andalucía se suma a esta jornada de reivindicación desde el convencimiento de que, sólo avanzando en igualdad entre mujeres y hombres, conseguiremos que nuestra sociedad transite un camino de dignidad y justicia y nuestra democracia sea plena.

Cuando hablamos de feminismo, de igualdad real, lo hacemos desde el corazón de la democracia. Sin feminismo, no hay democracia.

A lo largo de la historia, los avances de las mujeres han venido acompañados de una fuerte reacción. A cada avance, le sigue un retroceso. A cada reforma legal que avanza en derechos, la derecha primero la combate, luego la recurre y cuando la sociedad la hace suya, reescribe la historia para apuntarse lo que no le corresponde.

El feminismo es incómodo, puesto que exige una transformación de las bases de la convivencia y requiere que haya quienes pierdan los privilegios que llevan demasiado tiempo disfrutando. De ahí la resistencia al cambio y la oposición frontal al mismo.

Andalucía no es una excepción al delicado momento en que se encuentran los avances en materia de igualdad e incluso al retroceso que están sufriendo las políticas en esta materia, en un ambiente de polarización política con la extrema derecha conformando gobiernos autonómicos o locales con el PP.

Hay quienes hacen de la negación de la violencia machista, fruto de la desigualdad entre mujeres y hombres, uno de sus principales ejes de acción política. Son los que han conseguido que el Gobierno andaluz introduzca en sus políticas el concepto de "violencia intrafamiliar", obviando el origen de la violencia machista. Y sólo nombrando el origen, reconociéndolo, podremos erradicarla.

El Gobierno del señor Moreno Bonilla no podemos olvidar que fue investido en 2019 gracias al apoyo del partido que repudia el feminismo. El mismo que suspendió los recursos económicos que apoyaban al tejido asociativos que ayuda a las mujeres en todos los rincones de nuestra tierra y que ya sin necesitar los votos de Vox sigue gobernando con las mismas medidas que pactó con Vox. No se puede abrazar el 8-M sólo cuando llega la fecha, como quien posa para una foto de Instagram, pero que desdeña, con acción e inacción, la consecución de una igualdad real entre mujeres y hombres.

Escribía Cristina Hernández, socióloga y activista especialista en igualdad, en la red social X:

— Oye, ¿tienes alguna idea? ¿Algo que podamos hacer para el 8 de marzo?

— Sí, feminismo el resto del año.

Justo lo que no hace el sr. Moreno Bonilla.

El PP no ha protagonizado ningún avance en igualdad estos cinco años, pero sí muchos retrocesos. Sin embargo, hasta ahora no había tenido el valor para, en palabras de las vocales del Consejo de Participación de las Mujeres en Andalucía, realizar "un recorte sin precedentes de la Ley de Igualdad". Por cierto, el señor Moreno Bonilla presidió la constitución de este órgano de participación en 2020 y nunca más se ha reunido con ellas.

No se puede abrazar el 8-M después de haber aprovechado el "decretazo" de simplificación para, unilateralmente, romper el consenso en torno a la Ley de Igualdad y dar pasos atrás. Excusándose en la necesidad de reducir trámites, ha borrado de un plumazo todo aquello en lo había avanzado Andalucía en la incorporación de la perspectiva de género como una herramienta para el diseño, la ejecución y la evaluación del presupuesto. El razonamiento que subyace es que los derechos de las mujeres son un lastre para la administración del señor Moreno Bonilla, una pérdida de tiempo.

No se puede abrazar el 8-M cuando, en vez de salvaguardar la libertad de las mujeres que deciden sobre su salud reproductiva, como hacen sus correligionarios en Francia, financia la actividad de aquellas asociaciones que coaccionan a las mujeres que deciden ejercer su derecho a la interrupción voluntaria del embarazo.

No se puede abrazar el 8-M cuando, año tras año, la entrega de distinciones con motivo del 28-F se olvida de la Andalucía en femenino, se olvida de que Andalucía tiene nombre de mujer. Sin el reconocimiento público de las mujeres, Andalucía es menos Andalucía.

No se puede abrazar el 8-M cuando disponiendo de 12.000 millones de euros más de presupuesto que en 2018, tan sólo se dedica un millón de euros más a las políticas de igualdad de género, además de haber reducido en un 28% la aportación de fondos propios de la Junta de Andalucía.

Se comprende entonces que, cuando el señor Moreno Bonilla abraza el 8-M, no podamos creérnoslo. En materia de Igualdad, "el rey está desnudo", no basta con parecerlo, hay que serlo y ejercerlo. Andalucía merece un Gobierno feminista de verdad.

La Declaración Institucional del Consejo de Gobierno con motivo del 8-M finalizaba con un "Feliz Día Internacional de las Mujeres". Señal inequívoca de que este Gobierno no ha entendido nada.

El 8-M no es un día de fiesta, es un día de lucha. Es una ocasión para recordar, para ser más autoexigentes y para seguir en la pelea. Hoy, miles de mujeres saldrán a las calles y plazas de Andalucía para recordar a las que no están, a las que fueron agredidas, silenciadas, discriminadas, olvidadas y para gritar al mundo que nada ni nadie les va a impedir que sigan reivindicando la igualdad real. Hoy, miles de mujeres van a celebrar que están juntas en la lucha.

Yo sólo quiero hacerles saber que el PSOE estuvo, está y estará de su lado, que pueden contar con nosotras para convertir sus reivindicaciones en realidades.

¡Qué viva la lucha de las mujeres!

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