La tribuna
Javier González-Cotta
El Grinch y el Niño Dios
La tribuna
Mariana Mazzucato es una economista italoamericana que está encontrando un eco notable entre los nuevos pensadores de esa ciencia tan poco atendida en Andalucía, pero también en muchos gobiernos e instituciones del mundo. Se la suele adscribir a la corriente de izquierda de esta disciplina por la importancia que da al papel del Estado en sus propuestas. Pero en la entrevista que publica El País el domingo 16-5-2021 creo que muestra no ser de la izquierda a la que estamos acostumbrados en España. Para empezar, respecto al papel del Estado en la economía piensa que "debemos aspirar a una política económica que se centre en problemas concretos y se oriente por resultados."
Aunque es lógico pensar que en una entrevista periodística es imposible recoger toda la riqueza de una línea de pensamiento, parece destacable que no se diga en ella algo que, cuando se escucha a un economista de la izquierda oficial de España, si no se dice explícitamente sí queda bastante sobreentendido: que la economía debe subordinarse a la política.
Más adelante, Mazzucato lanza ideas como "necesitamos un nuevo modelo de sector público. Y necesitamos también un modelo diferente de colaboración público-privada". O "está muy bien que tengamos en la UE un plan de recuperación con condicionalidad en las inversiones" (algo más adelante rechaza las "inversiones a secas, como proclaman algunos economistas de izquierda"). Dice también "(la UE) debe aterrizar en cada uno de los estados miembros y obligarles a replantear el modo en que funciona su administración pública", una idea que cualquiera diría que está pensada exprofeso para España.
Ampliando lo que recogía en la primera cita, el papel del Estado, dice que "necesitamos organizaciones orientadas en ese sentido, que sean públicas, pero no politizadas. Piense en la BBC", mención que me lleva a pensar en los medios de comunicación públicos en nuestro país.
Hablando de los impuestos, se decanta por subirlos, pero también advierte de que "no puede ser un debate simplista. Los impuestos deben usarse para incentivar comportamientos concretos", tras lo cual, y preguntada por lo que puedan pensar los partidos de izquierda sobre estas cuestiones, responde: "La izquierda se ha vuelto muy perezosa… (En Europa) todo el problema se centra en la redistribución… Por supuesto que necesitamos una política fiscal progresiva…, pero la agenda progresista necesita centrarse en la misma medida en la creación de riqueza… Siempre resultará mucho más atractivo un emprendedor como Elon Musk o cualquier empresario de Silicon Valley."
Desde luego que todas estas ideas, y las demás que no recojo, son discutibles, si bien no soy yo quien para hacerlo. Pero creo que queda suficientemente explicado porqué decía al principio que Mazzucato no es lo que aquí se conoce como una economista de la izquierda oficial; en especial, cuando pide que la agenda pública atienda al mismo nivel a la redistribución y a la creación de riqueza y a quienes la llevan a cabo. Esta idea y las demás no suelen escucharse a los economistas de izquierda de aquí, y mucho menos a los políticos.
Y para corroborarlo, en el texto de un periodista y economista del periódico que parece querer enmarcar las ideas de Mazzucato, no hay ni una sola referencia a esas reflexiones, ni al hilo conductor que las une, en mi opinión, el papel del Estado como impulsor y su gestión más profesional, más sometida a control y menos politizada. Sí desliza, por el contrario, dos ideas, de su propia cosecha, que parecen estar más dirigidas a la previa descalificación de quienes pudieran usar las de la entrevistada para poner de manifiesto esas ausencias, que son también las que se notan en nuestra izquierda oficial. La primera, presentando la falsa alternativa de poner la vida en el centro de la economía o de poner la economía en el centro de la vida, como si en España (y más en Andalucía) no supiéramos todos que la economía es algo que sólo parece interesar a unos cuantos. Y la segunda, queriendo reducir al segmento de la profesión que no merece su reconocimiento a la ideología de la maximización del valor para el accionista, algo que, escapando al ámbito de las políticas públicas, es muy usado por demagogos duchos en la manipulación de la falta de cultura económica de nuestra sociedad. Y no dejo de pensar que el autor de ese texto fue asesor de Rodríguez Zapatero cuando, tras explotar la Crisis de 2007, éste puso en marcha el Plan E que desperdició el superávit presupuestario en obras que la entrevistada, en una de sus respuestas, califica de estupidez al contraponerlas al recorte de la inversión en I+D en un 40%.
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