Antonio Fajardo De La Fuente

El dilema del Cortijo del Cuarto: ¿pulmón o dogal de la ciudad de Sevilla?

El autor defiende que el Cortijo del Cuarto sea pieza esencial del sistema verde del área metropolitana, interconectada con la laguna de Fuente del Rey, los parques y el cauce del río

El dilema del Cortijo del Cuarto: ¿pulmón o dogal de la ciudad de Sevilla?
El dilema del Cortijo del Cuarto: ¿pulmón o dogal de la ciudad de Sevilla?

09 de mayo 2022 - 06:00

El cerro del Cuarto es una atalaya que domina visualmente el territorio en dirección a los dos grandes ríos de la ciudad de Sevilla: el Guadaira y del Guadalquivir. Su valor estratégico propició que aquí se asentase el cuarto ejercito cristiano que sitiaba la ciudad, aunque otras interpretaciones consideran que el topónimo hace referencia a las cuatro millas romanas que distanciaban el lugar de Híspalis.

En el entorno se ha producido una actividad edificatoria con desigual coherencia

Este interés simbólico provocó la construcción de la ermita medieval de Valme, que fue reconstruida por los duques de Montpensier, una intervención historicista con sabor neomudéjar. Coetáneo a la ermita en su origen medieval es el viejo cortijo de origen militar con su torre-fortaleza en una posición de atalaya y control sobre la ciudad y el territorio circundante. El carácter simbólico de este espacio se ve reforzado por la celebración desde 1894 en el entorno de la ermita de una popular romería.

Situado históricamente en el término de Dos Hermanas, en 1937, en plena Guerra Civil se decreta la anexión al término municipal de Sevilla de los terrenos situados al sur del río Guadaira con la excusa de que por el valor estratégico de los cuarteles aquí situados éstos debían formar parte de la capital, lo que derivó muchos años después en un pleito por la expropiación, que se ha resuelto con la entrega simbólica el año 2003 de la ermita al Ayuntamiento de Dos Hermanas.

En el entorno del viejo cortijo y de la ermita se ha ido produciendo una actividad edificatoria con desigual coherencia. La Diputación Provincial decidió crear una finca experimental y en 1940 expropió la finca de 400 has, propiedad del Hospital de la Resurrección de Utrera, con un fin meramente productivista agrícola y pecuario: construye el Cortijo Nuevo, desde donde se explota con sembrados la finca y se alimenta el ganado, y las instalaciones de la Escuela Técnica de Peritos Agrícolas, que refuerzan el carácter experimental de los aprovechamientos.

La cercanía a la población de Bellavista, que se configura y crece con fuerza en la posguerra, supuso una presión urbanística que poco a poco va menoscabando la extensión de la finca agrícola para ubicar a los silos del SENPA, el complejo educativo Blanco White, el Hospital Provincial, el cuartel de la Policía Nacional, así como a varias parcelas que se segregan y venden para la construcción de viviendas.

La orientación forestal de la finca, hoy dominante, es relativamente reciente y coincide con el declinar de los usos agrarios y el cierre de la Escuela de Peritos Agrícolas. En la última década del siglo pasado el Servicio Forestal de la Diputación instaló un vivero forestal para surtir las necesidades municipales, que hoy ocupa 30 has.

La propiedad toma también la decisión de que estas plantaciones sean usadas para crear espacios utilizables para el ocio, así como para mejorar las condiciones ambientales y paisajísticas de la finca, interviniéndose prioritariamente en el entorno de la ermita y del Cortijo Viejo, en la explanada existente detrás del Hospital utilizada en la romería, y poco a poco por el conjunto de la finca.

Afortunadamente todavía la finca es una propiedad pública y en relativo buen estado

Además, utilizando las ayudas agroambientales que favorecen la introducción de especies forestales, se naturalizan una parte de los sembrados, como sucede con las plantaciones de acebuche, algarrobo y otras especies autóctonas introducidas en las inmediaciones de la Fuente del Rey.

Sin embargo está lógica de convertir al Cortijo del Cuarto en el gran pulmón forestal y del ocio al aire libre del Sur de la ciudad, cuyas sinergias con el parque del Guadaira son evidente, se ve amenazada por otros intereses.

Desgraciadamente la Diputación ha decidido hacer caja con las 144 hectáreas de terreno que aún posee en el Cortijo de Cuarto, 20 en término de Dos Hermanas y el resto en la capital. El PGOU de Sevilla (2006) y el Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Sevilla (2011) identifican este espacio como un territorio de oportunidad para el desarrollo de usos residenciales.

De momento los planes están detenidos por la depreciación de los suelos urbanizables tras la burbuja: según una auditoría de Sevilla Activa en el 2016, la sociedad que tiene encomendada su gestión, estos terrenos se tasaron en 28,5 millones de euros, cuando otra tasación de 2004 los valoró en 122.8 millones. La Diputación anunció varias operaciones para vender y desarrollar esos suelos, donde se podrían construir más de 5.500 viviendas, y en 2006 el acuerdo con la Empresa Pública de Suelo en Andalucía parecía que encarrilaba un proyecto, luego fallido. La Diputación, en boca de su responsable político, ha manifestado la intención de esperar un poco más antes de volver a analizar algún tipo de enajenación o venta que revierta en los presupuestos de esta institución provincial.

Ni los grupos políticos, ni la sociedad civil, ajenos a esta amenaza se han pronunciado hasta el día de hoy sobre este proyecto, que se concretará mas pronto que tarde cuando la finca caiga en manos privadas. Afortunadamente todavía la finca es una propiedad pública, y en relativo buen estado, aunque un recorrido pormenorizado evidencia determinados efectos negativos por el acceso libre y sin restricciones a la finca.

Desde nuestra asociación promovemos que el Cortijo del Cuarto sea pieza esencial del sistema verde del área metropolitana, interconectada con espacios como la laguna de la Fuente del Rey, los parques de Palmas Altas, Bermejales y Guadaira, así como con el nuevo cauce del río. Entendemos que tensionar mas el sur de la ciudad, donde en la actualidad se van a poner en carga miles de viviendas (Metrovacesa, Pítamo, cuarteles…) agravará irremediablemente la ya mala calidad del aire de los barrios del sur y saturará las infraestructuras hasta su congestión.

El señuelo de que crecer genera riqueza, a costa de un espacio libre con interés paisajístico ocupado por miles de arboles, ya no debería encandilar a nuestros mediocres dirigentes, que ponen la alfombra roja a los negociantes del ladrillo y no reciben ni escuchan a las asociaciones y entidades preocupadas por la situación ambiental y de emergencia climática de la ciudad.

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