La tribuna
El poder de la cancelación
La tribuna
En junio de 2009, empecé a escribir en este grupo, una columna, primero, quincenal, compartiendo semana con Carmen Calleja; a su muerte, (2012), semanal; más tarde, tribuna mensual; muchos años y muchas cosas han pasado, y no todas buenas.
El primer artículo se lo dedique a Pepe Griñán, porque el título genérico de mi colaboración se llamaba "Las empinadas cuestas", una expresión suya escrita en el prólogo a mi libro Una mujer de mujeres: "Son tantas las vivencias compartidas con Amparo que, al leer su libro, he vuelto a rememorar fragmentos de mi propia biografía. Y una vez más he comprobado cómo los mismos acontecimientos son vividos de diferentes maneras por hombres y por mujeres, cómo los caminos más habituales para nosotros son para ellas empinadas cuestas".
Mi declaración de intenciones sobre el contenido de los artículos era éste: "violencia de género, desigualdades salariales, cuidado y educación de los hijos e hijas, de los mayores, del "agrado", del cuidado de lo doméstico, del lenguaje sexista, de las dificultades de promoción en el empleo, de las abuelas, -cuidadoras de sus nietos y de sus mayores-, y de tantas cosas difíciles para nosotras que parece que tuviéramos una "maldición divina "sólo por haber nacido mujeres".
Y empezó mi andadura: La Universidad y la igualdad, A las enfermeras, Aborto, algo de historia, Obama, Clinton y sus mujeres, Violencia de género, La igualdad y la Constitución, Denominación Colegios profesionales; y así durante más de diez años; hay veces que me he cansado y pensé escribir de otros asuntos. "Amparo, tú sabes, ¿por qué escribes siempre de lo mismo?". Y lo he hecho, porque miraba a las páginas de cualquier periódico y todos escribían siempre de lo mismo; casi nadie de igualdad, ni, mucho menos, de feminismo. Y por eso he seguido con "mis cosas", porque, es verdad, que desde que empecé en la vida pública, igual que con los artículos, siempre terminaban diciendo, en mi presencia, y aún más en mi ausencia, "las cosas de Amparo", con un cierto desdén o conmiseración o vaya usted a saber.
Y de pronto, nos salta una pandemia que nos ha cambiado nuestras vidas, -muchísimos la han perdido-, y como ocurrió en marzo, comienzan por hacer un juicio a las mujeres por manifestarnos el 8-M, eso sí, sólo eran "culpables" las de Madrid. Madrid, el centro de nuestro mundo. Entonces escribí: "El machismo va a intentar aprovechar la pandemia para cargarse al feminismo". Y en esas estamos.
La pandemia aumenta la brecha de género y empujará a 47 millones de mujeres más a la extrema pobreza en 2021, según ONU Mujeres y el programa de Naciones Unidas para el desarrollo, como consecuencia de la actual crisis sanitaria, económica y social provocada por la pandemia. Antes de ésta, "se esperaba que la tasa de pobreza de las mujeres disminuyera un 2,7% entre 2019 y 2021; las proyecciones ahora apuntan a un aumento del 9,1%."
El informe dice muchas y terribles cosas: Las mujeres "normalmente ganan menos y tienen trabajos menos seguros que los hombres". "Con la actividad económica en el mundo, las mujeres son prácticamente más vulnerables a los despidos y a la perdida de medios de vida. Los ingresos de las mujeres que trabajan en el sector informal ha disminuido drásticamente."
El informe hace un llamamiento para usar criterios comunes en la utilización de datos y hace hincapié en la importancia de desagregar por sexos y edades, aspecto que considera una "prioridad" por parte de la política para hacer frente a la pandemia por coronavirus. Sólo 60 de 193 países (31%) están reportando actualmente a la OMS datos sobre casos de Covid-19 segregados por sexo y edad.
Abordar las brechas salariales de género; acceder a servicios de cuidado infantil; apoyar económicamente a las mujeres vulnerables, y aumentar medidas de protección social dirigidas a mujeres y niñas son algunas de las recomendaciones de ONU Mujeres para hacer frente a los datos. (eldiario.es 2-9-2020)
También alerta de que los datos de violencia contra la mujer han aumentado debido al confinamiento, pero sobre esto escribiré otro día analizando la macroencuesta del CIS de violencia contra las mujeres, con datos alarmantes de las violencias que sufren las mujeres, dentro y fuera de la pareja, a lo largo de sus vidas.
Sin olvidar lo que está pasando con la conciliación, con la corresponsabilidad, con la prostitución, trata de mujeres y niñas y tantas cosas graves que siguen padeciendo y no se pueden soportar más.
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